El pasado 13 de marzo, Alicia regresaba de trabajar a su casa en el entorno de la plaza de la Patrona de Canarias, en Candelaria, como cualquier otro día, pasadas las 21 horas de la noche. Todo iba normal hasta que llegó a la puerta de su vivienda. Un foco nuevo instalado en lo alto de un poste iluminaba directamente a su fachada y a la vivienda colindante, separadas por un callejón.
Un foco inexistente hasta la fecha que llenó de incertidumbre tanto a Alicia como a su madre y su tía, con quienes vive. Su tía, de 95 años, que tiene dependencia y Alicia es su cuidadora, vive hacia la calle -y al nivel de la misma- y esa luz entraba como un chorro por los ventanucos de la casa. Su madre, que vive un piso más arriba tuvo que empezar a cerrar las ventanas hasta para ver la tele.
Problemas para el descanso
Así, de un día para otro, Alicia se encontraba con una situación incompatible con el descanso nocturno para la familia conviviente. Y todo ello por un foco inexplicable
“No tiene sentido, porque ya es una zona sobre iluminada porque tenemos todos los focos de la basílica. Si tengo las ventanas abiertas puedes ver el interior de mi casa desde el centro de la plaza”, expone en declaraciones concedidas a Atlántico Hoy.
Iluminar un paso de peatones
Alicia dejó pasar la primera noche, pero no dudó en pedir explicaciones al Ayuntamiento de Candelaria a las 8 de la mañana del día siguiente. “Me dicen que es un error. Que ya lo apagan y lo lamentan. Les digo que es increíble, pero lo apagan para la siguiente, pero no lo retiran”, señala dando a entender una continuación. “A los tres días vuelvo de trabajar y ahí está encendido otra vez. En este caso, mi madre estaba más nerviosa para que no me metiera en líos”, añade Alicia.
En este sentido, repitió la llamada matutina al Consistorio para insistir en una explicación de “por qué, sin avisar, ponen un foco nuevo y, además, enfoca a las viviendas”. La nueva justificación del ayuntamiento, según relata Alicia, es que “fue por un vecino que dijo que había gente que se estaba cayendo en el paso de peatones que está justo debajo”.
Ante la sorpresa por la respuesta, Alicia señala que, si alguien se cae, “los primeros que nos enteramos somos nosotros, que somos los únicos que vivimos hacia la plaza en este lado y hacia el paso de peatones. Mi tía está siempre en la ventana hablando con los que pasan”.
La valoración policial
Esa misma noche -relata- se desplaza a la Policía Local a informarse de si había recibido alguna notificación de denuncias, reclamación o quejas referente a que la gente se está cayendo en un paso de peatones. “Les digo que quiero poner una denuncia y que se está vulnerando el derecho a la intimidad y que hay una actuación desproporcionada del ayuntamiento. Me dicen que si no es penal no pueden ponerla”.
En este contexto en el que el foco está iluminando zonas privativas como son zonas de acceso y residenciales privadas y que atenta contra la intimidad, porque no está enfocado hacia nada público, Alicia consigue que un oficial se desplazara por la noche para ver la situación en primera persona.
“Se queda alucinado. Me dice que al colocar el foco tan alto y por encima de un árbol ni siquiera ilumina el paso de peatones, que ya hay una farola sola para el paso de peatones y que no tiene otra función”, esgrime. Asimismo, y paradójicamente con la justificación del ayuntamiento, según narra Alicia, el oficial valora que el nuevo foco -ya existían otros dos de menos potencia y a menor altura- ubicado por encima del árbol genera sombra en el paso de peatones.
Enfrentamiento e inhabilitación del foco
Al día siguiente, trasladó la conversación al ayuntamiento y se sorprendió ante la respuesta de una funcionaria municipal. “Se enfada conmigo porque no debería haber ido a la policía y me dice que es solo una opinión del oficial. Y le digo que sí, pero que a ellos les vale la opinión de un vecino para poner el foco. Tienen mi teléfono desde el primer día para hablar con el concejal y no he recibido una llamada”, argumenta Alicia.
A raíz de la observación policial se producen dos acciones desde el ayuntamiento. La primera, más satisfactoria para esta vecina de Candelaria, es que tienen inhabilitado el foco desde el pasado viernes. La segunda, casualidad o no, tiene que ver con el árbol bajo el foco.
El árbol
“Este domingo, desde las 7 de la mañana, aparecen jardineros que tenían la orden de talar el árbol bajo el foco, porque no es poda, porque no le tocaba”, expresa Alicia. “Vivieron a talar las ramas de un árbol para justificar que la luz del foco llegue al suelo y que la farola también ilumine sin sombras. Son capaces de talar las ramas de un árbol para justificar algo que es injustificable. Hay mil formas, pero no alumbrando a las viviendas”, agrega en su opinión, molesta.
Por último, Alicia destaca que ese foco no se ha vuelto a encender, pero tiene temores de que sea momentáneo por dos razones: que no se ha retirado y por la tala de las ramas del árbol que, por cierto, tenía la particularidad de generar mayor sombra que daba en ese punto en concreto.
Postura del ayuntamiento
Por otro lado, Atlántico Hoy ha querido conocer la postura del Ayuntamiento de Candelaria en esta situación que afecta directamente al descanso de tres de sus vecinas. De esta manera, fuentes municipales han trasladado al medio de comunicación su sorpresa porque, cuentan, “desde que la vecina comunicó la incidencia se solucionó. El foco se apagó desde el primer día que se notificó”.
Asimismo, confirman que la colocación del mencionado foco “surge a raíz de la necesidad de reforzar el alumbrado en el paso de peatones ubicado en esta calle, a petición de varios vecinas de la zona, ya que se han producido caídas en horario nocturno debido a la oscuridad de este entorno” y reiteran que “desde la misma noche que la vecina comunica la incidencia el foco se ha mantenido apagado”.
Con respecto a la “poda del árbol”, como ocurre con otros, desde el ayuntamiento resaltan que “debido a la ubicación de los mismos, muy cerca de la costa, estos requieren de mantenimiento constantemente”. En este caso, “se despuntó, como se ha hecho en otras ocasiones, ya que se acumula el salitre y lo quema”. Es más, abundan “a la vez que este árbol se podaron las palmeras que se ubican en la Plaza de la Patrona de Canarias, contiguas al espacio mencionado”.
Para finalizar, reiteran que “desde el ayuntamiento se insiste en que el foco ha estado inhabilitado desde que se trasladó al Consistorio la situación”.