Hay lugares que guardan más que belleza: conservan secretos del pasado, historias de necesidad, hallazgos inesperados y transformaciones que parecen casi mágicas. En una de las islas más vírgenes de Canarias, donde el viento acaricia acantilados y el mar susurra al oído de quienes se acercan, hay un antiguo pozo que dejó de ser solo una fuente de agua para convertirse en emblema de salud, bienestar y orgullo insular.
Una fuente nacida por necesidad —tras siglos de escasez— que se transformó en símbolo de esperanza cuando sus aguas, descartadas inicialmente por ser turbias y salinas, empezaron a ser conocidas por sus propiedades curativas. Lo que parecía un fracaso se convirtió en un tesoro.
Un rincón con historia
El Pozo de La Salud, también conocido como Pozo de Sabinosa, se encuentra en El Hierro y fue mandado a excavar en 1702 por Don Juan Bautista Herrera Ponte Ayala y Rojas, entonces señor de la isla. Dos años después, aunque el agua no servía para el consumo humano, sí empezó a usarse para el ganado... y pronto, para algo más. Vecinos y curiosos que probaron el agua afirmaron experimentar mejoras en su salud, lo que despertó el interés de médicos y científicos.
En 1843, el médico Bartolomé Saurín y Celis lo declaró agua mineromedicinal, y su fama creció tanto que llegó a exportarse a Cuba y Puerto Rico. En 1949 fue declarado Bien de Utilidad Pública.
El balneario actual
Hoy, en el mismo emplazamiento del pozo original, se levanta el Hotel Balneario Pozo de La Salud, el único balneario del archipiélago canario. Ofrece tratamientos terapéuticos, baños de sales, circuitos termales, masajes y hasta agua mineromedicinal en cada habitación.
El hotel cuenta con 22 habitaciones, un restaurante de cocina local y un solárium con vistas al Atlántico. Todo ello rodeado de naturaleza salvaje, acantilados y la serenidad del océano.
Naturaleza y desconexión
Desde aquí se puede acceder a varias rutas de senderismo que atraviesan paisajes protegidos como la Reserva Natural Integral de Mencáfete o el mirador de Bascos. Es también un excelente punto para observar estrellas o explorar el legado cultural de la isla.
Este lugar demuestra que el bienestar no solo está en el agua, sino también en la conexión con la historia, la naturaleza y el silencio que habita en rincones únicos como este.
