El histórico delincuente José Manuel Rodríguez Rodríguez, más conocido como El Guaca, ha sido detenido en la mañana de este martes en el barrio de San José, en Las Palmas de Gran Canaria, por un presunto delito de narcotráfico, según ha podido confirmar Atlántico Hoy
La intervención se desarrolló de forma conjunta entre la Policía Nacional y la Policía Local de Las Palmas de Gran Canaria, en el marco de una investigación abierta sobre tráfico de sustancias estupefacientes en el Cono Sur de la ciudad. El operativo se saldó con la detención de El Guaca, que fue trasladado a dependencias policiales para su puesta a disposición judicial en las próximas horas.
Menudeo
El arresto se produjo en una vivienda situada en el Paseo de San José, donde el detenido mantenía su residencia habitual. La actuación forma parte de un dispositivo más amplio dirigido a combatir el menudeo de drogas en distintos puntos de la capital grancanaria.
La operación continúa abierta y no se descartan nuevas detenciones vinculadas al entorno del conocido delincuente, cuya figura ha estado históricamente asociada al tráfico de drogas en Las Palmas desde las décadas de los ochenta y noventa.
Años 80 y 90
Durante los años 80 y principios de los 90, El Guaca labró su leyenda en los bajos fondos de Las Palmas de Gran Canaria. A lomos de una moto amarilla y protegido por una guardia pretoriana, San José, el Polígono de San Cristóbal, Zárate o las chabolas del Martín Freire eran su territorio —marcado en esa época por la heroína—.
Desde entonces se convirtió en una pieza habitual de los titulares de sucesos y de diferentes leyendas urbanas. Su nombre, incluso, trascendió más allá para formar parte del ideario colectivo: Los Coquillos lo nombran en una de sus canciones, La Prisión Provincial —"(...) y dentro de poco se espera la llegada del Guaca", termina una de las estrofas del tema—.
El Guaca, que ya había sido condenado anteriormente por delitos relacionados con el narcotráfico y la violencia de género, vuelve así a protagonizar una nueva intervención policial en el mismo barrio donde forjó su reputación hace más de tres décadas.