Algo pasa en Lanzarote. Cinco días después de que Pedro Sánchez llegara a Lanzarote para veranear en el palacio de La Mareta, Moncloa sigue sin dar señales al presidente canario, Fernando Clavijo, en la que abordar la crisis migratoria. Una inesperada llegada a la Isla ha generado un pequeño terremoto de indignación en Coalición Canaria.
Salvador Illa llegó este viernes a Canarias con el objetivo de reunirse con el presidente y las reacciones son de todo, menos buenas.
En serio? Sánchez no tiene ni una hora para recibir al Presidente de Canarias en su “apretada agenda veraniega” de Lanzarote y tratar sobre la tragedia humanitaria migratoria que vivimos, pero sí le sobra para el flamante President de Cataluña? Qué es esto? Un club de amigotes? pic.twitter.com/CZcZHagA7K
— Jose Alberto D-E (@jadestebanez) August 16, 2024
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"¿En serio? Sánchez no tiene ni una hora para recibir al presidente de Canarias en su “apretada agenda veraniega” de Lanzarote y tratar sobre la tragedia humanitaria migratoria que vivimos, pero sí le sobra para el flamante President de Cataluña?" expresó en la red social X José Alberto Díaz, diputado regional y concejal de Coalición Canaria en el ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife quién además lanzó una pregunta tajante "¿Qué es esto? Un club de amigotes?".
"Causaría risa, si no diera pena, el ardoroso afán defensor hacia Sanchez ante lo que supone a todas luces una falta de sensibilidad, de responsabilidad y hasta de humanidad, con el desprecio no hacia la persona de Clavijo, sino a lo que representa como Presidente de Canarias", dijo en sus redes sociales el diputado.
En ocasiones anteriores, durante sus vacaciones en el palacio de La Mareta, Pedro Sánchez sí hizo una pausa en su descanso para reunirse con Ángel Víctor Torres, quien en ese momento era presidente de Canarias y ahora es su ministro de Política Territorial. Sin embargo, el verano pasado, tras la reelección de Fernando Clavijo como presidente, Sánchez decidió no incluir en su agenda un encuentro para discutir temas relacionados con el Archipiélago, un modus operandi que parece haberse repetido a escasas semanas de que se cumpla el peor pronóstico para las islas: un nuevo repunte migratorio sin precedentes.