Un grupo de cuatro orcas fue visto el miércoles cerca de la costa suroeste de Tenerife, a la altura de Adeje, por trabajadores de la empresa Bonadea2, dedicada al avistamiento de cetáceos.

Se han dejado ver muy pocas veces en las costas canarias estos cetáceos que se mueven en manada. “Solo las he visto dos veces y salgo al mar cada día desde hace 25 años”, dice Sergio David Hernández, quien presenció el avistamiento.

Entre Tenerife y La Gomera

Verlas cerca de nuestras costas es excepcional, porque los grupos no son numerosos y no siempre eligen la misma ruta. Sin embargo, que pasen por nuestra aguas, aunque no es habitual, tampoco es tan raro. “Suelen pasar por el canal entre Tenerife y La Gomera. Ellas están por aquí, pero tienes que coincidir con ellas”.

Estos cetáceos son nómadas y pueden recorrer hasta 160 kilómetros al día buscando alimento o para socializar. “Van detrás de los atunes para comer. Muchas veces no los encuentran y se pueden alimentar de crías de calderón tropical, delfines o zifios. Es el mayor depredador del mar”.

Territorio de calderones 

En la Zona Especial de Conservación Franja Marina de Teno-Rasca (la costa suroeste de la isla) existe una población residente de calderón tropical. “Los calderones viven aquí todo el año, en Tenerife tenemos una de las mayores poblaciones residentes. Cuando otras especies pasan por la zona, ellos se defienden”, dice Hernández. “Si hay crías, las orcas intentarán comérselas. Los calderones grandes se defenderán y habrá peleas entre ellos”.

Los machos de orca pueden llegar a medir casi 10 metros y pesar nueve toneladas, mientras que las hembras alcanzan los siete metros y cuatro toneladas. Aunque los calderones son más pequeños y no suelen superar los seis metros, son muy territoriales y defienden su zona y sus crías. Además, cuentan con el poder del grupo: “Se llaman entre ellos y aparecen 50 calderones, mientras que las orcas eran solo cuatro”.

Amenazas

Además de un eventual ataque de orca, los calderones de Tenerife enfrentan muchas otras amenazas más habituales. Hernández destaca entre los peligros los plásticos vertidos al mar: “Muchos calderones acaban enredados en plásticos o se los pueden comer”.

Otros peligros incluyen, según este monitor, las embarcaciones que navegan a gran velocidad, la contaminación y otros vertidos que terminan en el mar.

Enclave mágico

“Estamos en uno de los mejores lugares de Europa y del mundo para ver cetáceos”, recuerda Hernández. “También se han visto ballenas azules varias veces, y es un caso similar al de las orcas: es como que te toque la lotería”.

En Canarias, se paralizó en 2019 la concesión de licencias para embarcaciones de avistamiento de cetáceos con fines turísticos. Esta actividad está regulada en el Archipiélago por el Decreto 178/2000, de 6 de septiembre.