Los comerciantes del rastro recuperan su ubicación: “Se nos ha devuelto lo nuestro por ley"

La presidenta de la Asociación del Rastro de Santa Cruz de Tenerife, Carmen Tejera, explica a Atlántico Hoy las sensaciones a pocas horas de recuperar su ubicación habitual más de dos años después

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Rastro de Santa Cruz de Tenerife y su presidenta, Carmen Tejera. / AH
Rastro de Santa Cruz de Tenerife y su presidenta, Carmen Tejera. / AH

El Rastro de Santa Cruz recupera este domingo su antigua ubicación, localizado en las proximidades del Mercado Nuestra Señora de África, frente a Presidencia de Gobierno y alrededores, aunque con un nuevo planeamiento de los puestos.

Tras dos años de lucha por volver a su habitual ubicación durante más de tres décadas, que a causa de la pandemia de la COVID-19 se vieron desplazados. Los comerciantes comparten su enorme satisfacción por poder ejercer su labor donde la ley los ha ratificado.

Promesa de dos alcaldes

“Estamos muy contentos, porque era la promesa del gobierno de Patricia Hernández y de José Manuel Bermúdez”, reconoce la presidenta de la Asociación del Rastro de Santa Cruz de Tenerife, Carmen Tejera. “Durante la pandemia hemos tenido tres concejales: uno del PSOE, uno del PP y uno de CC, con los que he tenido que negociar. Todos estaban en la línea de trasladarlo a la zona del Mercado porque era su lugar emblemático”, explica.  

En este sentido, aclara que han tenido que reubicar el posicionamiento, de acuerdo a la predisposición a la reorganización del concejal de Promoción Económica, Alfonso Cabello, quien ofreció a los comerciantes elegir las calles. “Se desaloja todo Bravo Murillo para evitar molestias a los vecinos, a pesar de que existe la sentencia de un juez que dice que el rastro estaba antes de que llegaran los vecinos y que, por lo tanto, no teníamos por qué ser recolocados, sino un tanto reubicados para evitar molestias a la entrada de los parkings y de los edificios, cosa que nunca hemos taponado”, esgrime Tejera.

Licencias

Así, la representante de los comerciantes y el Consistorio, llegaron a un consenso para trasladar todo lo de la calle Bravo Murillo y ubicarlo en la plaza de Presidencia y la Avenida de Buenos Aires.

En esta ‘nueva’ etapa del Rastro de Santa Cruz de Tenerife, en principio se han repartido 412 licencias, que corresponden a los comerciantes que renovaron en su momento, “pero la Ordenanza Municipal recoge un total de 631 licencias que, a lo mejor, este año no se entregarán”, concreta Carmen Tejera.

A la espera de los comerciantes

En este sentido, relata que las razones son “porque ha variado mucho las cosas: gente que ha fallecido, gente que ya no quiere seguir vendiendo, y hay bajas”. Por ello, hasta que no se enumeren las bajas no se podrá hacer el sorteo de los puestos que van quedando vacíos. Una vez completos, se sacarán los que faltan, que serían más 220 y que también se tienen que reubicar en el nuevo plano, que incluye puestos más pequeños.

“Hay un poquito de incertidumbre porque con el plano nuevo la numeración de las ubicaciones varió y ahora los comerciantes tienen que buscar dónde está su número para que se puedan poner en el lugar correspondiente”, comparte la presidenta de la Asociación, que cree que este primer domingo de regreso a la zona habitual será algo extraña y que no todo el mundo irá.

Rastro de Santa Cruz de Tenerife. / Imagen de la red
Rastro de Santa Cruz de Tenerife. / Imagen de la red

La ley, de su parte

No obstante, valora que “lo bueno es que vamos a estar ahí, que se nos ha devuelto lo nuestro por ley. Primero por una Ordenanza Municipal, luego por un decreto de alcaldía y, después, por una sentencia que avalaba al rastro en el lugar, incluso tras un recurso en contra”, argumenta orgullosa.

Por ello, señala Tejera la importancia de que han estado 34 años manteniendo el rastro con vida en la zona a pesar de que “siempre” hay problemas. “Cuando no es un vecino es un comercio el que se queja, cuando no, es el Mercado…”

Pide comprension

En este contexto, la presidenta de la Asociación aclara que van con “la humildad de consenso para que no haya enfrentamientos con nadie. Queremos que entiendan que son 412 familias que lo necesitan, porque es un extra para su casa”.

Asimismo, quiere recordar que nunca tienen la certeza de poder abrir cada domingo, pues afirma depender “mucho de tiempo, que es muy variable. Temporal, si hay viento, lluvias… Te tienes que ir. Porque ahora todo son alertas y eso nos para el rastro”. Como ejemplo, comparte que tras el regreso de este domingo (30 de octubre), “el día 13 hay una maratón y se para el rastro, solo dos semanas tras volver. No siempre podemos contar que todos los domingos van a ser buenos, pero sí es una ayuda para muchas familias”, expresa.

Asombrados por la respuesta

Respecto a cómo han podido recibir la noticia de la reubicación los clientes más habituales, Tejera confiesa que están “un poco asombrados”, porque la información, que compartieron en sus redes sociales, se ha compartido por más de 500 personas. “Quiere decir que la gente está contenta porque vuelve el rastro. Demandaban que volviera a su lugar”, añade.

No en vano, abunda en que el Rastro de Santa Cruz “es una fiesta”, porque muchos vecinos “no se desplazan al norte a comer ni van a la playa, sino que cogen la guagua, se bajan en la terminal, se recorren el rastro, se comen unos churros, se toman un cortado, compran la verdura… Nos necesitamos unos a los otros, nos guste o no”, argumenta la presidenta de los comerciantes. “Las casetas azules estaban desesperadas para que el rastro regresara. Muchísima gente del Mercado lo estaba pidiendo a gritos, así como los vendedores del rastro”, agrega.

Levantamiento del campamento

Uno de los impedimentos que se habían encontrado, tanto el ayuntamiento como los comerciantes, para el retorno, era la localización en el mismo lugar que ahora el rastro recupera, de la acampada por una vivienda digna que tristemente se mantenía frente a presidencia de Gobierno en busca de una ayuda desesperada para evitar los desahucios y que les facilitaran accesos a viviendas.

“Les damos las gracias, porque colaboraron”, comparte Carmen. “Se llegó a un consenso con ellos y con el ayuntamiento para el desalojo. Hablaron y les dijeron que le rastro lo tiene por ley, por sentencia, y ellos no tenían permiso, pero francamente se lo agradecemos mucho, porque como están las cosas, si no te quieres ir no hay quien te mueva”, finaliza agradecida Tejera.

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