Imagen de una persona asomada en un balcón / PEXELS
Imagen de una persona asomada en un balcón / PEXELS

El chiringuito de Canarias perfecto para este verano: "Sirve el mejor arroz en primera línea de mar"

Con propuestas como esta, queda claro que el verano en Canarias sabe mejor si se acompaña de buena mesa, mar en el horizonte y un toque de autenticidad. ¿La única pega? Que es difícil ir una sola vez. Aquí, el arroz sabe a regreso

luna moya

Hay lugares que no necesitan más que una mesa frente al mar, el olor del arroz recién hecho y una brisa suave para conquistar al visitante. Rincones donde el tiempo se detiene y el paladar se activa. Y aunque las guías gastronómicas se renuevan cada año con nuevas recomendaciones, hay espacios que se ganan un hueco especial en el corazón de quienes los descubren. No es solo la comida: es la experiencia, el sabor del entorno, la calidez del trato y la autenticidad del producto local de Canarias

En este chiringuito, los tomates llegan directos desde Tinajo, las sardinas de La Graciosa conservan el frescor del Atlántico, y el pulpo se sirve poco después de haber sido capturado. Aquí, la carta habla de kilómetro cero y tradición, pero también de propuestas que sorprenden, como un mojito de ginebra de aloe vera que se ha vuelto indispensable para muchos comensales. Una experiencia que une territorio, cocina y carácter, y que ha convertido a este establecimiento en uno de los más valorados del verano.

Chiringuito Tropical, un Solete

El Chiringuito Tropical, ubicado en Playa Blanca, en el municipio de Yaiza (Lanzarote), se ha consolidado como uno de los locales de playa más especiales del Archipiélago. Reconocido con un Solete Guía Repsol, este pequeño restaurante a pie de mar ofrece una propuesta gastronómica basada en arroces marineros, productos de temporada y cocina tradicional canaria. Desde su terraza con vistas privilegiadas al océano, se pueden degustar platos que reflejan la identidad culinaria de la isla, con ingredientes frescos y un mimo absoluto por cada elaboración.

El arroz, en sus múltiples versiones, es el protagonista indiscutible del menú. La paella mixta, el arroz caldoso con marisco o el arroz negro son solo algunas de las especialidades que se preparan al momento. La relación calidad-precio, junto con un servicio cercano y eficiente, ha convertido este lugar en uno de los favoritos tanto para los residentes como para los visitantes que buscan una comida auténtica sin pretensiones pero con mucho sabor.

Gastronomía con vistas

Uno de los grandes atractivos del Chiringuito Tropical es su ubicación privilegiada. Situado en la calle Irlanda, 1, en una zona peatonal frente al mar, el local cuenta con terraza abierta todo el año, con mesas pintadas de azul y decoradas con paelleras de colores que cuelgan como soles en una pared que hace honor a su nombre. Para llegar, basta con dejar el coche cerca del hotel Royal Mónica y caminar hacia la izquierda por el paseo marítimo. El ambiente es relajado, familiar y muy acogedor, ideal para pasar una jornada tranquila y saborear lo mejor de la isla.

El establecimiento también ofrece opciones para celíacos, veganos y alimentación halal, y está adaptado para familias con niños, personas con movilidad reducida y visitantes que viajan con mascotas. La posibilidad de pedir comida para llevar y la presencia constante de productos de origen local refuerzan su compromiso con una gastronomía responsable y accesible.

Un anfitrión con alma

Al frente del Chiringuito Tropical está Luis Benito, un anfitrión incansable que no deja de idear nuevas formas de sorprender a sus clientes. Su pasión por la cocina y el trato humano se reflejan en cada plato y en cada conversación. Más que un restaurante, ha construido un espacio de encuentro en el que los sabores de Lanzarote se expresan con naturalidad y orgullo. "Sirve el mejor arroz en primera línea de mar", aseguran quienes ya lo conocen.

Con propuestas como esta, queda claro que el verano en Canarias sabe mejor si se acompaña de buena mesa, mar en el horizonte y un toque de autenticidad. ¿La única pega? Que es difícil ir una sola vez. Aquí, el arroz sabe a regreso.