El cineasta tinerfeño Pablo Borges se encuentra actualmente atrapado en Venezuela debido a la fuerte presión militar de Estados Unidos sobre el espacio aéreo del país, que ha provocado un torrente de cancelaciones, dejando a miles de personas visitantes en un país al borde de la guerra. Estados Unidos prepara una inminente invasión terrestre, según ha anunciado el propio presidente estadounidense, Donald Trump.
Borges, que se encontraba en Venezuela en el marco de la preparación de uno de sus trabajos cinematográficos, ha sufrido la cancelación del vuelo de Plus Ultra que debía traerle a España el próximo sábado.
Rutas alternativas por tierra
"Estamos buscando rutas alternativas, ya sea por aire con alguna de las aerolíneas que aún no han cerrado su sus vuelos, o bien por por tierra, aunque esta última opción es un poco más complicada por la inseguridad de la frontera", explicaba este miércoles el cineasta en una entrevista para Canal 24h.
Borges denuncia que, pese a la gravedad de la situación, la ayuda de los cuerpos consulares españoles en Venezuela está siendo, según su percepción, bastante deficiente. "He contactado con la embajada, pero sólo me dicen que busque rutas alternativas y que espere", explica.

"Indiferencia" de la embajada
Según explica Pablo Borges, sólo ha tenido contacto con la embajada cuando ha "insistido a través de de correos electrónicos". "He sentido indiferencia por parte de las autoridades. No nos han dado una una alternativa. Sé que los tiempos que corren son complicados y que tampoco pueden aportar ninguna solución sobre seguro, pero hubiese agradecido un poco más de comunicación y que nos hubiesen dado, sobre todo, un protocolo de actuación", añade el canario.
Mientras tanto, los gastos a los que está haciendo frente se disparan para él y su equipo de rodaje. "Tenemos que buscar nuevos vuelos y hacer frente [al pago] con un presupuesto que no estaba previsto", explica. Además, el equipo debe costearse el pago de un alquiler para residir este tiempo, mientras crece la incertidumbre.
Pablo Borges
Pablo Borges es un cineasta y fotoperiodista tinerfeño nacido en 1997, conocido por trabajos como Cloro, La isla errante o La Magua del Ausente, obras que han circulado por festivales nacionales e internacionales y que lo han convertido en una de las voces jóvenes más activas del cine canario contemporáneo.
En 2020 fundó la productora independiente Gloomy Kids Films, desde la que ha desarrollado piezas centradas en la identidad, la memoria y los conflictos sociales. Su presencia en Venezuela se debe a la preparación de un proyecto cinematográfico que lo llevó a trabajar con un pequeño equipo en distintas localizaciones del país.
La actividad militar de Trump en el Caribe
Desde septiembre, Estados Unidos ha intensificado su ofensiva contra redes de narcotráfico en el Caribe, que atribuye al Cártel de los Soles o supuestos grupos vinculados al Gobierno venezolano. Esa ofensiva empezó con ataques extrajudiciales a embarcaciones sospechosas de narcotráfico, impulsados oficialmente como parte de una campaña antinarcóticos.
Recientemente, Trump ha asegurado que están "acabando con esos hijos de puta", refiriéndose a los narcos, pero ya hay denuncias de casos de civiles muertos en los ataques, como el del pescador colombiano Alejandro Carranza.

Pero la actividad militar estadounidense ha ido in crescendo, y a nadie se le escapa que el objetivo es la caída del presidente venezolano, Nicolás Maduro, y la recuperación de la influencia sobre un país que cuenta con las mayores reservas de petróleo del mundo, equivalentes a 303.000 millones de barriles de crudo. Trump ha desplegado una gran cantidad de efectivos —marinos, aviones, buques, submarinos— en el Caribe, muy cerca de las costas venezolanas.
Uno de los focos logísticos clave ha sido la reactivación de la base naval Roosevelt Roads Naval Station (en Puerto Rico). Antiguamente inactiva, hoy remodelada para servir como plataforma de operaciones aéreas y navales. Esa presencia militar masiva —destructores, barcos de asalto, aviación, drones de patrulla— incrementa la capacidad de Washington para intervenir en el Caribe, controlar rutas marítimas y proyectar poder hacia Venezuela si así lo decide.

Invasión terrestre
En ese contexto de presión militar, el 29 de noviembre de 2025 Trump anunció por sus redes que el espacio aéreo sobre Venezuela y “sus alrededores” debía considerarse “completamente cerrado”. Esta declaración, más simbólica que formal —pues EE. UU. no tiene soberanía sobre dicho espacio aéreo— ha tenido efectos reales, con cientos de cancelaciones, como ha sido el caso de Pablo Borges.
Al mismo tiempo, Trump ha amenazado con iniciar “operaciones por tierra” en Venezuela, argumentando que su gobierno está dispuesto a detener a cualquier coste a los supuestos narcotraficantes vinculados al Cártel de los Soles. Esa amenaza, junto con el despliegue naval y aéreo cercano, la clausura de facto del espacio aéreo y los ataques marítimos ya realizados, coloca sobre la mesa la posibilidad de una intervención militar más amplia.