El S-81 Isaac Peral, primer submarino construido íntegramente en España, continúa sumando hitos en su proceso de certificación. Esta semana participa en los actos con motivo del Día de las Fuerzas Armadas (DIFAS) en Las Palmas de Gran Canaria, donde formará parte de la revista naval presidida por el rey Felipe VI este viernes, en el puerto de la capital grancanaria.
Tras su participación en los actos institucionales del DIFAS, el submarino se integrará por primera vez en el Grupo de Combate Expedicionario Dédalo, donde realizará sus primeros ejercicios con fuego real en aguas del Atlántico. El sumergible ejecutará lanzamientos de torpedos contra blancos, en una serie de maniobras diseñadas para evaluar su capacidad ofensiva antes de incorporarse plenamente al grupo expedicionario Dédalo 25, que patrullará el Mediterráneo entre mayo y junio.
Club de los 11
Desarrollado por Navantia, el Isaac Peral es el primero de la serie S-80, con la que España se une al reducido grupo de once países del mundo con capacidad para fabricar sus propios submarinos. Con 81 metros de eslora, 11,68 de alto y un diámetro de 7,3 metros, ha sido diseñado para realizar misiones de vigilancia, inteligencia y combate, con capacidad para 43 tripulantes y autonomía de hasta 50 días sin reabastecimiento.

Capacidad de combate
El S-81 incorpora un sistema de combate de última generación desarrollado por Lockheed Martin, que integra sensores, armamento y capacidades de guerra electrónica. El periscopio cuenta con cámaras térmicas, ópticas de alta resolución y sensores de radar y comunicaciones. Dispone también de un sistema de control integral, con siete consolas multifunción, desde las que se gestionan navegación y combate.
En cuanto a su armamento, el submarino puede portar hasta 12 torpedos y 24 armas cortas, incluyendo minas y misiles lanzables desde sus seis tubos lanzatorpedos.
Autonomía bajo el agua
Uno de los elementos clave de la nueva serie S-80 es el sistema de Propulsión Independiente del Aire (AIP), que permitirá a los futuros submarinos de la serie permanecer sumergidos hasta tres semanas sin emerger, lo que reduce su vulnerabilidad en misiones de larga duración. Aunque el S-81 aún no incorpora el AIP, este sistema sí estará presente en el resto de unidades que completarán la serie.

Eficiencia y disciplina
La vida a bordo del Isaac Peral está diseñada con criterios de austeridad y aprovechamiento máximo del espacio. La tripulación se organiza en siete camarotes de seis personas, con literas triples y lavabos compartidos. Existen dos camarotes especiales: uno para suboficiales veteranos y otro para el comandante, con espacio de trabajo, televisión y zona de descanso.
En la sección V se encuentran las áreas comunes, divididas en tres pequeñas salas con mesas y sofás para la tropa, suboficiales y oficiales. Para el aseo, hay dos duchas y tres retretes, lo que requiere una organización meticulosa. La cocina, aunque pequeña, es funcional, y permite preparar alimentos en turnos rotativos con productos frescos y raciones de larga duración.
Salto estratégico
La incorporación del S-81 marca un salto cualitativo en las capacidades de la Armada Española, que opera desde hace décadas con los submarinos de la serie S-70, cuyo retiro está previsto para 2027. Para 2030, España espera contar con cuatro submarinos S-80 plenamente operativos, lo que reforzará su capacidad de defensa, disuasión y proyección internacional.
Las pruebas de fuego real en Canarias permitirán evaluar la operatividad del S-81 en condiciones reales de combate, asegurando que cumple los estándares necesarios antes de su plena integración en misiones nacionales e internacionales. Su participación esta semana en el DIFAS y en la revista naval ante el rey Felipe VI marca un nuevo capítulo en el despliegue de esta plataforma estratégica, que simboliza el avance tecnológico y la autonomía industrial de la defensa nacional.