Investigadores denuncian la presencia de vestigios franquistas en Las Palmas de Gran Canaria

La capital aún cuenta con numerosas calles y simbología referente al régimen de Francisco Franco

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Imagen de dos placas en Las Palmas de Gran Canaria / CEDIDAS
Imagen de dos placas en Las Palmas de Gran Canaria / CEDIDAS

Han pasado 87 años desde que Franco comenzó su dictadura en España pero en pleno 2023 todavía quedan restos de su paso por la historia. 48 años separan la muerte del dictador de la actualidad, pero basta un paseo por la capital de Gran Canaria para dar un salto al pasado, a la privación de libertades, al miedo, a la persecusión y a la ausencia de democracia. 

Casi medio siglo después de su fallecimiento, las familias que vivieron reprimidas durante el franquismo se enfrentan diariamente a recordatorios de aquel pasado tan oscuro: nombres de calles en memoria del dictador, placas, esculturas, simbología. 

La Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática pasa desapercibida en varios municipios de la isla. Desde el norte pasando por Santa María de Guía o Gáldar hasta llegar al sur en Mogán hay restos de una historia que parece no acabar del todo. Mientras Santa Cruz de Tenerife cuenta con un catálogo detallado del callejero y otros vestigios franquistas, en Las Palmas de Gran Canaria es la voluntad de unos pocos la que recoge poco a poco algunos elementos que conformarían el catálogo de la capital grancanaria. 

De paseo por Las Palmas

Jorge Pulido es antropólogo y junto a un pequeño equipo compuesto por cuatro personas se han encargado de replicar la metodología empleada por los investigadores de la ULL que formularon el catálogo en Santa Cruz de Tenerife. 

"Sería ideal que existiera colaboración ciudadana y poco a poco fueramos ampliando el catálogo que actualmente recoge 12 páginas". Para poder participar, la ciudadanía que observe algún nombre de calle, símbolo, estatua o placa puede mandar el nombre y ubicación del hallazgo al correo antropologiacanaria@gmail.com, tal y como ha explicado Pulido. 

"El criterio para elaborar el catálogo de Las Palmas de Gran Canaria es el mismo que siguieron para elaborar el catálogo de Santa Cruz de Tenerife. En cada uno de los nombres de vestigios encontrados aparece un pie de página con las condiciones del por qué incumpliría la Ley de Memoria Democrática" asegura el antropólogo. 

Algunos de los nombres que ya aparecen en la lista son: calle Jesús Ferrer Jimeno, la calle Ruíz de Alda, calle Diego Vega Sarmiento, calle Juan Saraza Ortiz, calle López Socas, entre muchas otras. 

La patada a la democracia 

La falta de un catálogo que oriente a las fuerzas políticas sobre el significado de cada nombre del callejero municipal u otra simbología franquista es una excusa recurrente para evitar la retirada de elementos con referencia a la dictadura de Franco. Maximiliano Paiser, investigador memorialista, asegura que no es necesaria la existencia de una lista. 

"El catálogo de vestigios es una cosa que suena muy bonita pero que no tiene ninguna repercusión real", denuncia Paiser. "La calle Primero de Mayo se llamaba calle General Franco. Sin más preámbulo, sin más catálogos y sin ninguna comisión técnica se le quitó el nombre a esa calle y se le puso calle Primero de Mayo. Los catálogos son pura retórica, pero que no se llevan a cabo por falta de voluntad politica. ¿Qué pinta Jesus Ferrer Jimeno en una calle de Las Palmas que fue el primer gobernador puesto después de Franco? No hace falta ir a ningun catedrático para que nos lo explique, está en la prensa histórica", insiste el investigador. 

Maximiliano Paiser ha insisitido en que retirar la simbología franquista "es una cuestión de sanidad democrática. No puede haber un nombre de un asesino en una plaza de Berlín y aquí los hemos tenido hasta el otro día. Han pasado 40 años de la muerte del dictador, no ocurrió ayer. El mundo ha cambiado y nosotros en Las Palmas de Gran Canaria parece que no queremos que cambie y se trata simplemente de poner las cosas como deben estar en cualquier país libre y democrático, ni más ni menos. Esa gente que figura en las calles de la ciudad estaba en contra de la democracia, de las libertades, no podemos olvidarnos de eso", recuerda. 

Más estudios 

Maximiliano Paiser asegura que él y su equipo de investigadores han llegado a elaborar un callejero al igual que el antropólogo canario Jorge Pulido, pero la iniciativa ciudadana no ha conseguido cambiar el pasado franquista de la capital. "Hemos trabajado desde 2007 en el tema de la memoria. El 99% de nuestras iniciativas han sido desoídas y hemos propuesto nombres de calles, hemos hecho un pequeño estudio de algunas calles y hay nombres muy claros que deberían de haber sido eliminados hace años y no se ha hecho". 

Paiser asegura que cuando una institución no avanza en la retirada de vestigios franquistas, queda retratada. "Yo siempre digo que es bueno que se mantengan los nombres franquistas en las calles porque eso dice mucho de la gente y de los ayuntamientos y de los que no han querido pasar la pagina del franquismo todavía. Los nombres franquistas en las calles demuestran la poca capacidad política y la poca voluntad política de muchos que se dicen de izquierdas", critica el investigador. 

Placa del régimen franquista 'Delegación de Sindicatos' en La Atalaya, en el municipio de Santa María de Guía. / CEDIDA
Placa del régimen franquista 'Delegación de Sindicatos' en La Atalaya, en el municipio de Santa María de Guía. / CEDIDA

Franco y Canarias 

La Ley de Memoria Democrática no ha conseguido erradicar al 100% los restos que dejó Franco durante los 40 años que duró su dictadura. Las Palmas de Gran Canaria no es el único municipio capaz de convivir con los malos recuerdos, pasa lo mismo en otros municipios, incluso en otras islas. 

"Si te das una vuelta por Mogán verás que la calle principal se llama calle Almirante Carrero Blanco y no ha habido nadie que haya dicho que la cambien, no hace falta que haya ningún catálogo, es evidente. Se trata de un franquista, de un criminal, de un colaborador de un asesino como lo fue Franco, su mano derecha. Eso es así de claro", increpa Paiser. 

"La opinión de muchos de los que estábamos luchando por democratizar el callejero de Las Palmas y del resto de la isla es que para lo único que nos sirvió, fue para darnos cuenta de que durante 40 años estuvimos luchando contra el franquismo y ahora otros 40 años luchando por la memoria, por la verdad y por la libertad", dice el investigador canario. 

Monumento dedicado a Franco situado en Santa Cruz de Tenerife, uno de los vestigios franquistas reconocidos por la memoria histórica. / ATLÁNTICO HOY
Monumento dedicado a Franco situado en Santa Cruz de Tenerife, uno de los vestigios franquistas reconocidos por la memoria histórica. / ATLÁNTICO HOY

¿Cuándo se requiere aprobación?

Actualmente cambiar el nombre de una calle o cualquier otra simbología del régimen de Franco requiere se un proceso que puede alargarse incluso meses. 

"En Fuerteventura si te paseas por la avenida de Puerto del Rosario hay una placa o estatua que conmemora a varias personas que luchaban por la libertad acusados del famoso Contubernio de Múnich. Alguien tuvo la iniciativa de colocar allí un recuerdo a esas personas que estuvieron desterradas en Fuerteventura durante meses. Sin embargo, en Las Palmas eso parece un tabú. ¿Por qué en Fuerteventura sí?", se pregunta Paiser que alaga la inciativa tomada en la isla "porque sirve para que las personas que hemos pasado por allí digamos, 'qué buena iniciativa la del ayuntamiento de Puerto del Rosario'. Nos dan una lección", reflexiona. 

El investigador memorialista concluye que "los símbolos y las calles de una ciudad envían un mensaje al ciudadano. Por el nombre de una calle se sabe que se trata de una personalidad que hizo cosas buenas por la humanidad o por la ciencia. Pero un criminal que fue partícipe en los consejos de guerra no puede dar ese mensaje a la gente joven, a las generaciones que vienen detrás de nosotros. Los ciudadanos deberíamos pensar al leer el nombre de una calle: esta persona inventó la penicilina, el otro otra cosa, pero cuando lees el nombre de individuos que lo que hicieron fue perseguir, matar, prohibir, no permitir libertades durante 40 años ... Es una vergüenza para una ciudad", se lamenta Maximiliano Paiser. 

El yugo y las flechas de la administración franquista aun se ve en los edificios./ ÁLvaro Oliver (AH)
El yugo y las flechas de la administración franquista en los edificios./ ÁLVARO OLIVER - ATLÁNTICO HOY

Listado de calles presentes en el catálogo 

Actualmente el listado elaborado por un equipo de antropólogos se puede completar aportando nuevos nombres presentes en las calles de Las Palmas de Gran Canaria mediante el correo antropologíacanaria@gmail.com. Aunque el catálogo no persigue ningún fin, Jorge Pulido confía en que los ciudadanos puedan consultarlo a modo informativo y teniendo presente que la capital de Gran Canaria — al igual que muchos otros municipios de las Islas— sigue teniendo ápices de un pasado muy oscuro. 

En las doce páginas se recogen calles de cargos públicos relevantes, militares y voluntarios, ideólogos políticos, colaboradores importantes, nombres que conmemoran acontecimientos, placas y fotos que acompañan las explicaciones del listado. Ahora solo queda que la Ley de Memoria Democrática salga del papel y se instale en la práctica.