Vecinos de García Escámez, en pie de guerra por el cambio de nombre del colegio por franquista

Este barrio de Santa Cruz es de los más apegados al legado del general golpista, que construyó la propia barriada y está enterrado en ella

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Colegio García Escámez, en el barrio homónimo en Santa Cruz de Tenerife./ CONSTRUDATA
Colegio García Escámez, en el barrio homónimo en Santa Cruz de Tenerife./ CONSTRUDATA

El colegio García Escámez, en el homónimo barrio santacrucero, dejará de llamarse así tras aprobarse este lunes de forma oficial que su denominación sea colegio Ágora. La decisión ha enfadado a muchos vecinos del barrio, que rechazan una modificación que consideran impuesta, y causa incomodidad entre la comunidad educativa tras 80 años con la misma denominación.

Detrás de la controversia está el cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica, dado que el colegio -y el barrio- llevan el nombre del general sublevado Francisco García-Escámez. Figura que, tal y como recoge el catálogo de vestigios franquistas de Canarias, tuvo una "participación destacada (...) en los preparativos de la rebelión en Pamplona", "actuación militar en la guerra", "responsabilidades en materia represiva" y "cargos desempañados al servicio del régimen dictatorial".

En consecuencia, el documento determina que las múltiples denominaciones de espacios y edificios públicos con el nombre de este, las placas y otras menciones honoríficas "constituyen una exaltación personal de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la dictadura".

Elementos ftanquistas en la barriada

El colegio ha sido la primera pieza en caer de un dominó que, tarde o temprano, acabará por colapsarse. El catálogo de vestigios franquistas recoge toda una serie de elementos que tendrán que ser retirados o cambiados de nombre una vez se resuelva la judicialización del mismo -que mantiene paralizada su ejecución-, como por ejemplo el arco de acceso al barrio o el monolito en honor al general golpista, pasando por el propio nombre de la barriada.

Una cuestión que ha causado un rechazo frontal entre muchos vecinos -por supuesto, no todos-, bien por nostalgia, bien por costumbre nominativa. Hace años, ya se organizaron sendas recogidas de firmas para evitar el cambio de nomenclatura en el barrio y en el colegio.

Un barrio muy apegado al general golpista

La cuestión es que muchos vecinos sienten un fuerte apego al general franquista, bajo cuyo mando se construyó la barriada y que, de hecho, está enterrado en la misma -en la iglesia de San Fernando Rey-.

Respecto al colegio, el cambio de nombre ahora aprobado fue propuesto en su momento por el consejo escolar, aunque el centro siempre ha argumentado que aquello se hizo a instancias del Gobierno de Canarias, como una "obligación" para cumplir la Ley de Memoria Histórica.

El general García-Escámez

Francisco García-Escámez e Iniesta nació en Cádiz en 1893. En su carrera militar, se formó en la rama de la infantería. En los meses previos a la Guerra Civil, estando destinado en Pamplona, colaboró con el general Mola en la preparación del golpe de estado que desembocaría en la contienda. Desde Navarra, dirigió una columna de un millar de falangistas y requetés carlistas hacia Madrid, logrando grandes éxitos militares para los sublevados.

En su camino a la capital, conseguiría tomar las poblacines madrileñas de Sigüenza y Somosierra -razón por la que sería nombrado marqués de Somosierra, bautizando así también otro barrio de Santa Cruz de Tenerife-. Tuvo también un importante papel en las batallas del Jarama y del Ebro.

Acabada la Guerra Civil, y antes de ser nombrado capitán general de Canarias, fue gobernador militar de Barcelona y de Sevilla. Ya en las islas, su actividad se centró en dotarlas de infraestructuras, lo que le granjeó -todavía a día de hoy, y más en el barrio que lleva su nombre- el sentimiento de agradecimiento de muchos canarios.

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