Regresa un emblema de Santa Cruz: la nueva 'Terraza Parque'

ENTREVISTA AH| Este mes se inaugurará el nuevo local del Reloj de Flores del Parque García Sanabria con cambios que sorprenderán a los santacruceros

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Después de un año cerrado por reforma estructural y también de rediseño e idea de negocio, vuelve uno de los puntos de encuentro más emblemático de Santa Cruz de Tenerife, quiosco-bar del Reloj de Flores del parque García Sanabria.

Abierto ya de cara al público para ir testeando las primeras ofertas culinarias, aún faltan retoques y los trabajos continúan y será a finales de este mes de julio cuando esperan poder realizar la inauguración oficial. ¿El nombre? “En principio será Terraza Parque, donde el Reloj de Flores”, así, como cuando uno queda.

cafeteria reloj de flores

El nuevo local apura las últimas reformas, pero ya está abierto al público | AH

Quien nos desvela el secreto es Jorge Dorta, el jovencísimo jefe de cocina de tan solo 21 años y que afronta este impresionante reto “con ilusión y humildad”. Formado en la Escuela del IES Virgen de la Candelaria, Dorta ya acumula experiencia nacional e internacional. Ha trabajado en Tenerife para la cadena Iberostar, como en el Hotel Anthelia, pero ya cuenta en su expediente con su labor en un estrella Michelín en Bilbao, así experiencia en la ciudad de Sevilla.

Ahora, tras trabajar en el grupo Pepe Nacho S.L., propietarios de la concesión del nuevo local, le ha salido la oportunidad. “Han confiado en mí y la verdad es que es un reto. Soy un joven, pero creo que esa humildad e ilusión es la que tratamos de transmitir al cliente y que ellos nos ayuden a la hora de probar los platos”, señala.

“Queremos dar cierto nivel a la cafetería y al entorno, tanto en sala como en cocina, y corresponder al parque, que es un sitio muy bonito al que acompaña”

“Queremos transmitirle al cliente una cercanía y un poco cambiar la imagen de lo que esto llegó a ser antes”, explica Dorta en relación a la idea del nuevo negocio. “Queremos dar cierto nivel a la cafetería y al entorno, tanto en sala como en cocina, y corresponder al parque, que es un sitio muy bonito al que acompaña”. Uno de los mensajes en el que más hace hincapié es en el de la cercanía al cliente, para que entiendan el cambio que quieren compartir y buscar ese feedback de si gusta o no.

Los cambios más destacables pasan directamente por la cocina. “Vamos a apostar por una gastronomía más elaborada”, destaca su jefe. No obstante, el objetivo final es una experiencia general para todos los públicos. “Queremos ser un sitio ameno, de ocio: tenemos el parque de niños al lado y ya no es solo para que la gente pueda venir a tomar una copa o algo, sino para que también vengan a comer”, incide. “Queremos ser un local referente”.

Jorge Dorta

El jefe de cocina, Jorge Dorta (derecha), junto a un componente del equipo | AH

Con estos cambios, y los que vendrán cuando estén en pleno funcionamiento, lo lógico es pensar en dejar atrás el concepto de toda la vida de quisco, cafetería o bar. “No nos queremos poner etiquetas, porque no nos interesa, pero sí es cierto que en cuanto a gastronomía va a ser un poco gastrobar. Evidentemente no podemos ser un restaurante de mantel y mesa redonda clásica, pero sí un poco informal y que la gente nos identifique por comer bien, por el sabor, porque pasen un rato ameno con su familia. Que se sientan como en casa”, resalta el chef.

Uno de los aspectos que también van a llamar la atención en la ‘Terraza Parque, donde el Reloj de Flores’ será cuando el día vaya despidiéndose del sol. “Vamos a tener un poco de coctelería, poner un poco de música, aunque no sé hasta qué punto podremos aún… Una terraza chillout, una barra portátil por fuera e incluso no sé si se va a fomentar el tema de las shisha”, explica. Además, también habrá oferta diurna para el entorno laboral de los alrededores.

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Nuevo equipo de cafetería de máxima calidad | AH

A pesar de los retrasos en la reforma (se esperaba que en mayo ya hubieran inaugurado) la satisfacción por el trabajo es total, siendo la cocina uno de los puntos claves en esta restructuración. “Antes estaba bastante limitada con una plancha y lo que había antes. Hemos hecho una cocina bastante completa, tenemos el menaje necesario para hacer una buena carta y una buena gastronomía”, comparte Dorta. “En sala se han reformado los baños, el pavés, las sillas, tienen que llegar unas sombrillas de unos 3 metros de altura…”. Y aquí está la llave para poder poner todo en marcha al 100%: las sombrillas. Gracias a su altura y envergadura podrán mantener a sus cerca de 40 mesas al servicio de los clientes bajo una sombra constante, que a día de hoy no es compatible, teniendo a disposición de quien se quiera acercar desde el pasado fin de semana un número limitado de mesas, más las nuevas butacas bajo techo junto a la barra del local. Cuando lleguen las sombrillas (las esperan a final de mes). La vida rebrotará junto al reloj de flores del parque García Sanabria.