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Imagen de un perro a la sombra huyendo del calor / CANVA

Estos son los trucos para proteger a tu mascota durante los episodios de calor en Canarias

Durante los episodios de calor, saber cómo proteger a tu mascota puede marcar la diferencia

En verano, cuando el aire se vuelve espeso y las calles arden bajo el sol, los cuerpos buscan refugio. Pero no todos pueden pedirlo. En los días de más calor, quienes dependen de nosotros para sobrevivir —los animales que nos acompañan— están especialmente expuestos. Un descuido, una mala decisión o la ignorancia pueden tener consecuencias irreversibles.

Bajo ese sol, los golpes de calor en mascotas no son una posibilidad remota: son una amenaza real. Saber cómo proteger a un animal en estas circunstancias puede marcar la diferencia.

Cómo identificar el peligro

El golpe de calor no llega con aviso. Puede presentarse con rapidez y sin que apenas dé tiempo a reaccionar. Algunos síntomas deben levantar todas las alarmas: jadeo excesivo con babas, respiración acelerada y nerviosa, temblores, vómitos, diarrea o falta de coordinación. Si el animal tiene las mucosas azuladas por la falta de oxígeno o pierde la consciencia, el margen de maniobra se estrecha.

En casos graves, el aumento de la temperatura corporal por encima de los 42 grados puede provocar la muerte en menos de 15 minutos. En ese momento, cada segundo cuenta.

Qué hacer de inmediato

Ante un episodio de golpe de calor, lo primero es mantener la calma y actuar con rapidez, sin improvisar. Las medidas que tomes en casa son un primer auxilio, pero el objetivo es siempre llegar cuanto antes al veterinario, que será quien tenga las herramientas para salvar la vida del animal.

Mientras tanto, hay que intentar reducir la temperatura corporal, pero de manera progresiva. Se puede mojar a tu mascota con agua templada, nunca fría ni caliente. Cuando la temperatura del cuerpo baje a 39,5 grados, debe interrumpirse el enfriamiento para evitar que derive en hipotermia.

Qué no se debe hacer

En situaciones de urgencia, el instinto puede llevarnos a cometer errores. Uno de los más comunes es envolver al animal con toallas mojadas. Aunque parezca lógico, esto en realidad impide que el calor se libere, actuando como una trampa térmica.

Tampoco es recomendable usar agua helada, ya que el enfriamiento brusco puede provocar daños cerebrales y agravar el cuadro clínico.

Mujer pasea a su perro / Pixnio

El peligro del coche

Uno de los escenarios más letales para un animal en verano es quedarse dentro de un coche. Ni las ventanas bajadas ni una sombra aparente justifican esta práctica. En apenas tres minutos, un vehículo puede alcanzar una temperatura que impida la oxigenación del animal, con consecuencias fatales.

Es una negligencia demasiado común y, por desgracia, demasiado mortal.

Prevención cada día

La mejor manera de proteger a tu mascota del calor es prevenir. Durante los días más cálidos, es esencial que estén en zonas con sombra y ventilación, evitando la exposición directa al sol.

Los paseos deben programarse a primera hora de la mañana o tras la caída del sol, evitando siempre las horas centrales del día. También hay que evitar que hagan ejercicio intenso, ya que el sobreesfuerzo puede ser muy peligroso.

Conocer sus límites

Cada animal es diferente, y no todos toleran el calor del mismo modo. Los perros braquicéfalos, por ejemplo, tienen más dificultades para regular su temperatura. También los cachorros, los ancianos y los que padecen enfermedades previas están más expuestos.

Por eso es clave conocer los factores de riesgo de cada mascota. Solo así podrás tomar decisiones responsables y evitar sustos que podrían haberse prevenido.

Este verano, protégelo

En un archipiélago como Canarias, donde las olas de calor no son una rareza sino una constante estacional, proteger a tu mascota no es una opción: es una obligación ética. Un pequeño error, una puerta cerrada, una caminata a destiempo, y el final puede ser trágico.

Este verano, no pongas en riesgo la vida de quien confía ciegamente en ti. Infórmate, actúa y protege. Porque su bienestar depende, literalmente, de ti.