¿Qué pueden hacer los fumadores que no quieren dejarlo o no son capaces de hacerlo?

Han aparecido unas nuevas alternativas que vienen de la industria tabacalera como son los cigarrillos sin combustión y los vapeadores con o sin nicotina

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Un hombre con un cigarrillo eléctrico. / AH
Un hombre con un cigarrillo eléctrico. / AH

Nadie cuestiona desde hace tiempo que fumar es malo. Las consecuencias negativas que tiene el tabaco sobre la salud y la importancia de abandonar el consumo son conocidas por todos. Pero, ¿qué ocurre con las personas que no quieren dejarlo o que no son capaces de hacerlo? José María García Basterrechea, especialista en medicina interna y experto en drogodependencia, abrió la puerta este viernes en Gran Canaria a alternativas menos perjudiciales. “Esto va dirigido a la disminución de daños, aunque lo mejor es no fumar”, aclaró.

García Basterrechea resaltó que el tabaquismo produce muchas muertes, “más de ocho millones en el mundo”. Explicó que el tabaquismo es una enfermedad sobre la que el consumidor tiene responsabilidad, pero no culpa. “No es culpable de esta enfermedad del cerebro derivada de la interrelación de múltiples factores sociales, familiares y económicos”, indicó.

Un 33% de fumadores

El experto en drogodependencia participó en las Jornadas de actualización de abordaje de las conductas adictivas organizadas por el Colegio Oficial de Psicología de Las Palmas. Ofreció algunos datos como que “en España alrededor de 10 millones de personas fuman diariamente, lo que supone un 33% de la población”. Añadió que la cifra en 2007 era de un 26,6%.

La realidad es que no todas las personas adictas a la nicotina están dispuestas o son capaces de hacerlo. “Un 40% de los fumadores no quieren dejar de fumar. Y a lo mejor el 20% o 30% de los que quieren dejar de fumar no lo consiguen. ¿Qué hacemos con ellos? ¿Los ignoramos? ¿Los mandamos a las cavernas y cuando hayan cambiado empezamos de nuevo?”, reflexionó.

Cigarrillos sin combustión

El especialista en medicina interna destacó que han aparecido unas nuevas alternativas que vienen de la industria tabacalera como son “los cigarrillos sin combustión y los vapeadores con o sin nicotina”. “Hay algunos informes científicos que indican que son interesantes. Pero a veces hay un debate enconado y excluyente donde, en mi opinión, el método científico no está presente”, apostilló.

García Basterrechea puso en valor que se ha demostrado, en la práctica cotidiana, que esas alternativas disminuyen en un 95% en los estudios de la FDA o de la propia OMS la cantidad de sustancias tóxicas que tiene el tabaco. “Vamos a plantearnos esto y vamos a plantearnos abrir la puerta a la posibilidad de que estas terapias sean eficaces”, exclamó.

Una mujer con un cigarrillo eléctrico. / EFE
Una mujer con un cigarrillo eléctrico. / EFE

Otros países

Insistió en que lo mejor es todo lo que sea el abandono del tabaco. “Pero para los que no quieren o no pueden, que son prácticamente el 50% de la población, busquemos otras alternativas”, dijo. “La realidad objetiva de las encuestas indica que no se está disminuyendo el consumo con las políticas actuales. Suecia, Japón, Finlandia o Canadá están demostrando que son válidas”, añadió.

“De hecho, un informe independiente elaborado en Gran Bretaña demuestra que estas terapias son útiles para muchas personas para no fumar tabaco de combustión o para abandonar cualquier tipo de tabaco. No son terapias exentas de riesgos, pero con muchos menos peligros que el tabaco de combustión”, sentenció.

Disminución del tabaquismo

El experto en drogodependencia contó que en Japón se han incorporado cigarrillos sin combustión y ha disminuido un 40% el consumo de tabaquismo. “Los cigarrillos y los productos de calentamiento son alternativas menos nocivas para la salud, siempre en el contexto de las personas que no pueden dejar de fumar”, aseveró.

“Lo que yo planteo es que los científicos hablemos, que usemos el método racionalista de discusión científica. Comparemos, estemos atentos y transmitamos una idea general a los ciudadanos”, atestiguó.

Sobre la opinión de la comunidad médica en España con respecto a este asunto dijo que “está radicalmente en contra”. Afirmó que no se podrán tener datos definitivos hasta dentro de 15 o 20 años, “pero los datos que se están publicando indican que hay una disminución de los infartos, una disminución de las enfermedades respiratorias, una disminución del consumo de tabaco de combustión”. “Como mínimo, planteo que analicemos, contrastemos y sigamos trabajando juntos mucho mejor que enfrentados”, dijo.

Una mujer con un cigarrillo eléctrico. / EFE
Una mujer con un cigarrillo eléctrico. / EFE

Medidas institucionales

García Basterrechea destacó que hay que apoyar las medidas institucionales porque “se ha demostrado que todas las medidas preventivas de reducción de espacios de tabaco, empaquetado neutro y aumento de los impuestos son medidas eficaces”.

Resaltó que los sanitarios deben identificar a los fumadores y hacer una intervención breve de 2 o 3 minutos para recomendar que dejen de fumar. “Sabemos que es difícil, a veces fracasa y hay recaídas, pero hay que trabajar en ellos”, aseveró.

Adicciones

El doctor Carlos Mur de Víu, especialista en adicciones y jefe de Servicio de Salud Mental del Servicio Andorrano de Atención Sanitaria, intervino de forma telemática para abordar el preocupante asunto de la adicción a las nuevas tecnologías. Estas, indicó, forman parte de la vida actual, por lo que lo importante es “aprender a regularlas, ya que no podemos dejar de utilizarlas”.

Centrándose en los menores y adolescentes, uno de los grupos de población en los que más preocupan este tipo de adicciones, el doctor Mur de Víu se mostró partidario de “trabajar la autoestima y el control de las emociones” con el fin de proporcionarles herramientas que ayuden a evitar el desarrollo de una conducta adictiva. “La clave es que sepan organizar su tiempo con otro tipo de actividad, que controlen su impulsividad y sepan identificar los problemas que les genera el uso excesivo de internet o del teléfono móvil”.

Mesa política

La jornada concluyó con una mesa política en la que tomaron la palabra miembros de los diferentes Grupos Parlamentarios, con el objetivo de dar a conocer la perspectiva política del Plan de Adicciones de Canarias en el que están trabajando. Los diputados Miguel Ángel Ponce González (Partido Popular), María Esther González González (Nueva Canarias), Beatriz Calzada Ojeda (CC) y Marcos Francisco Hernández Guillén (PSOE) explicaron sus posturas e indicaron cómo va a contribuir el citado plan a la mejora del abordaje de las adicciones en Canarias.

“En el trámite parlamentario hemos contado con la presencia de técnicos y expertos que han ahondado en las posibilidades y propuestas de mejora del plan”, explicó Hernández Guillén. E indicó que el documento en el que trabaja el Parlamento de Canarias “bebe de las aguas del Plan Nacional de Drogas”. “Vamos a trabajar para que sea una herramienta que nos permita trabajar en el ámbito de la prevención desde los ámbitos de la educación y comunitario, con el fin de tener una sociedad mucho más sana y libre de sustancias”, apostilló el diputado socialista. Además, en relación a los dispositivos sin combustión o de tabaco calentado a los que hacía referencia el Dr. Basterrechea, se mostró abierto a estudiar su viabilidad.

“Es una estrategia de reducción de daños, pues hay indicadores médicos que señalan que con estos dispositivos hay menos daños que con el consumo de tabaco”, señaló, reconociendo que “parece razonable que la política de reducción de riesgos la tengamos presente”, una posibilidad, la de estudiar estas alternativas, con la que se mostraron de acuerdo la mayoría de sus compañeros de mesa. 

Las jornadas estuvieron presididas y moderadas por el decano del COP Las Palmas, Francisco Javier Sánchez Eizaguirre.