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Cómo afecta la obesidad a la salud cardiovascular

Esta patología tiene múltiples factores de riesgo pero se ha revelado que tiene una influencia directa en las enfermedades del corazón

Fernando Baquero

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Una báscula y una cinta métrica para medir el peso y el contorno abdominal. La obesidad afecta a la salud cardiovascular / PEXELS
Una báscula y una cinta métrica para medir el peso y el contorno abdominal. La obesidad afecta a la salud cardiovascular / PEXELS

La obesidad es actualmente una de las enfermedades más prevalentes en el mundo, una patología que puede desencadenar numerosos y peligrosos problemas de salud al estar asociada a diferentes trastornos. No es sólo un problema estético, se trata de una enfermedad que puede llegar a ser grave

Si no se tratan a tiempo, el sobrepeso y la obesidad, cada vez más visibles en la sociedad, asociarán otros factores de riesgo que pueden culminar en accidentes cardiovasculares o de otras enfermedades de mayor o menor gravedad.

Mucho más que un problema estético

La obesidad es la quinta causa de mortalidad en todo el mundo y aquellas personas que la padecen suelen vivir una media de diez años menos que la población sana. Puede tener un componente genético, pero sobre todo depende del estilo de vida, condicionado por la alimentación y la práctica de actividad física. 

Una persona puede considerarse obesa “cuando presenta un exceso de tejido adiposo que da lugar a un aumento del peso corporal, ocasionando un gran número de problemas de salud”, según explica la doctora Alejandra Mora, endocrinóloga del Hospital Quirónsalud Tenerife, quien rechaza de forma frontal que se afronte como un problema estético. “La obesidad es una enfermedad crónica y multifactorial, asociada a múltiples complicaciones metabólicas y que reduce la expectativa de vida”, sentencia.

Las causas

Factores como el estrés, malos hábitos alimentarios, el sedentarismo, problemas derivados de la ansiedad o la depresión e incluso la genética y el metabolismo pueden inducir su aparición, que se manifiesta a partir de una acumulación excesiva de grasa en el organismo.

La alimentación, sobre todo si no es saludable y equilibrada, es el origen más común de esta patología pero no es el único. “La obesidad es una enfermedad multifactorial: los correctos hábitos alimenticios son fundamentales, al igual que mantener una vida activa, evitar el sedentarismo, manejar el estrés diario o mantener una buena higiene de sueño”, aclara la especialista.

“Pueden existir ciertos factores hereditarios que influyan en la aparición del sobrepeso y la obesidad, pero sin duda el estilo de vida es el elemento determinante en el desarrollo de la enfermedad. La actividad física y unos buenos hábitos alimenticios instaurados a edades tempranas son la mejor forma de prevenir y combatir la obesidad”, recomienda la endocrina.

Un peligro para el corazón

El hecho de que la obesidad produzca un aumento de la presencia de factores de riesgo vascular puede relacionarse con un aumento del riesgo de padecer un problema cardíaco, como puede ser una angina de pecho, un infarto o algún tipo de arritmia.

“La obesidad incrementa los factores de riesgo para enfermedad coronaria, hipertrofia el ventrículo cardíaco y ocasiona un mal funcionamiento del corazón. Además, el exceso de tejido adiposo del paciente obeso genera un medio proinflamatorio que facilita la formación de trombos y placas de ateroma, origen de síndromes coronarios, infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares, advierte la doctora Mora”.

Múltiples consecuencias

Posiblemente, el sobrepeso y la obesidad sean las patologías que mayor número de trastornos pueden llegar a generar. Las más conocidas son la enfermedad cardiovascular, alteraciones metabólicas como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial, la dislipemia y la hiperuricemia.

“Pero existen otras muchas enfermedades como la enfermedad de hígado graso no alcohólica, la infertilidad, la incontinencia urinaria, el síndrome de apnea obstructiva del sueño, las lesiones articulares y la artrosis, así como la asociación con distintas neoplasias.”, aclara la especialista.

La hipertensión arterial es una de las principales consecuencias de la obesidad, que puede ir acompañada de un alto nivel de colesterol o de glucosa alta en la sangre. “El mecanismo entre ambas entidades es complejo, influye la grasa perirrenal y un conjunto de factores como la resistencia a la insulina, el aumento de la absorción de sodio y la activación de una serie de ejes a nivel del riñón que con el tiempo ocasionan un daño continuo al órgano”, señala la médico del Hospital Quirónsalud Tenerife.

Cómo tratarla

La pregunta que surge es si existe una forma infalible de tratar el sobrepeso y la obesidad aunque la mejor manera de combatir el sobrepeso y la obesidad es la prevención, asociada siempre a llevar una vida sana.

“Dado que la obesidad es una enfermedad crónica y multifactorial, el tratamiento debe tener el mismo enfoque: una adecuada corrección e instauración progresiva de hábitos alimenticios, actividad física adaptada a la capacidad de cada paciente, evitar el sedentarismo y un correcto apoyo de la terapia conductual. En la actualidad disponemos además de distintas herramientas de intervención según el perfil y grado de obesidad del paciente: tratamiento farmacológico hormonal, procedimientos endoscópicos y cirugía bariátrica”, concluye la doctora Alejandra Mora para despejar cualquier duda.