Canarias es la región más biodiversa de España y, casi un tercio de estas especies, tiene que ver con el mar: el Archipiélago cuenta con alrededor de 17.000 especies terrestres y unas 8.000 marinas. Y es más, pese a lo reducido de su superficie, su importancia para la biodiversidad es global.
En todo el mundo, 36 zonas califican como biodiversity hotspots (puntos calientes de diversidad), según la ONG Conservation International, y las islas forman parte de uno de ellos. Estos puntos suponen el 2,5% de la superficie terrestre de la Tierra, pero tienen como endémicas más de la mitad de las especies de plantas del mundo y casi el 43% de aves, mamíferos, reptiles y anfibios.
Sin embargo, diversidad natural se ve amenazada por distintos factores.
Las tortugas del Puertito
Un ejemplo de pérdida de diversidad muy claro es el de las tortugas verdes (Chelonia mydas) que residían hace años en el Puertito de Adeje. Hace unos días, el documentalista del mundo marino Felipe Ravina publicaba un reel en la red social Instagram explicando qué fue ellas. Víctimas de un atropello, un arponazo y de la pesca ilegal, una murió, dos siguen vivas "en otro lugar", y otra está lesionada de por vida.
Para la bióloga marina Carla Pérez, miembro del proyecto Océanos de Canarias, "la presión turística en El Puertito, especialmente la alimentación incontrolada y el tráfico de embarcaciones, afectó gravemente a las tortugas verdes que usaban la zona como área de descanso y alimentación. Es un ejemplo más de los devastadores efectos de la falta de control y la masificación de zonas naturales”.
La experta ha hablado con Atlántico Hoy de los retos a los que se enfrentan las aguas de Canarias, que resume en cuatro:
Destrucción de hábitats
El caso de las tortugas del Puertito muestra claramente los efectos de la destrucción de un hábitat. “La urbanización costera y grandes construcciones cerca de las costas han deteriorado enormemente nuestras costas", dice la experta.
Pero no es el único: "Los arrecifes de basalto que forman charcos cruciales para la biodiversidad; la degradación de playas de arena, como pasa en El Médano; y la pérdida de ecosistemas esenciales como los sebadales son solo algunos ejemplos…”, explica Pérez.
Sobrepesca
Otro de los problemas a los que se enfrentan las especies acuáticas de Canarias es la pesca descontrolada, que ha acabado con gran parte de las poblaciones de peces grandes depredadores como los Gallos (Balistes capriscus y Canthidermis sufflamen) o el Pejeperro (Bodianus scrofa).
En los últimos 60 años, “hemos perdido hasta un 90 % de la abundancia de peces costeros”, dice la bióloga. "Esto no solo se refleja en que aparecen fondos vacíos, sino que ha sido la causa de la reducción del tamaño de las especies y de la aparición de blanquizales", es decir, una especie de desertificación en los fondos oceánicos.
Contaminación
Especialmente preocupante, dice la científica "es la contaminación de la de aguas residuales". Se trata de "un problema oculto durante décadas" que ahora es más visible. Por otro lado, son preocupantes la contaminación por plásticos y la acidificación oceánica, "que altera la química del agua y afecta a los ecosistemas", cuenta.
A estas contaminaciones hay que sumarle la lumínica, a la que Canarias no es inmune pese a que algunas de sus zonas, como Tenerife o La Palma, están sujetas al cumplimiento de la Ley del Cielo para su protección. La organización ecologista SEO BirdLife ha denunciado recientemente que en 2024 hubo récord de "aves marinas deslumbradas por esta causa en la isla de Tenerife".
Cambio climático
En 2023 se registraron temperaturas récord en el océano, "lo que altera la biodiversidad y facilita la llegada de especies exóticas que pueden convertirse en invasoras", dice Carla Pérez. Quien afirma que los retos a futuro "pasan por una gestión más eficaz y comprometida, con políticas que prioricen la conservación real de los ecosistemas sobre los intereses económicos a corto plazo".
La presión sobre los recursos naturales de Canarias, asevera, "es insostenible. Es urgente replantear el modelo de desarrollo para garantizar un futuro en el que la biodiversidad y las personas puedan coexistir sin comprometer el futuro de todo y de todos".