En el Archipiélago, la reutilización de móviles antiguos (ya sea regalándolos o vendiéndolos) alcanza al 14,6% de la población, lo que posiciona a la comunidad autónoma en el quinto puesto a nivel nacional en este ámbito. Sin embargo, la cifra contrasta con los datos de reciclaje responsable, donde Canarias cae en el ranking, según un reciente estudio de TBS-Education Barcelona titulado Móviles en España 2025. Penetración, uso infantil y gestión sostenible.

Apenas el 10,1% de los canarios lleva sus dispositivos antiguos a un punto limpio o los entrega en tiendas especializadas para su correcta gestión. Y solo un 0,9% se deshace del móvil sin reciclarlo adecuadamente, lo que lleva a la conclusión de que los móviles con tapa, las blackberrys y aquellos dispositivos que no eran inteligentes, pero también muchos smartphones, descansan en miles de gavetas canarias. 

Mala gestión

Pero Canarias no es rara avis en esto de acumular, el 62% de dispositivos en desuso de España acaban guardados en algún lugar de la casa. “Esta acumulación no solo desperdicia recursos valiosos, sino que también tiene consecuencias ambientales por la mala gestión de los residuos electrónicos”, advierte Edgar Sánchez, experto en comportamiento del consumidor y profesor en TBS-Education Barcelona, que 

La brecha digital por nivel educativo es menor en las Islas que en otras comunidades. Mientras que en el conjunto del país existe una diferencia de 8,7 puntos porcentuales entre quienes tienen estudios superiores y quienes no alcanzaron la primaria, en Canarias esta diferencia es de solo 4,8 puntos. Casi todos los canarios con formación universitaria tienen móvil (100%), y el 95,2% de quienes no superaron la primaria también lo poseen.

Reciclaje

¿Pero para qué queremos reciclar el móvil? Son muchos los componentes que hacen falta para que tu móvil, que parece una pieza maciza pero no lo es, y que podrían reutilizarse o transformarse en otros materiales. El litio, por ejemplo, es esencial para baterías de vehículos eléctricos, o el tántalo, níquel y galio, para conexiones elécricas, mientras que la carcasa contiene plásticos, aluminios, fibras de carbono e incluso oro. Y la presencia de todos ellos en la naturaleza es crítica.

En una era de escasez de materias primas donde la minería amenaza a los ecosistemas y a los pueblos, la llamada minería urbana, es decir, la recuperación de metales y materiales valiosos a partir de residuos electrónicos, se plantea como una oportunidad. 

Materiales críticos

En los próximos 100 años, varios elementos podrían desaparecer o estar al borde de hacerlo debido a la sobreexplotación. Un teléfono móvil común contiene alrededor de 30 elementos, algunos frecuentes y otros raros, además, la extracción de minerales como el estaño, el tántalo, el wolframio y el oro a menudo se realiza sin seguridad ni respeto por los derechos laborales.

Un ejemplo de material escaso es el indio, usado en pantallas planas y láseres de fibra óptica, cuyas minas están dispersas y casi agotadas, con estimaciones de solo 20 años de disponibilidad, lo que disparará su precio.

Tierras raras

Los elementos químicos conocidos como tierras raras son cruciales para la visualización y el audio: el lantano, gadolinio, praseodimio, europio, terbio y disprosio determinan el color y la luminosidad de las pantallas, y el neodimio y el praseodimio son vitales en los imanes de altavoces y micrófonos.

Las tierras raras son un eje geopolítico mundial, con China controlando cerca del 60% de la producción y el 35% de los bienes manufacturados a partir de ellas, lo que genera una gran dependencia europea y española. en una región ultraperiférica como Canarias, donde los desafíos logísticos pueden ser una barrera añadida para el reciclaje electrónico, Sánchez insiste en que “promover la reutilización y el reciclaje es urgente para cerrar la brecha entre la conectividad digital y la sostenibilidad tecnológica”.

A golpe de ley

El reciclaje ofrece beneficios significativos: la Oficina Internacional del Reciclaje indica que reciclar acero ahorra un 75% de energía en comparación con procesar mineral de hierro, y en el caso del cobre, el ahorro es del 85%.

Ante esta situación, la Comisión Europea ha sacado la Ley Europea de Materias Primas Fundamentales para asegurar un suministro sostenible para la industria europea y reducir la dependencia de la UE. Sus objetivos para 2030 son cubrir un 10% de las necesidades anuales con extracción, un 40% con transformación y un 15% con reciclaje, limitando al 65% la dependencia de un solo tercer país para cada materia prima estratégica.