María Jesús de Lojendio, candidata a presidir el Real Casino de Tenerife./ CEDIDA
María Jesús de Lojendio, candidata a presidir el Real Casino de Tenerife./ CEDIDA

Lojendio, candidata al Real Casino: "Se vio enturbiada la imagen del Casino, pero ahora se restaura"

El Real Casino de Tenerife elige este martes a quien será su próxima presidenta, por primera vez mujer en 185 años de historia

Álvaro Oliver González, redactor jefe en Tenerife

Este martes 14 de octubre, el Real Casino de Tenerife se juega algo más que una renovación de cargos: decide si gira página tras meses de titulares incómodos y conversaciones de pasillo. En ese marco, María Jesús de Lojendio regresa a la carrera con un equipo casi idéntico al de hace cuatro años y con una idea simple: mover el foco del ruido a la gestión. Frente a ella, Patricia Hodgson y Beatriz Barrera.

La conversación desmonta tópicos y baja enseguida al terreno práctico: activar espacios infrautilizados, programar mejor los salones y darle vida a la terraza con tardeos, además de cubrir carencias evidentes para familias y jóvenes. No promete un auditorio; propone un club que funcione cada tarde.

Otro pilar es la transparencia: publicar altas y bajas en un tablón visible, desglosar cuentas y proveedores en un área privada de la web y ordenar la lista de transmisión de títulos para que deje de ser una incógnita. Complemento de todo ello: un Plan Director de Usos que racionalice horarios y espacios (del billar a las clases de baile) para evitar decisiones improvisadas o unilaterales.

Y, por primera vez, el desenlace tiene una certeza histórica: gane quien gane, el Casino tendrá presidenta. Lojendio defiende que el simple relevo ayuda a limpiar la imagen y explica cómo quiere pasar del “se comenta” al “se consulta y se publica”, con un objetivo reconocible para cualquier socio: que la cuota se note en el uso cotidiano del Casino.

Segundo intento

PREGUNTA: Tengo entendido que la anterior campaña fue bastante desgastante, no sé si tiene esa percepción. ¿Qué le impulsa a volver a presentarse en esta ocasión?

RESPUESTA: No, la anterior campaña no fue desgastante. Quiero decir, es una institución privada. Mucha gente hace similitudes con campañas políticas; no es el caso, ni por lo menos por nuestra parte somos políticos. En mi caso, cuando tú compites contra alguien que ya está en el poder, es mucho más difícil. La otra vez, mucha gente me dijo: “Pero estás loca, ¿cómo te presentas ahora? Espérate cuatro años, porque él [Miguel Cabrera Pérez-Camacho] solo puede tener dos mandatos. Espérate 4 años.” Yo no me puedo plantear “me espero cuatro años”. Me apetecía presentarme entonces. La verdad es que fue récord de votaciones. Estuvimos muy ajustados y, como me dijo una vez un compañero, y tenía razón, muchos presidentes anteriores lo fueron con bastante menos votos de los que yo saqué. Se movilizó muchísima gente, tuvimos un respaldo importante.  Nos apoyó muchísima gente; por lo tanto, nos quedamos satisfechos. No hubo este desgaste, al contrario. ¿Y qué me lleva a presentarme? Pues me lleva a que sigo queriendo hacer cosas que cambien el rumbo del Casino, claramente. Nosotros somos un grupo, un equipo. El equipo sigue siendo exactamente el mismo. El único cambio, además, ha sido Andrés de Souza, porque una de las que estaba en nuestro equipo tiene un cargo político y, por ética, cuando tiene un cargo público, un cargo político, no es correcto. No está prohibido por estatutos, pero éticamente no es correcto. Nos lo planteamos, ella decidió dar un paso a un lado y entonces le pedí, por favor, a Andrés que perteneciera a este equipo y aquí está. ¿Por qué? Todos somos asiduos, todos conocemos el Casino, nos comprometimos hace cuatro años a querer estar. Algunos hemos sido miembros de juntas directivas. Andrés ha estado en juntas directivas. De mi equipo hay tres personas más que han estado en junta directiva. Hemos estado dentro, en el corazón del Casino, sabemos cómo funciona, conocemos la indiosincrasia del socio y tenemos claro que el Casino tiene que evolucionar en sentido positivo.

Cuando habla de abrir una nueva etapa, ¿en los últimos años ha perdido el Real Casino de Tenerife atractivo para sus socios que haga necesitar esa nueva etapa, esa revitalización?

Se necesita porque creo que hace falta. No podemos hacer siempre más de lo mismo. Se ha creado un espacio de gimnasio más grande. Tenemos claro cuáles son las demandas de la sociedad, pero también tenemos claro que hay un sector de la sociedad que demanda vida saludable, vida sana, ejercicio. Un gimnasio en el centro de Santa Cruz es un lujo, pero también creemos que hay otras actividades que hay que potenciar. Hay muchísimos socios que demandan cosas. Mira, yo cuando era chiquitita, al Casino entraba a escondidas, porque los niños no podíamos entrar. Mis abuelos estaban dentro; me acuerdo de que subía las escaleras y saludaba a escondidas, y si el portero se hacía loco, yo me colaba y entraba a saludarlo. Ahora estamos en el punto en que, 50 años después, los niños entran. Entonces, vienen las familias con niños y demandan una guardería. Hay una guardería de una calidad bastante mala, vamos a decir. Y ya hay gente que teestá diciendo: “Queremos una guardería en condiciones para que los padres puedan ir al restaurante a comer y dejar a los niños”. El panorama ha cambiado muchísimo. ¿Qué pasa? Nuestros jóvenes, y yo lo digo por mi hija, que tiene 23 años, no pisa el Casino. Ahora hay un gimnasio donde pueden ir, pero hay carencias. Hace falta una sala de estudios en condiciones, un ambiente para que ellos tengan relaciones sociales. Hemos estado reuniéndonos con socios que conocemos, un poco para que nos den feedback de qué realmente les apetece, porque hay muchos espacios infrautilizados. Entonces, te dicen: “Salas de estudios. Hay que hacer una sala de estudios.” Lo que hay es una biblioteca, pero una biblioteca que no tiene las condiciones para que un niño vaya con su ordenador, enchufe, tenga Wi-Fi, tenga espacio válido, iluminación, todo. Zonas de terrazas, tardeos que están super de moda, y hay una franja de edad que quiere tardeos, y el Casino tiene la mejor terraza de Santa Cruz y la tiene infrautilizada. Nosotros tenemos un proyecto que, de hecho, tiene cuatro años, no es nuevo. Es un proyecto para que digas: "Me quiero tomar una copa el viernes por la tarde en el Casino". Eso lo busca muchísima gente y, además, de muchas edades. Yo quiero, un viernes por la tarde, tomarme una copa en algún sitio, y o me meto en una terraza de un hotel o me tengo que ir al Águila, o poco más. Sobre la gastronomía, el Casino tiene un concesionario estupendo que hace los mejores banquetes de Santa Cruz. Hay un menú para socios, pero habría que reforzar, hacer una especie de menú ejecutivo, que se hagan diferentes actividades, cosas gastronómicas con los socios, que antiguamente se hacían. Cursos de cocina se han dejado de hacer. La gente quiere ir al Casino, pero hay que ofrecerle cosas.

¿Qué lugar debería ocupar el Casino en la sociedad santacrucera en general?

El Casino siempre ha sido puntero. De toda la vida ha tenido la tradición que ha tenido. A mí siempre me ha hecho gracia cuando dicen: “Es que el Casino antiguamente era un foro de opinión al que se le hacía caso”. Ya ha evolucionado, pero es cierto que el casino tiene que seguir siendo, si no foro de opinión, foro de encuentro culturalmente hablando; abrir debate en el sentido que sea. Puede hacer jornadas políticas, jornadas culturales. Está la semana de conferencias y la semana de la música, pero hay algo que creo que hace falta modernizar y que se suba el nivel de ponencia. Que realmente digas: “Quiero una sala llena, que haya calidad”. Sí. Yo creo que hay que cambiar un poco. No hace falta que haya una conferencia semanal; prefiero una mensual, pero un ponente que llene, que realmente interese y que sea de actualidad. Y como si me dices: “Oye, los chavales de 20 y pico quieren oír a un influencer”. Pues se les pone un influencer y que lo oigan. Creo que hay que llegar un poco a todos los públicos, porque hay gente joven que te dice: “A mí no me tienen en cuenta”, pero es que hay gente mayor que te dice: “Nosotros queremos cosas para nosotros”, y gente de mi quinta que dice: “Yo quiero poder ir a un tardeo, a un gimnasio…” O sea, tener un abanico más amplio de opciones que habla los socios. Hay mucho movimiento social. Antes la vida era de casa al trabajo. Ahora hay muchísima oferta. No podemos competir con un auditorio, con un teatro; es complicado, pero tenemos que tener una oferta alternativa que sea adecuada a esta y que, además, sea de interés para Santa Cruz, porque, quieras que no, aunque el Casino sea una entidad privada, siempre se ha permitido la entrada a determinados actos al ciudadano de la ciudad o de la isla.

Otro de los pilares fundamentales de su programa es la transparencia. ¿Qué mecanismos pretende instaurar para dotar al Real Casino de esta transparencia? ¿Y qué se está haciendo mal? 

Por estatutos, una cosa muy básica es: tengo que publicar quiénes son las nuevas altas de socio o bajas. Hay que ponerlo claramente. Hay un tablón destinado para ello, donde hay una exposición pública que diga: “Estos socios están solicitando darse de alta en el Casino.” Yo lo quiero saber. Al final, esto es parte de nuestra casa. Hay gente que va todos los días y, para mí, el Casino es parte de mi casa, es una extensión. Entonces, yo quiero saber quién entra en mi casa; por lo tanto, estoy en mi derecho. Me suelen decir: "¿Y la protección de datos?" No, porque yo no quiero saber dónde vive, el teléfono y sus aficiones particulares. Quiero saber que Pepe Pérez, que tiene una mujer, tiene una profesión que es esta y tiene estos hijos, está pidiendo ser socio del Casino. Esto es tan básico como que lo pones en un tablón y la gente lo ve. Que mucha gente no lo ve, pero queremos verlo, y eso es una cosa que se ha pedido muchas veces en asamblea, porque yo no sé quiénes entran. Bueno, “usted suba a secretaría y mire”. Yo no tengo por qué subir y mirar. También las cuentas son importantísimas. Las cuentas no puedes entregarlas en cuentas globales. La gente tiene que saber lo que nos estamos gastando, en qué nos estamos gastando, con quién tenemos las contratas, quiénes son los proveedores, quiénes son los que nos suministran todo tipo de servicios. Es muy sencillo: un listado, una página web, capitulo de transparencia donde se tenga acceso privado a los socios y tú veas quiénes son todos los proveedores del Casino. Eso en otras sociedades existe. Cuando tú llegas, entras a tu página web, acceso socio, y ves las cuentas, ves todo publicado, ves con quién contratan absolutamente todos los servicios. Es muy fácil. No estamos incumpliendo nada y, además, es todo lo contrario: hay que cumplirlo.

Su programa menciona un Plan Director de Usos para racionalizar los espacios.

Tenemos un Casino enorme. Ocupamos la mejor manzana de Santa Cruz. Pero resulta que tiene un montón de zonas diáfanas que no se aprovechan.Tú tienes este salón y puedes decir: “Oye, en esta zona puedes poner algún tipo de barrera", de forma que digas: "Hay una charla que es para 30 personas; se utiliza solamente este espacio". No hace falta que tengas todo el salón principal habilitado. Clases de baile, una de las actividades que duró dos meses porque era complicada de ubicar en algún sitio. Hay una zona donde perfectamente la gente puede bailar durante una hora y media, porque está vacío el salón, pero a las 19:30 está la presentación de un libro. Oiga, pues las clases de salón se hacen de 17:00 a 18:30. De 18:30 a 19:30 que vaya llegando gente, porque es una zona diáfana que no tienes ningún problema. Hay muchísimas actividades que la gente demanda. Nos han dicho ajedrez, clases de billar. Tenemos un salón de billar maravilloso donde se puede aprovechar para hacer clases de billar y federar el Casino. Esta es la idea de racionalizar todos los espacios que hay, hacer un plan de usos del Casino y dividir qué nos demandan los socios que se haga y dónde se puede ir ubicando para que la gente pueda ir al Casino y darle vida al casino. Este movimiento es el que nos hace falta.

Y sobre el tema de acceso de los nuevos socios y bajas de los antiguos, ¿cómo funciona? ¿Piensan cambiarlo?

Cada título tiene un valor. El edificio se divide entre tantos socios. Ese cálculo está hecho. El título vale 7.700 euros, que es lo que tú tienes que pagar si quieres hacerte socio del Casino. Si te quieres dar de baja sin más, no vas a recibir ese dinero. Pero hay una lista en la que poner tu título a la venta. Desde que tú dices “me quiero ir” hasta que te vas, tienes que seguir pagando tu cuota y ponerte en lista de espera. Claro, ¿qué pasa? Que todos estos están por delante hasta que te llega a ti el turno de vender, de transmitir, para que tú recibas lo que tú aportaste tienes que esperar. Esa lista tiene que ser transparente también, que no lo es. Yo no sé quién hay en esa lista apuntado. El proceso de venta de títulos existe, pero no sabemos cómo. Esa es una pregunta que todo el mundo se hace: cómo va esa lista. Porque a mí me han contado a veces: “Mi padre se murió y se quedó ahí no sé cuántos años y no sé cómo va esa lista.”. Otro problema que pasa es que tú eres socio honorífico y te quieres ir, ninguno de tus hijos quiere hacerse socio y tu título entra en la lista de transmisión. Tú no le puedes decir a otra persona: “Yo te hago socio, yo me voy y entras tú.” Eso no está permitido, porque es la junta directiva quien decide quién entra. Tú pagas 7.700 y entras. ¿Te quieres dar de baja? Te das de baja automáticamente y ya está. Pero mientras tú digas: “Quiero que me transmitan mi acción o mi participación”, hasta que realmente se venda o se transmita tu participación a otro socio, tienes que seguir pagando y estar en lista de espera.

Un cambio

¿Qué balance hace de la actual gestión de la junta directiva? ¿Considera que, con los asuntos judiciales que tuvo el actual presidente, se ha visto manchada la imagen del Real Casino y, en caso afirmativo, cómo piensa restaurar esa buena imagen?

Ya con un cambio se restaura. Por lo menos. Evidentemente estamos entrando en temas personales. Los temas personales de cada uno se quedan en casa. El problema que ha habido con esta junta directiva es que los temas personales han salido publicados. El presidente ha sido uno de los que ha publicado sus temas personales, porque nos ha mandado a los socios escritos con el logo del Casino de sus temas personales. Eso no se puede hacer. De hecho, hay socios que han enviado mensajes diciendo: “No me mandes cosas personales del presidente; a mí solamente me autorizas a que me envíes asuntos que sean propios del Casino y nada más.” Esta es la parte que no nos ha gustado a muchos socios y por lo que les pedimos responsabilidades en su momento a la junta directiva. Bueno, ellos actuaron como quisieron: no tomaron medidas; no dimitieron; no dimitió el presidente. Para nosotros se ha visto enturbiada la imagen del Casino, pero por ese tema. Yo, su tema personal, no me meto. Lo que haga cada uno es en casa de cada uno, pero en cuanto manchas la imagen de la institución a la que representas… Tú no puedes enviar correspondencia propia, personal, de sus temas de la Universidad, con un logo del Casino, a los socios. De hecho, los estudiantes de los que se publicaron los nombres también se quejaron en la Universidad; la universidad le abrió expediente. Son cosas que no tenían que haberse mezclado, que creo que al final a los socios nos ha molestado. A los socios del Casino no nos gusta salir en prensa si no es para temas buenos. Lógicamente, el casino es una entidad con muchísima solera. En 15 años hacemos los 200 años. Entonces, que tengamos que salir en asuntos turbios no nos gusta. Que se publique: “El presidente del Real Casino de Tenerife tal, tal, tal”. Eso no le gusta a nadie. Si a ti te toca por tu tema personal, es tu tema personal. Creo que en su momento la postura tenía que haber sido: “Yo dimito y, si esto se soluciona, me vuelvo a presentar en siguientes elecciones”, y hubiera salido por la puerta grande. Creo que eso no se hizo y el problema es que, además, ha tenido una junta que le ha apoyado. Sobre la gestión que han hecho… A ver, la gestión económica ha sido muy buena; eso no se puede discutir. Ellos recibieron el Casino con el problema del Atlántico, que estuvo en demanda muchísimos años. Gracias a un abogado de la junta directiva anterior, se les demandó. Recuperamos el local y eso es una fuente de ingresos importante para el Casino. Toda la gestión de locales ha sido buena. La gestión como tal de junta directiva. Pero mira, se ha cambiado el gimnasio de sitio y no se ha tenido en cuenta la opinión del socio. A lo mejor esa ubicación no hubiera sido la mejor, pero hay que cambiarla; se cambia, y se cambió. ¿Se ha cambiado para bien? Sí. ¿Ha molestado a otros socios que utilizaban esas dependencias? Es complicado, porque nunca llueve a gusto de todos, pero se podía haber hecho de forma más transparente, teniendo en cuenta la opinión de los socios, cosa que no se hizo. El problema también de esta junta es que la gestión no ha sido mala, pero ha sido unilateral. Por eso el tema del plan de usos, cambios, ver cómo se puede amoldar todo para que todo el mundo esté contento y feliz.

Me decía que en 15 años cumplen 200 años. Y nunca ha habido una presidenta mujer. ¿Qué significaría para usted ser la primera presidenta mujer del Real Casino de Tenerife?

Sería estupendo, aunque para cualquiera que aspire a presidir al Casino, sea hombre o mujer, es un orgullo. Lo que realmente aporta al casino es que la persona tenga la capacidad de servir a los socios y ganas de hacerlo. Esto es lo que lo que a mí me aportaría la presidencia del Casino. ¿Que puede ser que sea la primera? Pues doble satisfacción por serlo, y más sobre todo en los tiempos que estamos. Nunca había habido candidatas hasta que yo fui la primera hace cuatro años. Hombre, que sea una mujer por primera vez presidenta, creo que es de justicia. Cuando llegas al salón del presidente y ves que son todos hombres, dices: “Hombre, una mujer no queda nada mal, ¿no?”.

¿Hay algún problema que actualmente tengan los socios, alguna demanda que no hayamos hablado durante esta entrevista pero que sea reseñable? 

Quizás el tema de los espacios para los profesionales. Hay dos salones que están demandados muchísimo para reuniones profesionales. Tienes una reunión con alguien y es más fácil quedar en Santa Cruz. Quedas en el Casino, reservas. Son dos salas que, además, son muy coquetas, y yo creo que eso es algo que hay que impulsar y además modernizar un poco también, porque son un poco vetustas; aunque están muy bonitas. Queremos un coworking, de modelo club financiero. Un sitio donde puedas reunirte, pero también decir: “Oye, que vengo aquí, enchufo un pendrive o conecto un Bluetooth, imprimo dos cosas que me hacen falta y me voy". Estas facilidades no son nada pretenciosas; es facilísimo.

¿Qué les dice a los socios de cara al martes?

Que me voten. Estamos tranquilos porque conocemos el Casino. Somos un grupo que lleva cuatro años largos trabajando. No hemos dejado de ir a asambleas, nos reunimos. Tenemos buen rollo entre nosotros. Y además le tenemos muchísimo cariño al Casino, que yo creo que es la parte más importante que tenemos nosotros, y las ganas de hacer cosas sin más interés que movernos por el Casino. Es tan sencillo como eso. Todos decimos: es el Casino que queremos para un futuro, para que nuestros hijos puedan seguir utilizando el Casino. Hay muchísima gente que me ha dicho: “Yo te voto, pero haz algo por el Casino". Me da muchísima pena que un socio se de de baja, además sé que el que se da de baja, lo hace con pena. Y te das de baja con pena porque dices: “Lo que pago no me atrae, no me devuelve nada el Casino.” Eso es lo que queremos. Que el socio que paga la cuota obtenga lo que quiera del Casino. Creo que es fundamental que el socio esté cómodo, lo use.