García Ramos: "Es gravísima la burrada" que dijo Ana Oramas

"El gran problema es la desorientación permanente del profesorado, con una ley que dice una cosa y la siguiente dice otra", asegura el catedrático y expolítico respecto a los contenidos canarios

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Juan-Manuel García Ramos, catedrático emérito y presidente de honor del Partido Nacionalista Canario./ Grupo parlamentario nacionalista
Juan-Manuel García Ramos, catedrático emérito y presidente de honor del Partido Nacionalista Canario./ Grupo parlamentario nacionalista

La llegada de la democracia a España trajo consigo un nuevo orden social en el que la educación estaba llamada a ser el eje sobre el que pivotara la nueva etapa que se abría. El Estado de las Autonomías otorgó desde bien pronto competencias a las regiones recién establecidas, arrastradas por el empuje ejercido por el País Vasco y Cataluña.

Se establecía así el marco perfecto para que las diferentes Comunidades Autónomas integrasen en sus diferentes planes de estudio materias relacionadas con su entorno natural y social más próximo. En Canarias no fue hasta 1990 cuando se dieron pasos en ese sentido, al calor de la aprobación de la nueva Ley Orgánica de Educación, la LOGSE.

El Centro Democrático y Social (CDS) gobernaba en las Islas con el recién fallecido Lorenzo Olarte como presidente y al frente de Educación se encontraba Juan-Manuel García Ramos, hoy presidente de honor del Partido Nacionalista Canario y exdiputado regional hasta la pasada legislatura.

Esperanza

García Ramos atiende a Atlántico Hoy para conversar sobre la evolución de los contenidos canarios en la enseñanza curricular y las palabras de Ana Oramas de estos días en los que afirmó que los profesores de las islas “no tienen ni puta idea la identidad y cultura canaria”.

Cuenta el entrevistado que “fue una época de esperanza. La LOGSE facultaba a las CC.AA. a introducir un 35% de contenidos educativos referidos a los distintos ámbitos geográficos, lo que supuso que un conjunto de referencias específicas a Canarias aparecieran por vez primera en los diseños curriculares de todas las áreas y niveles de la Educación Obligatoria”.

Es entonces cuando nace el Programa de Contenidos Canarios en la Consejería de Educación para ayudar al profesorado a afrontar con éxito el nuevo reto curricular. Con ese fin proliferaron en esos años documentos de trabajo sobre la Historia y la Cultura de las islas, “se diseñaron algunos programas educativos específicos y la presencia de Canarias en la escuela pareció experimentar un cierto florecimiento, aunque los contenidos canarios, como tales, no acabaron de insertarse en el desarrollo curricular”, se lamenta el también filólogo y catedrático emérito de la Universidad de La Laguna.

Inestabilidad

El problema a su entender es que “la educación en España ha estado al servicio de los sucesivos gobiernos, lo que no ha permitido desarrollar una política estable” a este respecto. Un ejemplo: la LOE impulsada por el PSOE en 2006 planteó como un objetivo educativo específico “los aspectos históricos, geográficos, naturales, sociales y lingüísticos más relevantes de la Comunidad Autónoma de Canarias”, pero para el curso 2010-11 desaparece de la entonces Dirección General de Ordenación e Innovación Educativa.

Con la llegada del Partido Popular al Gobierno en 2011 se modifica dicha ley para dar paso a la LOMCE, también conocido por la opinión pública como Ley Wert, apellido del ministro que la impulsó. Poco duró, porque la vuelta del PSOE al gobierno trajo consigo una nueva ley, también con apodo, la Ley Celáa.

“Aquí está el gran problema, la desorientación permanente del profesorado con una ley que dice una cosa y la siguiente dice otra. Así hemos estado con esas ocho leyes en democracia, que son un disparate. Una cosa es actualizar y otra cosa es contradecir”, sentencia.

Dejadez

Se enorgullece el profesor universitario de haber impulsado durante su mandato al frente de la Consejería de Educación la Biblioteca Básica de Canarias, “donde están todos los que mencionó el otro día Ana Oramas en su desgraciada intervención”.

Fueron 55 títulos que se vendían por 200 pesetas de la época y que se hicieron no solo para que sirvieran en la escuela, sino para aunar todo el saber literario, histórico y cultural del Archipiélago. “Ahí empezamos a trabajar, pero luego ha habido consejeros y consejeras, de Coalición Canaria, sí, pero también del PSOE como García Denis o José Miguel Pérez, con distinto interés por los contenidos canarios, y así nos ha ido”.

“Ha habido cierta dejadez, no digo que no. Pero también hubo periodos muy buenos con grandes impulsores como Rogelio Botanz, que hizo un gran esfuerzo por poder implantar el 35% de contenidos canarios en las escuelas, lo que pasa que luego otros consejeros lo dejaron caer”.

Autonomía

Nuestra Comunidad da una enorme autonomía a los centros educativos a la hora de configurar su oferta educativa, lo que genera enormes desigualdades, no solo entre islas o municipios, sino también entre colegios que se encuentran a unos metros de distancia.

De esta forma, se observa con nitidez como hay ciertos núcleos, entre los que podemos incluir las islas menores, el norte de Tenerife o ciertas zonas de Gran Canaria, en los que la implicación con los contenidos canarios es ostensiblemente mayor al resto.

“Siempre hemos tenido más sensibilidades en unas islas que en otras al respecto del contenido canario, pero no se puede generalizar tampoco y no creo que se deba. Yo creo que ha dependido mucho de los equipos y las generaciones que se han ocupado de esto”.

Confiesa García Ramos que hoy en día, en las clases que imparte en la ULL, observa como los alumnos “no es que no lean sobre cuestiones Canarias, es que no hay una práctica lectora continuada, sobre todo para alumnos que se van a graduar en Filología, pero se lee muy poco y de los canarios casi nada”.

Las palabras de Oramas

En relación a las declaraciones de Ana Oramas de la pasada semana en la que aseguraba que “el problema es que el profesorado no tiene puta idea de la identidad y cultura canaria”, el presidente de honor del PNC asegura que es una “irresponsabilidad gravísima".

“No se puede generalizar de esta manera a todo el profesorado que va desde infantil hasta el universitario. Ese disparate no se puede decir porque hay muchos profesores que han entregado su vida por los contenidos canarios”, asegura.

García Ramos reconoce que hay un gran problema en las educación de descreimiento del profesorado por parte del alumnado, “y si una autoridad de la categoría de la Vicepresidenta de la soberanía de Canarias, que es el Parlamento, dice que el profesorado no tiene ni puta idea, textualmente, ¿cómo puede influir esto en los alumnos”, reflexiona.

Por ello cree que es “gravísima” la burrada que ha dicho y ella misma ha reconocido. “Ya está bien que salga con este tipo de disparates, porque este no es el primero y yo creo que es el momento de animarla a que se retire de la política”.

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