Para hallar el primer rastro de la palabra 'guanche' tenemos que remontarnos documentos donde se adjudicó el reparto de tierras tras la conquista de la islas de Realengo, concretamente a las Datas de Tenerife fechadas en 1498. En estas referencias encontramos que el término 'guanche' servía para designar tanto a los aborígenes, como a sus tierras y su lengua.
Décadas después, hacia 1526, durante una escala en Tenerife, el comerciante Thomas Nichols observó que los aborígenes "se llamaban guanches en su propia lengua". En este sentido el historiador Nuñez de la Peña recogió que en la lengua aborigen guan significaba persona y chinec denominaba Tenerife, como ya había observado el dominico Alonso de Espinosa con el término Achinech para referirse a la isla.
Por tanto, aunque posteriormente derivara en término 'guanche' a consecuencia del uso de los conquistadores españoles, el origen del vocablo se encontraría en la composición de la palabra guachinech, es decir, persona de Tenerife o natural de Tenerife.
Una conquista señorial en lengua francesa
Frente a esta hipótesis, en la que la palabra 'guanche' tendría una raíz aborigen y habría evolucionado a consecuencia de las pronunciación de los conquistadores, un conocido estudio firmado por el Profesor Emérito de la ULPGC Maximiano Trapero junto a la doctora en Filología Francesa Elena Llanas Pombo defiende una explicación alternativa y cronológicamente anterior a las primeras referencias escritas a la palabra 'guanche' en las Datas de Tenerife.
Estos investigadores defienden que la palabra 'guanche' es un galicismo o francesismo que tiene sus raíces en el verbo guenchir del francés antiguo, de manera que el sustantivo 'guanche' sería una derivación derivaciones de esta palabra procedentes de la lengua que hablaban las primeras expediciones normandas a Canarias comandadas por Jean de Bethencourt, que emprendieron la conquista señorial a principios del siglo XV, décadas antes de que comenzara la etapa realenga.
Esquivar, evitar, desviar
En línea con el posible origen de la palabra guanche en el francés antiguo, la tesis esgrimida por Maximiano Trapero y Elena Llamas aboga porque este término se refiere a la habilidad para esquivar objetos lanzados. La voz guenchir podría traducirse como 'esquivar, evitar o desviar', de manera que se habría adoptado para describir el movimiento corporal lateral para esquivar algo -piedras, lanzas o cualquier objeto arrojadizo-, una de las habilidades aborígenes que sorprendió los normandos a partir de su llegada a Canarias en el año 1402.
Con arreglo a esta hipótesis, el término guanche procedería de las islas orientales - Lanzarote y Fuerteventura- donde, tal y como defiende el filólogo Marcial Morera, los guanchismos se adaptaron a la lengua española. Desde las islas más cercanas al continente africano, estas adaptaciones lingüísticas, así como numerosos topónimos, fueron extendiéndose por el Archipiélago al ritmo que avanzaba la conquista.