Desde el año 2018 hasta julio de 2025, los servicios de vigilancia terrestres y marítimos han registrado más de 28.000 observaciones e intervenciones en Tenerife, Gran Canaria y Fuerteventura, en ámbitos como el control de actividades extractivas, usos náuticos, acampadas irregulares, residuos y vertidos. Es vigilancia se ha saldado con 6.600 actuaciones de control relacionadas con actividades ilegales en zonas de especial conservación.
Este lunes, la Consejería de Transición Ecológica ha presentado los resultados de los trabajos de vigilancia y control desarrollados en las Zonas Especiales de Conservación (ZEC) marinas del archipiélago. Según ha explicado la consejería de Transición Ecológica en un comunicado, durante dicho periodo las embarcaciones encargadas de la igilancia han efectuado 6.600 actuaciones de control vinculadas a la pesca ilegal, el marisqueo en zonas prohibidas, avistamientos no autorizados de cetáceos, fondeos sobre sebadales y prácticas subacuáticas sin licencia.
Esta vigilancia, apuntan, ha contribuido al inicio de la recuperación de la lapa majorera (Patella candei), una especie en peligro de extinción, gracias al refuerzo de la vigilancia en la Península de Jandía (Fuerteventura).
La vigilancia
Las embarcaciones ‘Mar Canario’ (Tenerife) e ‘Isla de La Graciosa’ (Gran Canaria) han recorrido más de 18.000 millas náuticas en labores de seguimiento ambiental, recogida de residuos, control de actividades y apoyo a intervenciones en casos de fauna marina accidentada. Estas tareas han sido coordinadas por tripulaciones especializadas, guardapescas y biólogos marinos, en colaboración con cuerpos y fuerzas de seguridad, universidades y centros de recuperación de fauna.
La Consejería continuará impulsando estas actuaciones en los próximos años con el objetivo de consolidar la Red Natura 2000 en Canarias como un ejemplo de gestión compartida, en el que se combine la conservación de los ecosistemas marinos con el disfrute responsable de ciudadanos y visitantes.
Dos embarcaciones especializadas
Las embarcaciones ‘Mar Canario’ y ‘La Graciosa’ forman parte de la flota destinada a proteger las aguas del archipiélago. Aunque están ubicadas en Tenerife y Gran Canaria, operan en las ocho islas y están dotadas de un sistema patentado de recogida de microalgas, plásticos y microplásticos.
Ambos barcos, de 10,3 metros de eslora y 4,5 metros de manga, están equipados con 1.500 metros de barreras de control para actuar ante derrames de hidrocarburos o contener floraciones de cianobacterias; contenedores flotantes de recogida de residuos; skimmers para la limpieza de combustible en superficie; una grúa y un vehículo submarino operado remotamente, capaz de grabar imágenes hasta 150 metros de profundidad.