A partir de este lunes, las carreteras canarias están siendo objeto de una vigilancia intensiva por parte de la Dirección General de Tráfico. Una medida que, lejos de ser anecdótica, forma parte de un plan nacional para reducir la siniestralidad vial, especialmente en los tramos con mayor número de infracciones y accidentes.
En las islas, donde las condiciones meteorológicas y las características del terreno a veces invitan a pisar de más el acelerador, el mensaje es claro: la velocidad tiene consecuencias.
Radares
Hasta el próximo domingo 13 de abril, tanto en autopistas como en carreteras secundarias, los radares fijos y móviles estarán activos y operativos para controlar los excesos de velocidad. En esta ocasión, además, se suman los helicópteros de la DGT y nuevas unidades de radar de tramo, capaces de medir la velocidad media en varios kilómetros.
Canarias, al igual que el resto del Estado, ha recibido parte de los 41 nuevos radares que comenzaron a funcionar este año —28 fijos y 15 de tramo—, dentro de un plan que prevé 122 nuevos puntos de control antes de que acabe 2025. Una inversión que responde al preocupante repunte de los accidentes graves y mortales en los últimos meses.
📢 Mañana comienza una nueva #CampañaEspecialControlYVigilancia de #velocidad. La #ATGC y las policías locales y regionales que se sumen pondrán el foco en un factor de riesgo que, en 2024, estuvo presente en 218 siniestros mortales (datos a 24 horas). 👉 https://t.co/QP2p3LYI6s pic.twitter.com/iaDnu6VxFS
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) April 6, 2025
Multas de hasta 600 euros
La DGT ha insistido en que esta campaña no busca únicamente sancionar, sino también concienciar. Aun así, las sanciones pueden alcanzar los 600 euros, además de la pérdida de puntos en el carné de conducir, en función del exceso cometido. Un margen mínimo puede traducirse en una infracción leve, pero rebasar ampliamente el límite puede implicar sanciones muy severas.
Más allá del coste económico, las autoridades recalcan que el objetivo es evitar tragedias. La velocidad excesiva no solo aumenta la probabilidad de un siniestro, sino que reduce drásticamente la capacidad de reacción y amplifica las consecuencias de cualquier impacto.