Imagina un paisaje donde los perfiles volcánicos de dos islas no aparecen como entidades separadas, sino como partes de un mismo cuerpo geológico. Donde la arena viajaba sin fronteras y las especies cruzaban barrancos sin necesidad de volar o flotar. Así era Mahan, la isla madre que unió lo que hoy reconocemos como Lanzarote y Fuerteventura.
Antes de que el mar reclamara su lugar y separara estas tierras, hubo un tiempo en que compartían territorio, clima y vida. Esta historia, aunque enterrada bajo siglos de erosión y oleaje, ha comenzado a despertar interés gracias a voces como la del biólogo y divulgador @gui_hierbajo, quien lo explica en uno de sus vídeos.
Unidas por el Pleistoceno
La antigua paleo-isla de Mahan surgió hace unos 18.000 años, durante el último periodo glacial del Pleistoceno, cuando el nivel del mar era hasta 120 metros más bajo que el actual. Esta bajada del océano permitió que Lanzarote, Fuerteventura, el islote de Lobos y el archipiélago Chinijo formaran una única superficie emergida.
Con una extensión aproximada de 5.000 kilómetros cuadrados, Mahan fue un territorio fértil para el intercambio de vida. La cercanía con el continente africano facilitó la llegada de especies, mientras que la falta de barreras marinas favoreció la dispersión de flora y fauna entre lo que hoy son islas separadas.
Herencia compartida
La existencia de Mahan explica por qué Lanzarote y Fuerteventura comparten tantos endemismos. Algunas plantas han evolucionado de forma casi paralela en ambas islas, como la Pulicaria canariensis, una especie con dos subtipos diferenciados por la textura de sus hojas, o la Ferula lancerottensis, conocida popularmente como cañaheja.
Otros ejemplos botánicos únicos incluyen el Cebollín de playa (Androcymbium psammophilum), la Siempreviva de Famara (Limonium bourgeaui) o la Chahorra blanca (Sideritis pumila), todas especies que encuentran su nicho en suelos pedregosos y secos.
@gui_hierbajo Canarias no solo destaca por su biodiversidad, sino también por su increíble historia geológica. Pero todo esto se vuelve aún más fascinante cuando de alguna forma confluyen ambas disciplinas, y ciertos elementos de nuestra flora (y fauna) responden a muchos de estos fenómenos geológicos. Hoy les traigo uno de esos casos, en el que hablamos de la Paleo-isla de Mahan, la cual hace unos 18000 años estaba formada por Lanzarote, Fuerteventura, isla de Lobos y el archipiélago de Chinijo. Como se imaginarán, su tamaño era bastante mayor, formando una isla de unos 5000 km2. Esta isla se ha ido formando y separando a lo largo de millones de años, coincidiendo con aquellos periodos en los que debido a las glaciaciones el nivel del mar era más bajo que el actual. Todo esto tiene implicaciones biogeográficas y evolutivas suuuuper interesantes, pero eso ya lo hablamos otro dia. Las imágenes del mapa de Mahan han sido obtenidas de: Carlos V. Studios. “Extinct Giant Lizards of the Canary Islands.” carlosvstudios.com, 16 de enero de 2018. Disponible en: https://www.carlosvstudios.com/post/2018/01/16/extinct-giant-lizards-of-the-canary-islands. Y la de las plantas del Banco de Datos de Biodiversidad de Canarias (@biotacanarias ) #naturaleza #canarias #isla #historia #curiosidades #ciencia #plantas #flora #biodiversidad #divulgacioncientífica ♬ sonido original - gui_hierbajo
Fauna sin réplica
El testimonio de esa antigua unión también vive en la fauna. La diminuta musaraña canaria (Crocidura canariensis) habita no solo en Lanzarote y Fuerteventura, sino también en islotes como Lobos y Monte Clara. Su presencia revela rutas de dispersión imposibles si las islas hubieran estado siempre separadas.
Entre las aves, destacan especies como la hubara canaria (Chlamydotis undulata fuerteventurae), adaptada a los paisajes desérticos, y el bisbita caminero (Anthus berthelotii), cuyo canto es símbolo del campo abierto canario.
Tesoros únicos por isla
Aunque compartieron un origen común, cada isla ha seguido su propia evolución. En Fuerteventura, especies como el cardón de Jandía (Euphorbia handiensis), el colino majorero (Crambe sventenii) o la margarita de Jandía (Argyranthemum winteri) no se encuentran en ningún otro lugar del planeta.
En Lanzarote, por su parte, destacan joyas vegetales como el bejeque de malpaís (Aeonium lancerottense), la viborina de Lanzarote (Echium lancerottense), el ajo lanzaroteño (Allium canariense subsp. obtusitepalum) y la delicada margarita de Famara (Argyranthemum maderense).
Mahan, entre ciencia y mito
El nombre Mahan no es casual. Hace referencia a un gigante de la mitología aborigen, figura que representa la fuerza telúrica de Fuerteventura. Así, ciencia y leyenda se entrelazan en la narrativa de una isla ya sumergida, pero presente en los genes de su biodiversidad.
Gui Hierbajo (Guillermo) lo resume con claridad en su vídeo: “Esto es súper interesante porque no solo significa que las islas estaban unidas, sino también que estaban más cerca de África, lo que explica su riqueza ecológica”. Una verdad olvidada por muchos, pero escrita en cada piedra, hoja y ave de este rincón del Atlántico.