Los agricultores de La Palma denuncian robos y economía sumergida en su sector

Además del robo en la cosechas, existe una economía sumergida y competencia desleal con productos como las castañas ''sin ningún tipo de control''

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Un agricultor del sector primario./ EUROPA PRESS
Un agricultor del sector primario./ EUROPA PRESS

El intrusismo en las fincas y los robos en cosechas es una realidad históricamente denunciada por muchos agricultores en Canarias. Actualmente, los trabajadores del sector en islas como La Palma denuncian no solo estos robos, sino también una economía sumergida y competencia desleal. 

Desde el sector aseguran sentirse desamparados y piden un mayor control e implicación de las administraciones para vigilar la comercialización y competencia desleal de los productos agroforestales, así como más vigilancia no solo para los robos, sino también para animales como cabras, arruí o conejos que acceden a las fincas y afectan a la cosecha.

Para los agricultores, estos problemas tienen como consecuencia que no se trabajen más los terrenos de las medianías así como que se pierdan los castaños o los frutales tradicionales. 

Recolecciones en una finca de La Palma. / CEDIDA
Recolecciones en una finca de La Palma. / CEDIDA

Robos de hasta 1.000 kilos 

Un ejemplo de ello es el caso de Daniel Mentrel, quien lleva varios años intentando impulsar un proyecto de recuperacion de las castañas y otros cultivos tradicionales. Todos los años sufre el robo de 1.000 kilos de castañas, así como 500 de manzanas, peras o ciruelas. En general, la rotura de vallados, el mal estado de los accesos e incluso recibir insultos por parte de quienes les roban son también situaciones a las que se enfrentan los agricultores habitualmente.  

‘’Cuando llega la época de las castañas se ven los mercados llenos y sabes que no vienen de agricultores, y en muchos casos que no se está declarando. He mandado instancias de las que no he obtenido respuesta, y luego pierdo juicios porque estiman que dos o tres kilos de castañas no tienen ánimo de lucro, pero al final dos o tres kilos por persona hace que me falten más de 1.000 al año’’, comenta Daniel sobre su caso. 

A estos problemas de los agricultores, también se le suma el de animales como cabras o arruí asilvestrados, que entran en las cosechas. En general consideran que la castaña y la setas son un negocio rentable, pero que necesita ''una gestión integral y que se aprovechen los recursos'', así como que se realicen más tareas de concienciación de la sociedad en cuanto al campo. 

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