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Imagen de una colecistectomía laparoscópica a un paciente / QUIRÓNSALUD
Imagen de una colecistectomía laparoscópica a un paciente / QUIRÓNSALUD

Tratar los cálculos biliares de forma más segura y con una recuperación más rápida

La utilización de verde de indocianina inyectado por vía intravenosa justo en el momento de comenzar la intervención permite visualizar de manera destacada los conductos biliares en tiempo real

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Bajo el resguardo del hígado, como un discreto acompañante que cumple su papel sin reclamar protagonismo, se encuentra la vesícula biliar, un órgano diminuto pero esencial. Su misión es precisa: almacenar la bilis producida por el hígado y liberarla en hacia el intestino cuando el cuerpo lo necesita para digerir las grasas. Una tarea silenciosa, pero crucial.

Sin embargo, cuando esa bilis se espesa y forma cálculos biliares, el delicado equilibrio puede alterarse. Cuando uno de esos cálculos produce la inflamación de la pared de la vesícula, o bien, bloquea el conducto de salida de la bilis hacia los conductos biliares, puede desencadenarse una colecistitis, una inflamación dolorosa de la vesicula, que en Canarias afecta hasta a un 20% de las personas con cálculos, y que supone aproximadamente al 15% de la población general.

El dolor que avisa

La colecistitis no suele anunciarse con sutileza. Un dolor intenso en la parte superior derecha del abdomen, que se irradia al hombro o la espalda, suele ser su primer síntoma. A menudo llega acompañado de náuseas, fiebre, vómitos o ictericia, ese tono amarillento que tiñe la piel y los ojos.

“Son señales claras de alerta”, explica el doctor Juan Manuel Sánchez, cirujano general y del aparato digestivo en el Hospital Quirónsalud Costa Adeje. En sus manos, la patología ha encontrado un nuevo modo de abordarse gracias a un trabajo multidisciplinar que une la experiencia humana con la más avanzada tecnología médica.

Factores causantes

El equipo liderado por el doctor Sánchez aborda tanto la colecistitis aguda, que irrumpe con síntomas intensos y súbitos, como la crónica, que se gesta lentamente con episodios recurrentes de dolor, los llamados cólicos biliares. Existe incluso una variante más esquiva, la colecistitis alitiásica, sin presencia de cálculos, más común en pacientes críticos.

Aunque pueda parecer una dolencia aislada, su frecuencia aumenta con la edad avanzada, la obesidad, las dietas grasas o ciertas enfermedades metabólicas como la diabetes. También factores como el embarazo pueden elevar el riesgo de padecerla.

Diagnóstico con precisión milimétrica

Detectar a tiempo esta inflamación es esencial. La ecografía abdominal sigue siendo la herramienta de elección, capaz de mostrar la vesícula inflamada y la presencia de cálculos en su interior. A ella se suman los análisis de sangre, que alertan sobre infecciones, y técnicas de imagen avanzadas como el TAC o la colangio-RM, que permiten una visión más específica del sistema biliar si fuera necesario.

Según la evolución del paciente, el equipo médico decide si actuar de inmediato o de forma programada. “En casos agudos o con signos de infección grave, la cirugía debe realizarse con urgencia”, apunta el doctor Sánchez.

Múltiples ventajas

La colecistectomía laparoscópica, técnica por excelencia para extirpar la vesícula biliar, ha supuesto un enorme avance frente a la cirugía abierta tradicional. Menos dolor postoperatorio, menor estancia hospitalaria y una recuperación más rápida son algunos de sus beneficios.

Pero los especialistas han ido un paso más allá con el uso del verde de indocianina, un colorante fluorescente que, al ser inyectado por vía intravenosa, permite visualizar los conductos biliares en tiempo real mediante cámaras con luz infrarroja.

El verde que guía al cirujano

Durante la intervención, esta luz revela con precisión la anatomía del árbol biliar: el conducto cístico, el hepático y el colédoco se distinguen con claridad, lo que evita lesiones y mejora la seguridad del procedimiento.

“Es una guía visual en tiempo real que complementa lo que vemos con la luz convencional”, señala el especialista. El verde de indocianina no solo facilita el trabajo quirúrgico, sino que reduce el riesgo de complicaciones intraoperatorias y disminuye la necesidad de recurrir a cirugía abierta. Además, su uso es seguro incluso en pacientes pediátricos, ya que el colorante se elimina rápidamente del organismo.