Una persona mira un mapa de Canarias. / IMAGEN DE LA RED
Una persona mira un mapa de Canarias. / IMAGEN DE LA RED

De América a Europa: la nueva diáspora canaria necesita encajar en la nueva ley exterior

La Fundación canaria Tamaimos ha pedido que la futura Ley de la Canariedad en el Exterior integre a los emigrantes canarios en Europa, ante el cambio en el flujo migratorio

En el extranjero viven más de 182.000 canarios. Muchos son descendientes de canarios que una vez emigraron, pero esencialmente son personas que en algún momento partieron desde Canarias y, de momento, no han vuelto. Si bien en el siglo pasado la emigración se dirigió hacia América, este siglo el destino ha sido Europa, un cambio de rumbo que puede marcar la futura Ley de la Canariedad en el Exterior.

Esta norma modificará la ley de Entidades Canarias en el Exterior casi 40 años después de su aprobación, en un contexto en el que el flujo migratorio ha cambiado. Por ello, desde la Fundación Canaria Tamaimos, durante la consulta pública para presentar propuestas, han planteado la necesidad de “ampliar y actualizar el concepto de diáspora canaria”, más allá de la emigración histórica hacia América.

Actualizar el concepto

Hoy por hoy hay una comunidad canaria repartida por toda Europa muy grande y muy importante”, apunta el vicepresidente de la fundación Iván Vega Mendoza. Por ello considera que “una nueva ley de canariedad en el exterior no puede seguir con un planteamiento que ha quedado obsoleto”.

Según los datos del INE, en total son 182.738 los canarios que viven fuera de Canarias. La gran mayoría reside en América (153.494 personas), con Cuba y Venezuela a la cabeza, pero en Europa cada vez hay más canarios (24.540), principalmente en Reino Unido, Alemania y Francia, aunque en Países Bajos, Bélgica y Suecia ya hay más de 1.000 habitantes procedentes de las islas o descendientes.

Contextos distintos

No podemos comparar la emigración reciente de los últimos 20 o 30 años a Europa con épocas históricas distintas, en la que la emigración iba a América”, apunta Vega sobre los diferentes momentos en que se han elaborado las leyes. En ambos casos, la emigración fue por necesidad, pero los perfiles no son los mismos.

En este sentido, uno de los puntos que piden corregir desde Tamaimos es el carácter “asistencial” de la norma, centrado en ayudas a los canarios en el exterior. Si bien apoyan el respaldo económico, reclaman ampliar las relaciones de las administraciones canarias para afianzar mejor los lazos culturales. “Echamos mucho en falta un lazo mucho más fuerte con Canarias a través de sus instituciones”, comenta el vicepresidente.

Esto lo atribuyen a la falta de programas de contacto con la población canaria o de canales para realizar intercambios culturales. “Es un potencial que está dejado de lado”, opina Vega, al considerar que muchas de las personas que emigran están formadas. En esencia, apunta, es “otra manera de ser canario que tiene que tenerse en cuenta”.

Incapacidad para el retorno

Pero hay una cuestión más profunda en torno a la diáspora: la falta de facilidades para el retorno, según valora Vega, quien es uno de esos canarios que vive en Europa. Si bien reconoce que no siempre quien emigra quiere volver, considera que deberían facilitarse las condiciones para el retorno, siendo la vivienda uno de los principales hábitats para quienes desean regresar.

Últimamente, con la gran presión demográfica que está sufriendo Canarias”, señala sobre la inmigración europea, “la posibilidad del retorno está empezando a dificultarse muchísimo para los canarios”. A esto se suma el temor ante la posible limitación de la compra de vivienda a extranjeros, por si afectara también a los canarios “no residentes” que quisieran regresar. Aquí entra en juego la definición de arraigo que establezca la nueva ley.