El Debate del Estado de Santa Cruz escenifica la animosidad entre CC y PSOE en el municipio

La degeneración política toma forma en el ayuntamiento capitalino en un pleno extraordinario que podían haberse ahorrado | Bermúdez no quería debatir y la oposición, en modo 'Sálvame', abandona una sesión por segunda vez en 15 días

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José Manuel Bermúdez, alcalde de Santa Cruz de Tenerife, habla en el pleno del ayuntamiento ante la bancada vacía de la oposición después de que esta abandonase la sala./ Sandra Capote
José Manuel Bermúdez, alcalde de Santa Cruz de Tenerife, habla en el pleno del ayuntamiento ante la bancada vacía de la oposición después de que esta abandonase la sala./ Sandra Capote

Este lunes en algún lugar de la Casa de los Dragos alguien creyó haber escuchado a La Lupe cantar aquello de “lo tuyo es puro teatro, falsedad bien ensayada, estudiado simulacro”.

Por segunda vez en lo que vamos de marzo los partidos de la oposición del Ayuntamiento de Santa Cruz se levantaron de una sesión, en esta ocasión extraordinaria, que además habían instigado ellos. Acudían en conjunto a sacar las vergüenzas de la gestión del gobierno municipal presidido por José Manuel Bermúdez, que tiene varias, y se marchaban del pleno dando una imagen improcedente que recordó al niño que se marcha abrazado a una pelota berreando “el balón es mío”.

Estuvo sembrado Bermúdez provocando al personal, de eso no cabe duda, pero con personas como José Ángel Martín, que lleva en esto casi más que Dámaso Arteaga -eso es decir mucho- y se la sabe al dedillo, habría que esperar un poco más de mesura para un equipo que ya ostentó unas responsabilidades de gobierno que pretende retomar tras el 28-M. No parece el camino pero ahora todo es demoscopia.

Con Unidas Podemos y Matilde Zambudio haciéndole el rendez-vous al PSOE, es de suponer que la estrategia, ya en pura clave electoral, era potenciar la imagen combativa de Patricia Hernández, donde se siente como pez en el agua, más aun después de casi tres años hibernando a medio camino entre Viera y Clavijo y Teobaldo Power. Había que descansar la voz porque esto no ha hecho más que comenzar.

La actitud de Bermúdez

No es avieso afirmar que al alcalde está contrariado. Un poco mosca, como se dice en Canarias. Una visita a la hemeroteca muestra cómo se le ha ido endureciendo el semblante, ya no es el primer edil dicharachero y risueño de sus primeros años.

Una actitud que no ha pasado desapercibida para muchos de sus conciudadanos a tenor de un rápido sondeo a pie de calle en el centro de Santa Cruz y otras personas consultadas. Algunos que le conocen hablan de cierto hastío por la gestión municipal, un runrún que no es la primera vez que se escucha en la capital.

Ya para los conspiranoicos dejó un misterioso “esté quien esté” al frente del Ayuntamiento al referirse a los proyectos que se finalizarán en la próxima legislatura.

En 2019 se habló de él para la plaza de senador por designación autonómica que finalmente acabó ocupando su secretario general Fernando Clavijo, si bien entonces acababa de perder la alcaldía en favor de Patricia Hernández y Clavijo tenía procesos judiciales que invitaban a poner tierra de por medio. Para finales de 2023 la situación habrá dado un vuelco.

Malas relaciones con el PSOE

La primera alcaldesa socialista de la ciudad se cuenta entre sus enemigos más íntimos, y es un nombre que sale mucho a relucir en las conversaciones sobre la actitud del regidor municipal. Un enfrentamiento a la altura de la épica lucha de Los duelistas de Joseph Conrad. Se detestan y no pueden evitar ocultarlo. Ello habría llevado a que los modos de Bermúdez en los plenos hayan sido cada vez más displicentes. Pinocha de primera calidad para hacer arder los fuegos de la oposición.

Haber renunciado a intervenir en primer lugar es una prerrogativa de la que puede hacer uso, pero a nadie se le escapa que su omisión hurta a la oposición la oportunidad de debatir con el primer edil, fin último de un debate que pretende establecer en qué situación se encuentra el municipio.

Fuentes del PSOE aseguran a Atlántico Hoy que el debate se preparó "con réplicas y con él -Bermúdez- iniciando los turnos de debate”, por lo que esperar a la última intervención, “en la que no podemos decirle nada, no lo contemplábamos”. ¿Desprecio a la oposición? Esto va por lluvias.

La inquina hacia Patricia es tal que la consigna es que Hernández ha dinamitado los proyectos para Santa Cruz desde su posición en el Partido Socialista, al que representa también en el Parlamento. Cierto es que durante esta legislatura su actividad en la sede de la soberanía regional ha sido digamos que limitada, pero otorgarle tal poder para perjudicar a la ciudad que pretende gobernar quizás resulta un tanto excesivo.

Bermúdez el discurso lo traía escrito de casa porque son muchos años y sabía a qué tenía que responder, como lo sabría cualquier avezado plumilla. Un texto que la oposición le dio la oportunidad de aderezar con la crítica recurrente que casa con las constantes recriminaciones a Hernández: la oposición ha estado también en el Cabildo de Tenerife y en el Gobierno de Canarias. El PSOE contra Santa Cruz.

Enfrentamiento directo

Para aquellos que siguen con asiduidad la política municipal no es una novedad la mala relación entre CC y el PSOE, hecho que no impidió que Hernández fuese vicepresidente del Ejecutivo regional hasta que (¡pardiez!) Clavijo cesó a los consejeros socialistas por una pérdida de confianza que comenzó con la moción de censura contra los socialistas que aupó a CC a la alcaldía de Granadilla, municipio en boga por sus posibilidades de crecimiento al calor del entonces novedoso puerto.

Es de recordar que aquella ruptura de diciembre de 2016 se escenificó por desavenencias por el reparto de las partidas del Fondo de Desarrollo de Canarias (FDCan), ley estrella del entonces recién estrenado gobierno del exalcalde de La Laguna. La ley se aprobaba cinco meses antes con el apoyo del PSOE como socio de gobierno, poco más de un año después de la conformación del Ejecutivo.

La verdad es que hipotetizar sobre una reedición a nivel Canarias del pacto CC-PSOE tras los próximos comicios con la primacía de los socialistas y los nacionalistas de segundos de a bordo no deja de provocar, si no una carcajada, un amplia sonrisa. Este año se cumplen 30 años de la moción de censura a Jerónimo Saavedra que dio lugar a la formación de Coalición Canaria y nadie en la izquierda quiere, cual eterno retorno nietzscheano, resucitar al muerto.

De vuelta en el plano municipal, las relaciones en las ultimas dos décadas han sido tensas. La aritmética electoral les convirtió en compañeros de cama en la legislatura de 2011-15 porque el PP había sacado más votos que CC y estos son mis principios, pero si no les gustan, tengo otros. Porque pocos años antes el PSOE había denunciado el caso de Las Teresitas, entre cuyos firmantes estaba José Ángel Martín, que después ha sido azote del Bermudismo desde la llegada del de Valleseco al consistorio. Los puentes nunca han vuelto a tenderse.

Espectáculo bochornoso

La impresión general sobre sesión fue de degradación democrática, tanto para unos como para otros. Un favor para quien vio el pleno o al lector de esta crónica, que así puede elegir el discurso que más le convenza.

El portavoz de Coalición Canaria y concejal de Hacienda, Juan José Martinez, afirmaba a este medio que el debate de la situación de Santa Cruz fue “un espectáculo bochornoso” por parte de una oposición “que no respeta mínimamente la reglas del debate democrático”. Para el nacionalista intentaron convertir el pleno “en otra cosa”, puesto que “no se habló de la situación de la ciudad” siendo “un ataque sin cuartel a la figura del alcalde”.

A su entender lo que pretendía la oposición era "que hablemos de esta desgraciada anécdota” y no del estado de la ciudad, que “pone de manifiesto que a pesar del año nefasto de gestión de Patricia Hernández y su gobierno Santa Cruz ha conseguido reactivarse”.

Carlos Tarife, del PP, coincide con Martínez en que “hoy han dado el espectáculo que ellos quieren para Santa Cruz” porque “la gestión no les interesa”. En esa línea aseguró a este diario que el PP secundó la moción de censura “no para hacer alcalde a Bermúdez sino para sacar a Patricia Hernández. ¿Ustedes imaginan qué hubiera ocurrido si la señora Hernández hubiera seguido gestionando los intereses de los ciudadanos cuándo es capaz de montar shows como este?”, se preguntaba con tremenda retórica.

Como lo cortés no quita lo valiente, Tarife se encargó -tenía turno de intervención que ejerció después de que Bermúdez interviniese- de marcar una línea con el alcalde y por ello le recordó que, según se había hablado en la junta de portavoces, él iba a hablar en último lugar. Pelillos a la mar.

"Se carga el formato”

Ramón Trujillo, portavoz de UP, relata a Atlántico Hoy que es impensable que “el máximo responsable de la institución no rinda cuentas” ni debata con los portavoces de la oposición como se hace “en todos sitios”, ya que “se carga el formato” porque “se niega a debatir”. La representante de Ciudadanos, Matilde Zambudio, recordó al inicio del pleno que los últimos tres debates de sobre la situación del municipio se dieron en 2013, 2014 y 2016.

Para el representante del partido morado “hemos abandonado el pleno muy a nuestro pesar porque este tipo de espectáculos no nos gusta darlo, pero tampoco nos gusta aceptar que Santa Cruz sea una institución excepcional donde no hay debate porque el alcalde no rinde cuentas”.

Por su parte el PSOE, que remitió a los medios una nota de prensa con declaraciones de Patricia Hernández, asegura que “Bermúdez evita el debate porque carece de argumentos políticos sobre los cuales sustentar su discurso. Hasta ahora no ha sido capaz de presentar nada nuevo, se ha convertido en un maestro del reciclaje de infografías que repite desde 2011, promesas que solo se las cree él porque esta ciudad está cansada de castillos en el aire”, añadió en un texto en el que también acusaba al alcalde de parapetarse detrás de sus concejales para no dar la cara.

El empeño de unos y otros impidió que se hablara de cómo está realmente Santa Cruz. Mejor lo dejamos para otro día.