Imagen de los famosos yogures bebibles de la marca Celgán / ARCHIVO
Imagen de los famosos yogures bebibles de la marca Celgán / ARCHIVO

Cinco productos canarios populares que desaparecieron y que querrías tener de vuelta sí o sí

Todos estos productos forman parte de una generación que creció con ellos y que todavía hoy recuerda sus sabores con un punto de melancolía

luna moya

Hay sabores que no solo llenan el estómago, sino que se quedan grabados en la memoria. En Canarias, toda una generación de niños y niñas que crecieron en los 80, 90 e incluso en los 2000 recuerda con nostalgia aquellos productos canarios que formaban parte de la merienda o el recreo. Hoy, muchos de ellos han desaparecido, pero siguen vivos en la conversación colectiva y en la memoria del archipiélago.

Algunos se retiraron por motivos empresariales, otros por cambios en los hábitos de consumo o por la llegada de nuevas marcas internacionales. Lo cierto es que, pese al paso del tiempo, todavía hay quien daría lo que fuera por volver a probarlos.

Batidos Millac

Entre los más recordados están los batidos Millac, elaborados por la compañía canaria José Sánchez Peñate S.A (JSP). Su desaparición llegó con la crisis de la empresa, que dejó atrás productos icónicos de la infancia isleña.

Su éxito fue tal que llegaron a producir 100 millones de envases al año, con exportaciones principalmente a África y también a la Península. Parte de su popularidad se debió a su reconocible imagen de marca: los dos niños junto al vaso de leche, obra del artista Teodoro Ríos.

Yogures Celgán

Del mismo fabricante, Celgán también quedó en el recuerdo. Sus yogures para beber, especialmente los de chocolate o leche con canela, marcaron a muchos escolares. Lo más característico era su envase con forma de copa, que los hacía inconfundibles en los estantes.

Hoy en día, incluso se pueden encontrar envases vacíos a la venta en páginas como todocoleccion.net, un detalle que habla del fuerte componente nostálgico que todavía despierta la marca.

Baconcitos

Antes de la avalancha de marcas internacionales, en Canarias las papas fritas tenían nombre propio: Munchitos y Baconcitos. A los primeros se les llamaba “papas rojas”, mientras que los segundos eran las “papas blancas”.

Los Baconcitos, comercializados por Frito-Lay (filial de Pepsi), tenían un sabor intenso a bacon y una textura que recordaba a las cortezas. Su éxito fue enorme, hasta que desaparecieron del mercado. Tanto fue así que en Canarias llegó a popularizarse la expresión “dame unas Fritolay” para referirse a las papas de toda la vida.

Perricao

La moda de los bollos industriales también tuvo su versión canaria. Cuando los Bollycao estaban en todas partes, la empresa Los Compadres, tras más de 50 años de actividad, lanzó el Perricao.

Se trataba de un bollo relleno de chocolate que rápidamente se convirtió en una merienda habitual en los recreos. Con el paso de los años y las nuevas exigencias en nutrición y salud infantil, este producto desapareció, pero quienes lo probaron todavía lo recuerdan con cariño.

Petit-suisse de limón

Quizá el más polémico de esta lista sea el Petit-suisse de limón. Muchos dudan de su existencia, pero lo cierto es que sí estuvo presente en Canarias, gracias a la fábrica que Danone tenía en Tenerife.

Aunque algunos aseguran que su sabor no era el mejor, marcó una época y se convirtió en una rareza que, pese a ser poco común, aún genera debates en foros de nostalgia. Se trataba de una variedad distinta al clásico petit-suisse de fresa, que muchos niños probaban con curiosidad.

Nostalgia canaria

Todos estos productos, desde los batidos Millac hasta los Baconcitos o el Perricao, forman parte de una generación que creció con ellos y que todavía hoy recuerda sus sabores con un punto de melancolía. Aunque ya no se encuentren en los supermercados, permanecen vivos en la memoria de quienes los disfrutaron.

No es casualidad que, en redes sociales, cada cierto tiempo resurja la conversación sobre cuáles eran los productos que deberían volver al mercado. En Canarias, la respuesta siempre es clara: aquellos sabores de la infancia que marcaron una época y que, a día de hoy, siguen siendo insustituibles.