Imagen del bochinche y el chef Borja Marrero / MONTAJE AH
Imagen del bochinche y el chef Borja Marrero / MONTAJE AH

El bochinche canario con vistas a la montaña que enamora al chef Borja Marrero: "Comida 100% casera"

Este rincón tradicional ofrece comida casera, paisajes únicos y una experiencia auténtica que ha conquistado hasta a un chef con estrella Michelin, gracias a su trato familiar y sus platos hechos con mimo

luna moya

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No todos los lugares necesitan grandes campañas para conquistar a quienes los visitan. A veces basta con una buena vista, una cocina costumbrista de las de toda la vida y un ambiente acogedor para dejar huella. Así lo demuestra un pequeño restaurante de las medianías de Gran Canaria, donde cada plato habla de raíces, tradición y sencillez.

Tan auténtico como el paisaje que lo rodea, este bochinche se ha ganado el respeto no solo de quienes viven cerca, sino también de reconocidos profesionales de la gastronomía, que lo eligen como refugio para los domingos tranquilos y sabrosos.

El favorito de Borja Marrero

El chef con estrella Michelin Borja Marrero lo tiene claro: “Los domingos que puedo voy allí con mi madre a probar su comida casera, bien cuidada, sin más pretensiones que comer bien. Carlos te atiende siempre con la mejor sonrisa y sus vistas a las montañas de Camaretas son idílicas”. Así define su experiencia en el Bochinche La Lechuza, ubicado en el municipio de Vega de San Mateo, en plena carretera GC-15.

Este local, que ha sido reconocido con un Solete de la Guía Repsol, es el ejemplo perfecto de lo que significa “comida con alma”. Su carta es sencilla, sin florituras, pero con el sabor que solo se consigue cuando se cocina sin prisas, con ingredientes de calidad y mucho cariño.

Cocina con identidad y trato cercano

El Bochinche La Lechuza abre de miércoles a domingo entre las 12:00 y las 17:00 horas, con cocina hasta las 16:00. Durante ese horario, ofrece una propuesta basada en platos tradicionales canarios, ideal para una escapada gastronómica a la montaña. Quienes lo visitan destacan no solo la calidad de la comida, sino también el trato cercano del equipo, encabezado por Carlos, que recibe a los comensales como si fueran de la familia.

Con vistas a un entorno natural privilegiado y una atmósfera tranquila y familiar, este restaurante se convierte en el destino perfecto para quienes buscan desconectar, saborear y recordar por qué los pequeños grandes sitios siguen siendo insustituibles.