En colaboración con
Logo Quiron 380x110
Las lesiones en los tendones acostumbran a ser muy dolorosas / QUIRÓNSALUD
Las lesiones en los tendones acostumbran a ser muy dolorosas / QUIRÓNSALUD

Adiós al dolor tendinoso sin pasar por quirófano

Nuevas terapias avanzadas sanan las lesiones musculoesqueléticas, más rápido, con menos dolor y sin cirugía

Fernando Baquero

Los tendones, ese tejido firme y flexible que une el músculo con el hueso, son piezas maestras del engranaje corporal. Gracias a ellos corremos, escribimos, saltamos, caminamos. Pero cuando se lesionan, su deterioro se hace sentir en cada gesto.

Entre las afecciones más comunes se encuentran la tendinitis, una inflamación provocada por sobreesfuerzos o impactos, y la tendinosis, una condición más compleja y degenerativa que causa dolor persistente, debilitamiento y deterioro progresivo del tejido. “Comprender la diferencia entre ambas es clave para aplicar el tratamiento adecuado”, explica el doctor Ricardo Visiedo, traumatólogo en Quirónsalud Tenerife.

Tendones clave bajo amenaza

Las estructuras más expuestas a estas lesiones son los tendones de la rótula, el hombro y el pie, especialmente en personas activas o en profesiones que exigen gestos repetitivos. “Una carga excesiva o sostenida en el tiempo puede producir microdesgarros que el organismo intenta reparar, pero lo hace de forma defectuosa, provocando engrosamiento, dolor y, en algunos casos, calcificaciones que comprometen la función”, explica el doctor Visiedo.

Ante estos cuadros, la medicina avanza hacia soluciones más personalizadas y menos invasivas. Existen tratamientos conservadores que ayudan a mitigar la inflamación y reducir el dolor, como fisioterapia específica, ondas de choque o infiltraciones. Sin embargo, si en seis meses no hay una evolución clara, se considera dar un paso adelante con técnicas más innovadoras que apuestan por la regeneración del tejido tendinoso.

Tecnología que regenera sin cortar

Entre estas nuevas estrategias, destaca el tratamiento Tenex, una herramienta que, según los estudios, permite una recuperación hasta cuatro veces más rápida que los métodos tradicionales. “Es una técnica mínimamente invasiva que permite eliminar el tejido cicatricial sin recurrir a cirugía abierta, utilizando una pequeña incisión guiada por ecografía”, señala el traumatólogo. La precisión del procedimiento, acompañado por anestesia local, permite retirar únicamente la parte dañada del tendón, preservando las zonas sanas y favoreciendo una reparación natural mucho más eficaz.

El resultado: una herida que se cierra con una sola tira adhesiva, sin necesidad de puntos, y con un postoperatorio prácticamente indoloro. “Los pacientes retoman su rutina mucho antes de lo habitual y, lo más importante, con una mejora sustancial en su calidad de vida. La medicina del movimiento ha encontrado en esta tecnología una nueva forma de cuidar lo esencial: seguir adelante sin dolor”, concluye el doctor Visiedo.