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Donde el agua es reflejo de una profesión de antaño: las aguadoras

MI RINCÓN | Un lugar, sin duda, con encanto es donde hoy se erige la plaza de Santo Domingo. Aquí un manatial fue utilizado como fuente pública de abastecimiento.

Redacción AH

Esta semana, 'Mi rincón' te trae un espacio muy especial de la capital tinerfeña, no solo por ser un pequeño recodo de tranquilidad en pleno corazón de Santa Cruz de Tenerife, sino también por su significación para la historia de la ciudad. 

La plaza de Santo Domingo nos devuelve la memoria de un oficio de nuestros antepasados ya perdido, el de las aguadoras, quienes tuvieron una importancia vital en uno de los episodios más relevantes en la defensa de Santa Cruz contra los ingleses.

ImagePlaza de Santo Domingo | AH

José Manuel Ledesma Alonso, Cronista Oficial de la Ciudad de Santa Cruz de Tenerife, explica que las aguadoras fueron heroínas de nuestra historia durante su defensa frente al asedio de las tropas de Nelson, en 1797.

El 21 de julio de 1797, el vigía de la atalaya de Anaga divisó una gran flota inglesa en el horizonte, al mando del contralmirante Horacio Nelson, formada por nueve barcos con 2.000 hombres a bordo y 393 cañones, dando rápidamente la alarma al castillo principal de San Cristóbal.

Tocado a rebato en Santa Cruz, el comandante general de Canarias, Antonio Gutiérrez, ordenó el despliegue de las unidades militares existentes e hizo venir a los Regimientos de Milicias de Garachico, La Orotava, La Laguna, Abona y Güímar, a la vez que se enviaban a La Laguna, para ser puestos a buen resguardo, los ancianos, mujeres y niños, junto con los documentos, caudales, objetos valiosos de las iglesias, etc.

En la madrugada del día 22, los ingleses intentaron neutralizar la fortaleza de Paso Alto, punto clave en la defensa del Puerto, para luego llegar al castillo de San Cristóbal, pero los botes de desembarco fueron detectados por una aguadora que venía caminado por la estrecha vereda costera desde el Valle de San Andrés a vender sus productos al mercado.

El papel de las aguadoras fue muy importante, especialmente durante los periodos de sequía, ya que el servicio de abastecimiento de agua no estaba regularizado y muchas de las viviendas no contaban con este recurso de forma particular.

 La “agreste”, como la llama en su crónica el alcalde Domingo Vicente Marrero, al advertir como se acercaban a nuestra costa gran cantidad de lanchas de desembarco, aceleró su marcha hasta llegar a la puerta del castillo de Paso Alto, donde, con sus gritos, e incluso lanzando piedras dentro del recinto, puso en aviso a la guarnición, frustrando este primer intento de ataque. Los ingleses, viendo que ya no contaban con el factor sorpresa, volvieron proa hacia sus barcos.

Dos días más tarde, el 24 de julio, los ingleses desembarcaron por el Bufadero y lograron llegar hasta la montaña conocida como Mesa del Ramonal, donde las fuerzas españolas que estaban situadas en la Atura de Paso Alto le impidieron su avance. Debido a que estos soldados y milicianos tinerfeños tuvieron que permanecer varios días en este paraje sin sombra donde poder amparase de un sol de justicia, era necesario que alguien les acercara agua y alimentos.

Pues bien, en aquellas circunstancias, un grupo de valientes aguadoras de Santa Cruz se ofrecieron voluntarias para trepar por los empinados escarpes de la Altura, llevándole agua, frutas y alimentos. "Titánico esfuerzo el realizado por estas mujeres para ascender la escabrosa ladera, seguramente descalzas, cargadas hasta la extenuación, bajo el sol abrazador del verano, y expuestas al fuego de los atacantes. Heroico proceder de aquellas mujeres, pues tenemos constancia que dieron más de un viaje".

ImageEscultura a la aguadora y entorno | AH

Las aguadoras en la capital tinerfeña
Las aguadoras, profesión llevada a cabo por algunas mujeres de Santa Cruz, se encargaban de trasladar envases de agua sobre sus cabezas, desde las fuentes de La Pila, en la plaza de La Candelaria, o la de Morales, en el barrio de El Cabo, hasta los hogares que se la solicitaban, recibiendo a cambio una remuneración.


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Imágenes antiguas de las aguadoras | MUSEODETENERIFE.ORG

Dada la importante misión que aquellas humildes mujeres ejercieron en la sociedad de su tiempo, el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, en el año 2000, le rindió un merecido homenaje junto al chorro de Santo Domingo, muy cerca del Teatro Guimerá, con una escultura de Medín Martín. De la misma manera, la Tertulia Amigos del 25 de Julio les ha rendido un modesto homenaje a su valor y patriotismo, levantando un hito en la entrada del Club Náutico.

Esta escultura se erigió en la plaza Santo Domingo, y allí sigue en la actualidad, junto con la fuente (1893); ambos patrimonio protegido, ya que forman parte del Conjunto Históricoperteneciente a la zona de la Calle de la Noria, La Recova y el Teatro.

Vídeo de la rehabilitación | YOUTUBE TELEVISIÓN CANARIA


El manantial donde hoy se erige la plaza de Santo Domingo fue utilizado como fuente pública de abastecimiento de la ciudad durante finales del siglo XIX y principios del XX

El papel de las aguadoras fue muy importante, especialmente durante los periodos de sequía, ya que el servicio de abastecimiento de agua no estaba regularizado y muchas de las viviendas no contaban con este recurso de forma particular.

El trabajo de estas mujeres consistía en recoger el agua de las fuentes públicas de las que disponía la ciudad para trasladarlo, normalmente sobre su cabeza, hasta los hogares que les encargaban dicha tarea a cambio de una remuneración.

En el año 2000, el Ayuntamiento encargó una escultura al artista Medín Martín, quien realizó su particular homenaje a las aguadoras para dejar constancia de la importancia de una de las profesiones que existían en la ciudad hasta hace casi un siglo.