Hablar de migración de forma ética, la nueva enseñanza de una treintena de alumnos de la ULL

Futuros periodistas, antropólogos, sociólogos y trabajadores sociales han participado en un curso de la Agencia de las Naciones Unidas para las Migraciones que busca armarles de capacidad crítica contra los discursos de odio racistas

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Celebración del curso Migrando Miradas, en la Universidad de La Laguna, donde una treintena de estudiantes se han formado sobre migración. / AINOHA CRUZ- ATLÁNTICO HOY
Celebración del curso Migrando Miradas, en la Universidad de La Laguna, donde una treintena de estudiantes se han formado sobre migración. / AINOHA CRUZ- ATLÁNTICO HOY

Cualquiera que se dedique al mundo de la comunicación sabe que las palabras son la herramienta que estructuran cómo se percibe la realidad. A través de ellas se construyen los discursos capaces de deshumanizar pero también de comprender a las personas. Con esto en mente desde la Agencia de las Naciones Unidas para las Migraciones (OIM) han impulsado un curso para que los futuros profesionales de la comunicación y del ámbito social aborden el fenómeno de la migración evitando caer en prejuicios y de forma ética. 

Es la segunda vez que la OIM imparte el curso Migrando Miradas en la Universidad de La Laguna, sede donde nació y desde donde viajó a diferentes ciudades nacionales para ahora volver. La intención de este curso, según explica Alejandro Rojas, auxiliar de proyectos en la Organización Internacional para las Migraciones, es definir los conceptos básicos usados en el ámbito de las migraciones, estudiarlos y profundizar en esa terminología que “puede inclinar el discurso de un lado al otro”. 

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La palabra cuenta

El uso peyorativo de las siglas MENA (Menor extranjero no acompañado) o el referirse a las personas que llegan de forma irregular como “ilegales” son un ejemplo de cómo las palabras son capaces de construir un discurso deshumanizante, donde todo el relato que rodea a la persona migrante está lejos de su historia y de los motivos que les ha llevado a migrar. 

“Hay mucho desconocimiento sobre terminología, sobre aspectos de enfoque. Muchas veces hay información que creemos que es acertada y hay términos que en algún momento lo fueron, pero el lenguaje evoluciona y hoy o se han dado un contexto negativo o se han usado para reforzar discursos”, explica. 

Armarse de crítica

Durante esta explicación el curso ya ha iniciado con alumnos de periodismo, trabajo social, antropología y sociología. Comienzan divididos en grupos, mezclados de diferentes ámbitos y conformando la historia de cinco personas migrantes de diversas partes del mundo con sus fotos en el proyector. El ejercicio de imaginación grupal se adentra en los prejuicios, ninguno de los grupos es capaz de acercarse a la historia real de los jóvenes, por lo que todavía queda mucho trabajo por hacer. 

“Algo que enfatizamos mucho es la mirada crítica y el intentar ver una foto más amplia, no centrarte solo en un punto sino ver todo el contexto, qué hay detrás, en qué momento lo está comunicando”, responde Rojas sobre cómo luchar contra el relato de los medios que se conforma ante la intención de deshumanizar y criminalizar. Por ello, destaca que “intentamos proveer de herramientas para facilitar ese ejercicio y hacer un análisis y autocrítica de absorber y aterrizar esa información”. 

El curso se celebra en la facultad de Ciencias de la Información bajo la premisa del papel crucial que juegan los medios de comunicación a la hora de estructurar la realidad a través de los discursos. Pero no son los únicos agentes socializadores implicados, tal y como señala Rojas, desde las agencias de publicidad hasta los videojuegos, son muchos los agentes implicados en la construcción de los discursos, de ahí la importancia de tener la capacidad crítica para abordar los relatos.