Carolina Barroso fue coronada este año Miss RNB España Reina Hispanoamericana 2025 y representará a España en la 33ª edición de Reina Hispanoamericana, que se celebrará del 23 de enero al 9 de febrero en el Centro de Convenciones Fexpocruz, en Santa Cruz de la Sierra (Bolivia).
En torno a 40 candidatas de todos los rincones del mundo se citarán en la contienda, que busca enaltecer a la mujer y la cultura hispana internacionalmente.
Barroso, de 28 años, es natural de La Matanza de Acentejo (Tenerife) y estudia el Grado de Farmacia en la Universidad de La Laguna (ULL). Trabaja como modelo profesional desde hace 10 años y entre sus pasiones están la moda, los certámenes de belleza, cantar, la natación y el patinaje.
Pregunta: Antes de empezar, explícame un poco cómo va el tema de Miss España ahora. ¿Hay diferentes certámenes?
Respuesta: En su momento solo existía Miss España. La que ganaba iba a Miss Mundo, la primera dama a Miss Universo y así… Cuando hubo toda aquella polémica lo que hicieron fue dividirlo en franquicias para Miss Universo, Miss Mundo, Miss Internacional… bueno todos los certámenes habidos y por haber.
Yo el año pasado me presenté a Miss RNB España, entré en el Top 6 y como finalista había títulos directos para diferentes certámenes y yo fui seleccionada para el Reina Hispanomericana España que será en Bolivia del 20 de enero al 10 de febrero.
¿Cuánto dura el certamen? ¿En qué consiste?
Son 18 días, casi tres semanitas, y busca reivindicar la historia y el habla hispana. Van todos los países donde se habla español y cada uno defiende porque cree que aporta las mejoras características de la hispanidad. Hace unos años simplemente era Sudamérica y a partir del año 2011 se empezaron a sumar otros países.
Te eligieron por Ourense pero eres de La Matanza (Tenerife). ¿Cómo es eso?
Porque ya me había presentado a otro certamen para representar a Tenerife y por contrato no podía presentarme por la misma provincia. Pero los organizadores que llevaban el RNB me querían sí o sí y la otra opción era representar a otra provincia. Al final por mi apellido, Barroso, que tiene una historia relacionada con Ourense, y no tenían a nadie allí, pues fui Miss Ourense.
También te presentaste a la Gala de la Reina en el 2020.
Fue una sensación impresionante. Estaba en Tenerife, con la gente muy encima, y salía la primera, con todo el mundo esperando a que empezara. Para mí fue una pasada, creo que nunca he estado tan nerviosa como ese día y casi me caigo.
¿Es muy distinto a las pasarelas?
Mucho. Llevo diez años dedicándome a esto y lo de estar en público lo tengo más o menos controlado, pero en pasarela no tienes que mirar a nadie, no tienes que ganarte a nadie. Sales, enseñas la prenda y se acabó. En la gala te están jugando a ti, hace falta control y práctica porque tienes que saber exactamente los pasos que vas a hacer, hacia donde vas a mirar…
¿Qué opinas de la polémica sobre el uso de trajes de baño en los concursos de belleza?
Es complicado. Sigue existiendo. Miss Internacional lo hizo a puerta cerrada el año pasado, pero este año se hizo normal, sin público pero con jurado. Bajo mi punto de vista, hemos luchado mucho para poder ser quienes queramos ser, mostrar lo que queramos mostrar. Si te presentas a un certamen de belleza conoces las condiciones, no tiene que venir nadie a decírmelas.
Por su religión hay chicas que concursan usando velo y se ponen un vestido de baño. No hay problema. También pienso que tú llevas mucho trabajo hecho desde antes del certamen y es una pena llegar a este punto y no conseguir mostrarlo. Es como una competición de halterofilia. ¿Qué sentido tiene prepararse si luego no puedes mostrarlo? Tantos meses entrenando, con una dieta, enfocada en representar lo mejor posible a mi país, pasando del McDonald’s, de cosas que me apetecen… No es solo el cuerpo, es la elegancia, es el porte. No le veo sentido. Las mujeres también nos sentimos empoderadas así y, al final, así debería ser.
Hablábamos de la comida rápida. ¿Cuánto de mitología hay en que las modelos comen pero no engordan?
Conozco a chicas en moda que comen y se malnutren, rollo mucha comida rápida, pero por su metabolismo no engordan ni un gramo. Y otras al revés. Pero no es tanto el engorde como la piel. Por mucho que seas delgada, si no cuidas la alimentación la piel y tu pelo lo van a notar. He visto a gente que no come ni una vez al día, picotea. Están pagando el precio de su bienestar.
Supongo que la franquicia que te representa lleva un cierto control sobre cómo te preparas de cara a Bolivia. ¿Cómo funciona todo este tema?
Por supuesto, te ayudan mucho. Hay alguien a tu lado que te hace un seguimiento sobre lo que estás haciendo para prepararnos de la mejor manera porque al final es su marca y quieren que nos vaya lo mejor posible. Conmigo saben que soy muy disciplinada y me gusta hacer las cosas bien.
¿Siempre quisiste dedicarte a esto?
Cuando era pequeña ver Miss España en mi casa era fijo. Nos reuníamos todos y veíamos la gala. Además, mi abuela, que es costurera, se presentó a certámenes y mi madre también. Así que siempre fue un sueño y nunca te imaginas poder conseguirlo.
¿Cómo empezó todo?
Mis amigos siempre me dijeron que me presaentara a las fiestas del pueblo. Me presenté y no gane, pero una agencia de Madrid se fijó en mí y me fui para allá. He conseguido muchas cosas en el mundo de la moda, pero siempre me quedó la espinita de representar a España y me preparé para ello. Echo la vista atrás y me doy cuenta de que lo que he aprendido.
Todo influye a la hora de elegir en un certamen de belleza. Ahí hay que marcar la diferencia entre 30 o 40 chicas que son guapísimas. De todo se aprende, sobre todo lo que le gusta a los jurados pero hay que ser una misma siempre, porque son certámenes que duran tres semanas y no puedes fingir todo el rato. Por ejemplo, se valora mucho la puntualidad porque los tiempos están muy marcados. Si eres puntual lo eres, y como esa otras muchas cosas. Una mezcla de disciplina y espontaneidad.
A algunas se la han jugado con los temas de cultura general. Confucio, qué sabes de mi país, Rusia…
No creo que se evalúe tu capacidad de saber de todo, pero claro que si no sabes de algo hay que saber llevártelo a tu terreno. Eso los jueces los valoran. Hay que estudiar, por supuesto, sobre todo en ciertos temas sobre los que ahora te preguntan siempre: contaminación, discriminación, inmigración. Pero son temas sobre los que ya tienes una idea formada en la cabeza.
Pero, ¿has tenido algún momento de trágame tierra?
Soy una persona muy resolutiva y creo que salgo bien de esas situaciones. Como estudio Farmacia a veces tiro por ahí (risas). Es enfocarlo todo hacia ti misma. Creo que no he vivido un trágame tierra, si no recuerdo mal.
¿Películas como Miss Agente Especial reflejan la realidad de un concurso de belleza?
Claro que no es lo que parece cuando lo ves por la tele. Lo que hay detrás es mucho más importante, el trabajo previo de crecimiento personal y las amigas que te llevas. Es lo más bonito porque todas vamos con el mismo sueño. La competitividad está en la cabeza, al final es elegir entre personas que son todas bellísimas y que todas se lo merecen.
¿Realmente hay que cuidarse mucho?
No sé al resto. A mí me gusta.
¿Pero hay que pasar diariamente por mucha chapa y pintura?
Depende. En los certámenes ya lo hago en menos de 40 minutos. Se duerme tan poco que hay que hacerlo todo muy rápido. Aprovechas y te lavas el pelo la noche antes… porque además compartes habitación con una o más chicas y hay que turnarse.
Lo que vas a vestir, ¿lo llevas preparado previamente?
Eso ya lo tengo todo decidido para llegar y cambiarme en coordinación con la organización, claro.
Fruto del desconocimiento pensé que los certámenes eran de alguna manera excluyentes. Si te presentas y no ganas, no hay más…
Cada certamen tiene un prototipo de mujer. Si un contrato no te lo impide te puedes presentar a lo que quieras.
Alrededor de los certámenes siempre se ha hablado de situaciones inadecuadas. ¿Se han pasado de la raya contigo?
Yo me siento en un entorno limpio. No puedo hablar por otras personas pero yo nunca me he encontrado nada raro. Hoy en día está todo muy controlado.
Me dijiste que estuviste en el extranjero. ¿Cómo fue aquello?
Una experiencia. Estuve viviendo en India y Turquía viviendo haciendo diferentes campañas y salí en Vogue. En 2019 tuve una época mala, mi abuela estaba enferma, mi abuelo se empezó a poner malo y decidí quedarme aquí un tiempo. Luego mi idea era irme a Italia y Egipto pero el COVID nos paró a todos, aunque gracias a eso avancé muchísimo en la carrera. Y hoy en día me estoy moviendo muchísimo entre Barcelona, Madrid, Málaga y las islas.
¿Cómo funciona a nivel económico?
El problema es que te pagan a tres meses, así que tienes que organizarte, siempre pensando en cuánto trabajaras cada mes para poder planificarte, como si fueras autónomo. Hay que saber ser ahorradora.
Supongo que habría quinielas. ¿En qué posición partimos?
Países como Venezuela y Colombia siempre van muy fuertes, pero yo creo que mínimo un Top 5 se puede conseguir fácilmente. Ganar no lo sé, al final es una suma de puntos y varía mucho. Es muy importante el seguimiento y que la gente te conozca y en estos países hay gran tradición de estos certámenes. Pero España no gana la corona desde 2015 con Sofía del Prado y tengo muy buenas sensaciones.
Ví que además de modelo eras influencer. ¿Es necesario en este mundo?
Quizás sí. ¿Por qué? Te presentas un certamen, una plataforma que te abre puertas para vender y venderte. Hay muchos colaboradores que te dan vestidos, gafas, bolsos. Tú tienes que saber promocionar ese producto. A ellos le interesa y a ti también. Publicidad para ambos. Pero si no tienes redes y no interactúas, los colaboradores dirán: ¿de qué me sirve? Puede no ser imprescindible pero si ya te dedicas a eso te va a ser mucho más fácil, porque también tienes un público al que dirigirte. Ser influencer no es obligatorio, pero sí necesario.
¿Tienes más retos?
Nunca pensé posar para Vogue. Cuando tienes un objetivo y lo consigues vas a por el siguiente, hay que ser inconformista. ¿Quién le iba a decir a esta chica hace 10 años que iba a estar aquí? Me lo he currado, es mi crecimiento personal, mi orgullo. Decirle al mundo: me lo he currado. Y si algo se me mete la cabeza voy a por todas a conseguirlo.
¿Dónde te ves de aquí a 5 años?
Espero haber conseguido todo lo que lo que quiero en en este momento. Representar a España y ser una farmacéutica maravillosa. Ser una persona feliz, eso sí, que pueda echar la vista atrás orgullosa de lo que he conseguido.