Aunque son productos básicos en el día a día de los más pequeños, adquirir zapatos, carros o cunas supone un importante esfuerzo económico para muchas familias, especialmente al tratarse de artículos que solo se utilizan durante un periodo limitado de tiempo. Para aliviar ese gasto y fomentar la economía circular, Consuelo, vecina del sur de la isla, decidió emprender en Santa Cruz de Tenerife creando Punto Peque, un espacio donde se pueden vender y comprar estos artículos infantiles a precios asequibles.
El local se encuentra en la Avenida de Las Hespérides, en el núcleo capitalino de La Gallega, y su objetivo es dar una segunda vida a productos que estén en buen estado, contribuyendo así tanto al ahorro de las familias como al cuidado del planeta.
Una idea desde casa
Consuelo explica a Atlántico Hoy que la iniciativa surgió hace unos cuatro años, coincidiendo con el nacimiento de su hija. “La idea surgió porque quería volver a trabajar pero sin renunciar a cuidar. En casa hay artículos que se acumulan casi nuevos, y me parecía una locura vender cada uno por plataformas en las que no sabemos a quién se lo vendemos o compramos”, relata.
Actualmente el espacio cuenta con 300 metros cuadrados y, según su fundadora, es pionero en Tenerife en este tipo de modelo. “Estamos intentando crear un lugar donde las familias puedan dar una segunda vida a todo lo que tienen. No es un mercadillo ni un rastro, porque es una tienda muy cuidada donde los artículos son revisados, limpios y seguros. Trabajamos con productos para edades de 0 a 12 años, como ropa, cunas, muebles o cambiadores”, detalla.

Funcionamiento
El sistema de trabajo se organiza con cita previa, con el fin de atender a cada familia sin esperas. Para los artículos pequeños basta con concertar la cita, mientras que para los objetos voluminosos se realiza una valoración previa por WhatsApp, evitando así que las familias tengan que trasladar cargas innecesarias.
El proceso es sencillo: se entregan los artículos junto con el DNI, se completa un inventario y se firma un contrato de depósito. En pocos días se realiza la valoración final. Una vez aceptada, los productos se ponen a la venta durante un mínimo de 90 días. Cuando se venden, las familias reciben el 50 % del precio final. Además, el equipo está trabajando en un sistema automatizado para agilizar las notificaciones. El precio se establece según el estado del producto, su antigüedad, la demanda y el valor real en el mercado de segunda mano. Si no se vende, puede retirarse sin coste, prorrogar su tiempo en tienda o donarse a una organización benéfica.
Asociaciones
También colaboran con organizaciones benéficas que ayudan a familias con escasos recursos. Actualmente trabajan con la Asociación Más Familia y buscan ampliar sus colaboraciones, especialmente con entidades que apoyen a mujeres.
Además cuentan con otro espacio para talleres y charlas. “Queremos que también sea un punto de encuentro. Hemos hecho talleres lúdicos, como el de Halloween, y estamos contactando con profesionales que puedan ofrecer charlas y actividades para las familias”, asegura.