Un familiar se encuentra mal. Es momento de ir a urgencias. Se le acompaña hasta los servicios del Hospital Insular de Gran Canaria o del Hospital de La Candelaria, el que toque por isla. Y allí, en las puertas, toca quedarse fuera a esperar mientras la otra persona es pasada para esperar a ser atendida por el personal sanitario.
Esta es la visión de quien acompaña, la del paciente es de “soledad y desamparo” mientras esperan en los servicios de urgencias de los hospitales públicos de Canarias, según el sindicato Asamblea 7 Islas, que, ante esta situación ha presentado un escrito a la Consejería de Sanidad para replantear la prohibición de entrada de familiares y acompañantes en ciertas áreas.
Desde el Gobierno de Canarias, apuntan que el acompañamiento está permitido en determinadas circunstancias, como es el caso de las personas mayores de 65 años o quienes lo requieran por su situación clínica.
El consuelo de la compañía
En un escrito a Sanidad, la organización del personal del Servicio Canario de la Salud (SCS) ha solicitado que se ordene a las gerencias hospitalarias permitir la presencia de acompañantes, especialmente en el caso de personas mayores o pacientes con salud mental delicada.
En este sentido, recuerdan además que Canarias es una de las comunidades con mayor población envejecida, por lo que esta restricción agrava la situación de muchos pacientes que requieren apoyo durante su atención en urgencias.
Es por ello que Asamblea 7 Islas destaca que el apoyo familiar no solo ofrece consuelo, sino que también puede ser clave para ayudar al personal sanitario a entender mejor el estado del paciente.
Posibles limitaciones
Desde la Consejería de Sanidad autonómica, han asegurado que el acompañamiento está permitido para personas mayores de 65 años y para aquellas cuya situación clínica lo requiera.
Además, recuerdan que las personas con tarjeta AA (Atención Preferente) tienen reconocido su derecho a estar acompañadas y se les prioriza según el protocolo vigente.
No obstante, han señalado que en algunas circunstancias excepcionales, las gerencias hospitalarias pueden limitar la entrada de acompañantes con el objetivo de garantizar el buen funcionamiento del servicio.

