La Quema del Judas de Taganana: la tradición irreverente contra el mal

Conocemos una de las tradiciones más particulares que se celebra en Santa Cruz de Tenerife, donde un muñeco representativo de Judas es paseado por las calles de Taganana, con ciertas particularidades, antes de ser quemado

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La Quema del Judas de Taganana / CEDIDA
La Quema del Judas de Taganana / CEDIDA

La Semana Santa es una semana cargada de rituales, costumbres, religión, mucha solemnidad y tradiciones que van por barrios y que, en esta ocasión, nos llevan a Taganana para conocer o recordar la Quema del Judas.

Se trata de una tradición que en Taganana se ha celebrado Ininterrumpidamente desde 1630, que se conozca. Durante el COVID, incluso, se celebró de una forma simbólica, cuando los vecinos del pueblo costero de Anaga hicieron muñequitos de papel en sus casas para quemarlo posteriormente.

La celebración

“Sí existía el muñeco grande, pero no se quemó”, aclara Luján González, presidente de la asociación de vecinos La Voz del Valle. “Son tradiciones mucho más antiguas que 1630 y hasta hoy en día”, puntualiza.

Según relata el representante vecinal, nacido, criado y siempre vecino de Taganana, a las 00:00 horas del Domingo de Resurrección comienza esta historia ancestral con “la caída del manto, que es una tradición muy antigua en la que dentro de la iglesia se cubre el altar principal con una cortina que conocemos como manto”.

 

 

Ritual

Este ritual se realiza por medio de una cuerda y continúa cuando se abre al momento del Gloria y simboliza la resurrección. “Hasta entonces todo ha sido recogimiento, todo ha sido oración y, a partir de ese momento, ya comienza la fiesta”, comparte Luján.

Así, al finalizar la misa, se empieza a escuchar a lo lejos a la llamada parranda del Judas. “Son los que han hecho el muñeco y lo pasean por el pueblo toda esta noche hasta el mediodía del Domingo de Resurrección, cuando se le prende fuego”, explica el presidente de La Voz del Valle.

Todos contra el mal

A estos parranderos encargados de ‘castigar’ a Judas hasta su quema los vecinos les invitan a comer durante todo el proceso tradicional y, como señala Luján, “así dura la parranda hasta el mediodía del domingo”.

La quema del Judas es una forma de liberación de atacarle al mal, que no puede con el bien. Es un tema religioso, “aunque para otros puede ser un tema pagano”, precisa González. Ese muñeco es el escarnio, la burla hacia ese ser y este vecino de Taganana lo explica con una particularidad bastante elocuente, en el que también cabe la diversión. “El Judas de Taganana suele ir con el miembro viril por fuera con una especie de artilugio en el que si pasas por al lado alguien lo activa y te puede ‘orinar’”, expresa entre risas.

El 'Judas'

El relleno está hecho de aneas de plataneras o paja y caña del barranco cruzadas y se hace como una especie de armatoste. Además, sobre la indumentaria que viste al muñeco, contextualiza el presidente de La Voz del Valle que “el mal en sí no solo es del pasado, es del presente y probablemente del futuro. Independientemente de cómo va vestido en cualquier momento, en cualquier época, Judas es Judas”. Así, sentencia que “al de hace 200 años se le ponía la ropa de hace 200 años y al de hace 2000 años, ropa de hace 2000 años y la maldad de ahora se viste con las ropas de ahora”.

Otra de las características del muñeco que representa a Judas -y al mal- es la incorporación de un puro. “Son licencias que se pueden tomar porque es la despreocupación de fumarse un puro, como el que no ha hecho nada. Tranquilidad o querer decir que estoy relajado y a lo mejor no lo está tanto”, argumenta Luján.

Alcaldes honorarios

Tal es la solemnidad y la profundidad de esta tradición que ha impulsado a nombrar alcaldes honorarios del pueblo. “El alcalde honorario de Taganana lo es precisamente por ser una de las personas que, entre otras cosas, es una de las personas que ha mantenido la tradición”. En este caso, Pablo Martín Álvarez se eligió el año pasado como alcalde honorario por ser una de las personas que durante, no menos 50 años, ha estado participando en la quema del Judas.

Otro ejemplo es el de doña Amalia NegrÍn Manrique, alcaldesa honoraria de Taganana, y que es artesana de la esterilla de palma y una persona que durante décadas ha trabajado la palma y ha hecho sombreros, esteras, bolsos…

Vecinos de Taganana con el muñeco que representa a Judas / CEDIDA
Vecinos de Taganana con el muñeco que representa a Judas / CEDIDA

La quema

El desenlace de la festividad de la quema del Judas llega, como es fácil comprender, al prenderle fuego al muñeco. Este momento ocurre después de la misa del domingo pasadas las 12 horas del mediodía y los encargados de prenderlo son los mismos componentes de la parranda que lo pasearon por el pueblo.

“Antiguamente la gente se emborrachaba más, por lo que siempre procurabas que fuera una persona que supiera, más o menos, lo que estaba haciendo. Pero no es difícil. Coger un fosforo y darle fuego a un muñeco de paja no tiene tanta ciencia. En ese momento, además, se brinda con vino, se reparten dulces… Todo en exterior”, esgrime Luján.

Seguridad

Además, puntualiza que, en un enclave tan importante como el Parque Rural de Anaga, el lugar en el que Judas se pierde entre llamas, la quema se hace en un lugar donde se quita la hierba que tenga alrededor.

Ya sobre las 14:30 todo ha terminado, todo se acabado y cada uno se va para su casa a almorzar. “Ya ha acabado la Semana Santa y el pueblo empieza otro año nuevo, otra tradición más, de las muchas que tiene Taganana, y que mantenemos ahí como como gato panza arriba”, finaliza el representante de La Voz del Valle.

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