Grupo de delfines listados. /SECAC
Grupo de delfines listados. /SECAC

Residentes y turistas: cómo la actividad humana afecta a los cetáceos de Canarias

"En los próximos 50 años veremos un cambio significativo en el comportamiento de algunas especies", dice el biólogo marino Misael Morales

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En las aguas canarias hay 31 especies de cetáceos censadas, bien residentes, bien de paso. Esto lo convierte en uno de los ecosistemas con más diversidad de estos mamíferos, que se dividen en dos tipos: ballenas barbadas (misticetos) y delfines o cetáceos dentados (odontocetos), como las orcas. 

Algunas de estas especies se han establedido en nuestras aguas de forma permamente, como el calderón tropical, el delfín mular o el zifio. Otras, como el rorcual o la orca, vienen estacionalmente o de paso en su ruta migratoria. Las amenazas a las que se enfrentan son similares en todos los puntos del planeta: plásticos, redes, contaminación acústica y tráfico marítimo. El cambio climático podría atraer a algunas nuevas, pero provocar que otras acaben mudándose. 

Calderón gris. /SECAC
Calderón gris. /SECAC

Residentes canarios

Los animales residentes desempeñan aquí todas sus funciones vitales: alimentación, crianza o sociabilización. El calderón gris tiene dos pueblos localizados en el norte de Gran Canaria y al este de Lanzarote y Fuerteventura, mientras que el calderón tropical, tiene una población estable en la zona sur de Tenerife, en la franja marina Teno-Rasca, "de alrededor de 430 individuos", afirma Misael Morales Vargas, biólogo marino y director de la compañía de observación de cetáceos e investigación Biosean

“Existe el caso de un zifio de Cuvier, que hemos visto tres veces en el sur de Fuerteventura y dos veces en el sur de Lanzarote. Toda su vida transcurre en las aguas de las islas orientales”, cuenta a Atlántico Hoy la bioólga Francesca Fusar, de la Sociedad para el Estudio de los Cetáceos en el Archipiélago Canario (SECAC). “También estamos estudiando la posibilidad de que haya cachalotes residentes, pero nuestra hipótesis es que se mueven por la Macaronesia”.

Aleta de cachalote que sirve para identificar a los individuos. /SECAC
Aleta de cachalote que sirve para identificar a los individuos. /SECAC

Laboratorio de observación de zifios

Los zifios son unos cetáceos con nariz muy pronunciada, no obstante su nombre significa ballena con nariz de espada. Existen tres especies, y todas se han podido ver en nuestras costas: zifio de Cuvier, el zifio de Blainville y el zifio de Gervais.

Son unos cetáceos muy poco conocidos principalmente porque se mueven en aguas muy profundas, de hasta 3.000 metros. Pero Canarias es "un perfecto laboratorio de estudio de estos animales porque, al ser islas volcánicas, alcanzan cotas de mucha profundidad muy cerca de la costa. En otra parte del mundo son muy oceánicos, aquí tenemos fotos desde tierra”, explica Fusar. 

Turistas habituales y de paso

Hay algunas especies que aunque no tienen poblaciones residentes, son habituales de nuestras costas. El delfín moteado del atlántico es una. También el rorcual tropical, que usa el Archipiélago como zona de alimentación y reproducción y que se puede ver durante todo el año. 

A principios de febrero se avistó un grupo de orcas pasando por el sureste de Tenerife, zona de residencia de los calderones. No es la primera vez que se avistan estos delfines (no son ballenas porque no tienen barbas, sino dientes): “Suelen pasar por el canal entre Tenerife y La Gomera", contó Sergio David Hernández, quien presenció el avistamiento.

Cambios en la ruta

También hay animales que han visto modificadas sus rutas de paso y son ahora turistas ocasionales. Es el caso de la yubarta, o ballena jorobada: “Hay vídeos de yubartas saltando vistas desde Arrecife, durante el confinamiento”, dice la científica del SECAC. El por qué de estos cambios no está claro, pero los investigadores intuyen que tenga que ver con el cambio climático: “Todas las aguas aumentan su temperatura, y los animales tienen que desplazarse a otras latitudes”. 

Para Morales Vargas, "en los próximos 50 años veremos un cambio significativo en el comportamiento de algunas especies". En un estudio publicado en 2021 "hicimos modelizaciones teniendo en cuenta variables ambientales y biologicas de 10 especies de cetéceos, y predicen que tendrán que desplazarse, con todo lo que ello implica: adaptacion a nuevos hábitos alimenticios, condiciones climatologicas o hábitats". 

Ballena yubarta. /Animalia
Ballena yubarta. /Animalia

Amenaza superada: los sonar de alta frecuencia

Estamos hablando de una familia de animales con especies consideradas vulnerables como el delfín mular, y "otras están directamente en peligro de extinción como la vaquita marina", recuerda Fusar. “Si no hacemos algo el futuro puede ser que desaparezcan algunas”.

Y cuando los expertos hablan de hacer algo no lo dicen en vano. Los zifios, por ejemplo, son animales son muy sensibles a los sonar de alta frecuencia, lo que provocó varamientos en masa de ejemplares "con sintomas de descompresion, los mismos que sufriria un buceador”, dice la experta del SECAC. El equipo los estudió y vio que estas muertes masivas estaban relacionadas con los ejercicios navales

“Se murieron porque se asutaban de estos sonar. Los confundían con sonidos de orca, que son sus depredadores naturales. Si lo oían cuando estaban en las profundidades, nadaban asustadas hacia la superficie sin que diera tiempo a las burbujas de nitrógeno que se crean a reabsorberse en el cuerpo, lo que les provocaba la muerte”. Después de eso, en 2004 se prohibió el uso de sonar de alta y media frecuencia y no ha vuelto a pasar. 

Amenazas actuales

Pero otras amenazas siguen existiendo, por ejemplo, las redes que estan a la deriva: "los pescadores las pierden, o se tiran al mar, e impiden a las ballenas que se alimentan por filtracion alimentarse correctamente", explica Francesca Fusar. Otro peligro son "los plásticos y microplásticos, se han encontrado en estomagos y heces de individuos, que han muerto por su ingesta voluntaria o involuntaria", añade Morales. 

Grupo de delfines grabado con dron. /SECAC
Grupo de delfines grabado con dron. /SECAC

Las embarcaciones, de pasajeros y turísticas hacen también daño a los cetáceos. Por un lado, hay casos de colisiones con ferrys de alta velocidad, por otro, "en la industria de la observacion de cetaceos hay mucha cantidad de embarcaciones que no cumplen las distancias minimas de aproximaciones, elevando los niveles de estres, lo que afecta a la salud, a la capacidad reproductiva y de comunicacion y puede traer consecuencia dar lugar a abandono de habitat y de crías", expone el biólogo.

En Canarias, se paralizó en 2019 la concesión de licencias para embarcaciones de avistamiento de cetáceos con fines turísticos. Esta actividad está regulada en el Archipiélago por el Decreto 178/2000, de 6 de septiembre.

Contaminación acústica

Peor, al igual que pasó con los zifios, la mayor amenaza a la que se enfrentan estos mamíferos es la contaminación acústica: "han evolucionado sus habilidades acústicas mas que ningún otro sentido. Viven en un entorno donde la luz es escasa y el sonido es su principal medio de comunicación".

El ruido marítimo "afecta su capacidad para desarrollarse socialmente. Cuando hay mucha contaminación, los animales tienen que vocalizar más fuerte para comunicarse, gastan mas energia, por lo que se tienen que alimentar más", continúa. Y añade: "Les causa problemas para alejarse y volver a agruparse". 

Dos orcas avistadas al suroeste de Tenerife. Bonadea2
Dos orcas avistadas al suroeste de Tenerife. Bonadea2

Sonido firma

Las orcas poseen uno de los sistemas de comunicación vocal más complejos de la naturaleza, con dialectos únicos dentro de cada grupo familiar. Hasta ahora, el estudio de estas señales vocales había sido complicado por la dificultad de seguir a estos animales en el mar y la laboriosa clasificación manual de los sonidos, pero investigadores de la Universidad de La Laguna han desarrollado una herramienta de clasificación de las vocalizaciones de las orcas, que ayudará comprender mejor sus respuestas ante la presencia humana.

Los cetáceos emiten dos tipos de sonidos principales: "silbidos y ecolocalización", afirma Misael Morales Vargas. "Utilizan la ecolocalización para cazar, orientarse y evitar obstáculos o el contacto con otras especies. El estudio de la acústica de estos animales proporciona información valiosa para comprender sus patrones de caza, comunicación y orientación". Y concluye: "Cada individuo tiene un sonido firma, característico, que les permiten identificarse y reagruparse".