Así es la cueva de Lanzarote que esconde lagos subterráneos: se formaron hace 4.000 años

Durante siglos fue refugio ante los ataques de piratas y actualmente es uno de los mágicos recovecos de la Isla de los Volcanes

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La Cueva de los Verdes es un paraíso subterráneo excavado en el subsuelo de Lanzarote por la lava del Volcán de la Corona./ REDES.
La Cueva de los Verdes es un paraíso subterráneo excavado en el subsuelo de Lanzarote por la lava del Volcán de la Corona./ REDES.

Milenios de erupciones han modelado los paisajes de Canarias y si hay una isla donde este efecto es palpable sin duda es Lanzarote. Magma y tiempo esculpiendo la superficie pero también el subsuelo. Aunque la capa superior de lava se enfríe, en su interior continúa excavando la tierra hasta dar lugar a la formación de tubos volcánicos, datados hace cerca de 4.000 años, que pueden llegar a alcanzar distancias kilométricas. 

Es el caso de la Cueva de los Verdes, un tramo de la gruta de 7 kilómetros originado, al igual que los Jameos del Agua, en el recorrido de la lava de la erupción del Volcán de la Corona hacia el mar. Es uno de los lugares mágicos de la isla donde puede apreciarse en las paredes el recorrido de las lavas a mil grados de temperatura a lo largo de la cavidad, súbitamente solidificada en su camino desde el volcán hasta el océano.

Desde los piratas hasta Soto y Manrique

A partir del siglo XIX comenzó el estudio de la cueva por parte de diferentes geólogos procedentes de todos los rincones del mundo pero anteriormente ya había sido utiizada como escondite de la población frente a los ataques e invasiones de los piratas berberiscos durante los siglos XVI y XVII. 

En la década de los 60, el Cabildo de Lanzarote recurrió al arquitecto majorero Jesús Soto, quien se convertiría a la postre en estrecho colaborador de César Manrique, para la adecuación de este santuario natural de origen volcánico que se ha convertido en foco de atracción para miles de visitantes que anhelan descubrir su secreto.

Soto y Manrique desplegaron todo su conocimiento del tratamiento de la luz y la sombra para extraer la luminosidad de la piedra y así realzar las formas que la lava fue dejando atrás en su devastador camino. Ocres, grises, negros y rojizos pintan este paraíso de la oscuridad enalzado por efecto de la luz para dibujar grotescos paisajes y espectaculares estructuras rocosas. 

Casi una hora bajo tierra

La visita por la Cueva de los Verdes tiene una duración de casi una hora en la que nos sumergimos en las entrañas de la tierra, donde reinan la humedad y la oscuridad. A lo largo de la extensa red de galerías nos topamos con tramos del trayecto llegan a alcanzarse los 50 metros de altura, alternándose con pasajes estrechos y escarpados en los que será necesario agacharse. 

En cada rincón se palpa la esencia volcánica de la isla, desde recorrer antiguos canales de lava hasta admirar estalactitas de magma y depósitos salinos. Estas formaciones magmáticas, junto a la singularidad de los colores que adornan el recorrido, convierten la visita en una espectáculo inolvidable.