La Audiencia Provincial condena a un hombre a pagar 103.000 euros a otro por un botellazo

Los hechos ocurrieron en una zona de copas de Santa Cruz de La Palma. El indemnizado perdió su ojo izquierdo después de ser golpeado con una botella

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Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife. / Archivo
Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife. / Archivo

La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha condenado a un hombre a pagar 103.000 euros a un joven palmero que perdió el ojo izquierdo tras recibir un golpe con una botella en el transcurso de una pelea en la que también participaron otras cuatro personas.

Es el principal acusado el que deberá hacer frente a la totalidad de la indemnización y además se le impone una condena de cuatro años y medio pero, al ser de nacionalidad marroquí, se sustituye esta pena por la de ser expulsado de España y no poder regresar hasta dentro de cinco años.

A los otros cuatro jóvenes que se vieron involucrados en la pelea se le condenan al pago de una multa de 66 euros.

Pelea en una zona de copas 

Los hechos tuvieron lugar a las dos de la mañana del 19 de septiembre de 2021 en la zona de copas situada en pleno centro de Santa Cruz de La Palma, cuando otro joven informó a la víctima de que se había producido una pelea en los alrededores. Hasta allí se acercó y se encontró con los cuatro acusados a los que empezó a pedir explicaciones de lo ocurrido.

El principal condenado estaba a unos dos metros y desde esa distancia lanzó una botella de cristal a la víctima, que estaba en el suelo a causa de los fuertes puñetazos que le habían dado los otros acusados.

A consecuencia de este impacto el joven sufrió un traumatismo ocular izquierdo grave, con pérdida del contenido del ojo y múltiples heridas en la cara, por lo que precisó ayuda sanitaria inmediata y posterior tratamiento médico para reconstruir la parte del rostro que había quedado desfigurada.

Perdió el ojo

En total, el joven palmero tardó cinco meses en curarse de los que la totalidad del tiempo le impidieron realizar las tareas habituales y tuvo que permanecer dos días en el hospital.

Las secuelas de la agresión son la extirpación del globo ocular izquierdo y una decena de cicatrices que en algún caso llegan a medir cinco centímetros y abarca desde el ojo dañado hasta la mejilla. Los forenses que estudiaron las heridas no tuvieron ninguna duda de que la lesión se produjo a causa del golpe recibido por un objeto de bordes afilados, que perfectamente podría haber sido una botella y que bastó un solo impacto para causar los daños mencionados.

El autor de la agresión fue identificado por la víctima y por otros dos testigos más que se encontraban en el lugar y que intervinieron en el juicio celebrado en Santa Cruz de La Palma el pasado mes de diciembre. Ambos prestaron una declaración que es considerada “precisa y sin plantear dudas” en cuanto a quién fue el agresor, cómo vieron que éste lanzaba la botella y alcanzaba en el ojo de la víctima.

Credibilidad del relato

No obstante, también atribuyeron a éste último una actitud desafiante y provocadora hacia los agresores. Finalmente, el acusado principal dijo que los testigos mantenían una enemistad con él y que lanzó la botella al suelo para poner fin a la discusión.

El tribunal no da credibilidad a este relato, que califica de poco consistente, y sostiene que el lanzamiento del objeto se hizo con la intención de causar daño y prueba de ello es la fuerza empleada. En la sentencia se descarta que actuara bajo la influencia del alcohol y otras sustancias y tampoco admitieron las dilaciones indebidas en cuanto que apenas se tardó un año en celebrar la vista.

El considerado principal autor no tiene familiares en las islas, llegó a España en 2016 y no consta que haya desarrollado trabajo alguno en este tiempo, tenía un permiso de residencia temporal desde 2022 y vivía en una casa abandonada

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