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¿Por qué algunas personas sufren de vértigos?

Aunque no es una enfermedad en sí misma, se trata como si lo fuera un síntoma muy incapacitante que afecta a la calidad de vida de quien lo padece

Fernando Baquero

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El vértigo es una sensación muy desagradable que puede generar un gran impacto en la calidad de vida de quienes lo padecen / PEXELS
El vértigo es una sensación muy desagradable que puede generar un gran impacto en la calidad de vida de quienes lo padecen / PEXELS

El vértigo es un trastorno en el que se percibe un movimiento que en realidad no se está produciendo. Es una sensación muy desagradable que puede generar un gran impacto en la calidad de vida de quienes lo padecen. Todo da vueltas a su alrededor, pierden el equilibrio y piensan que todo se les cae encima. En muchos casos, el vértigo puede llegar a ocasionar vómitos y náuseas.

Se trata de una sensación de movimiento que no hay que confundir con el vértigo a la altura y, según la Sociedad Española de Otorrinolaringología, el 80% de la población ha sufrido algún episodio de vértigo en su vida. Los casos más graves conllevan fenómenos de ansiedad y depresión si no se realiza un diagnóstico y tratamiento adecuado.

Jóvenes y mayores

El vértigo puede presentarse en personas en las que no se identifican otros problemas de salud, pero que sufren una alteración en su sistema de equilibrio y de orientación en el espacio, o bien pueden ser un síntoma de alguna otra enfermedad.

Hay personas que padecen vértigo, inestabilidad y desequilibrio desde muy temprana edad; pero sobre todo lo padecen personas mayores de 65 años, que ven cómo afecta a su entorno social, familiar y personal. Conocer y entender el origen de este problema es fundamental para darle solución o, al menos, mejorar la vida de las personas que lo sufren.

No es una enfermedad… aunque lo parezca

El doctor Esteban Pacheco, responsable de la Unidad de Vértigo del Hospital Quirónsalud Tenerife, explica que, a pesar de ser un síntoma y no una patología en sí misma, su alto nivel de impacto sobre la calidad de vida de las personas hace que muchas veces se trate como si fuera una enfermedad. “Puede generar ciertas alteraciones o complicaciones como ansiedad, angustia, miedo a salir a caminar, cosas que son comunes en la vida diaria”, apunta.

“Es un síntoma muy común que puede presentarse a cualquier edad y en cualquier persona, aunque es más probable que afecte a la población mayor de 65 años", apunta el otorrino, para luego aclarar que el vértigo posicional, que es el más frecuente, si está mal manejado puede llegar a generar un estado de inestabilidad permanente, ansiedad, miedo y hasta depresión.

El origen está en el oído

“Afecta a todas las dimensiones de la vida, por lo que resulta fundamental identificar el problema para reducir sus consecuencias y para prevenir caídas, especialmente en las personas mayores", indica el especialista, quien aclara que lo más habitual es que este síntoma tenga su origen en una enfermedad del oído interno.

Desde su punto de vista, para dirigir el diagnóstico y el tratamiento de los pacientes con vértigo, los especialistas en Otorrinolaringologíadeben evaluar a fondo el sistema vestibular y el oído, donde está la causa más común de este síntoma y, cuando sea necesario, estudiar el caso con otros especialistas, pues su principal objetivo es ayudar al paciente para que sepa cuál es la causa de su vértigo, entienda por qué se produce y cómo puede mejorar.

Tipos de vértigo y tratamientos

El más común es el vértigo paroxístico posicional benigno, que es aquel que se produce por cambios posturales de la cabeza y que es de corta duración; seguido por la migraña vestibular (asociado a dolores de cabeza), la enfermedad de Ménière (causado por una anomalía en el oído interno) y la neuritis vestibular (debido a una inflamación del nervio del oído interno).

El doctor Pacheco apunta que, dependiendo de la causa que origine el vértigo, éste puede tener solución; aunque lo que sí contribuye a una mejoría en todos los casos es que el paciente conozca y entienda la enfermedad. “Existen múltiples tratamientos que podemos adaptar en función de cada caso y que van desde maniobras terapéuticas de reposición, ejercicios, rehabilitación, dieta, medicación y, en casos puntuales, cirugía.

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