En Roma, a mi apuesta fiel, fijé, entre hostil y amatorio, en mi puerta este cartel: 'Aquí está don Juan Tenorio para quien quiera algo de él'. La obra de José Zorrilla que protagoniza este fragmento, entre muchos otros, recorrerrá el barrio de Vegueta dos siglos después de que su autor escribiese el famoso drama. Los próximos 30 y 31 de octubre a las 21:00 horas los recovecos de Las Palmas de Gran Canaria servirán como escenario para los enfrentamientos entre Don Juan y Don Luís de Mejía.
Este año, DD&Company Producciones lleva las riendas de la dirección escénica de la obra que pretende acercar el personaje de Don Juan al siglo XXI, de la mano del director Ferran Madico. Para ello, repite como protagonista Fran Perea, que ya conoce de primera mano el personaje a quien dio vida el pasado año en el mismo escenario: las plazas de Santo Domingo, San Agustín, Pilar Nuevo y Santa Ana.
Una obra del siglo XXI
"Es diferente director, diferente montaje, diferente punto de vista. Se intenta hacer un esfuerzo para que la gente que lo vio el año pasado no vea lo mismo este año", afirma el actor que le dará vida a Don Juan. Madico ha querido forzar un nuevo punto de vista que acerque a los personajes a la cotidianidad y la actualidad del siglo XXI. Perea asegura que la puesta en escena de la obra "no tiene una fecha concreta, está más en un lugar atemporal".
Aunque se pretenda acercar el personaje a la actualidad, el carácter chulesco y pendenciero de Don Juan Tenorio no va a desaparecer."El Don Juan es un mito y cuenta nuestra historia. El montaje respeta la historia y respeta el personaje. Muestra la España de la que venimos y yo creo que es bonito revisar el mito y bonito mostrarlo, porque es ponerle un espejo a la gente delante para contarle lo que somos, y lo que hemos sido", señala Perea.
El actor también ha querido recordar las similitudes del personaje con los patrones que se siguen en la actualidad. "Pienso que la juventud de hoy en día repite muchos patrones que en su día cosntruyeron el personaje de Don Juan Tenorio. Sería bonito que la gente joven vaya a verlo para que reconozca qué cosas son acertadas y qué cosas no son tan acertadas en los comportamientos humanos. Sobre todo, toda esta parte machista del personaje de cómo se trataban ciertos temas en aquella época para decir preguntarse ¿hemos evolucionado tanto, o no hemos evolucionado tanto?", reflexiona.
Una nueva doña Inés
Aquí está don Juan Tenorio, y no hay hombre para él. Desde la princesa altiva a la que pesca en ruin barca, no hay hembra a quien no suscriba; y a cualquier empresa abarca, si en oro o valor estriba. Y en este caso, el nuevo valor añadido de la obra será Doña Inés, representada por la actriz canaria Selene Rodríguez. El punto de vista de la intérprete vuelve a centrarse en aportar la visión de las mujeres del siglo XXI. "La versión que está dando el director Ferran Madico es llevarlo hasta el punto de cómo sería una Inés en el siglo actual, cómo pensaría y cómo actuaría", explica Rodríguez.
El texto de Zorrilla está adaptado, igual que el enfoque que se le da a los personajes. "En cuanto a la contrucción, nos hemos tomado algunas licencias para poder enforcarlo desde otro punto de vista", incide la actriz que encarnará a Doña Inés en los próximos 30 y 31 de octubre. "Interpretar este papel es todo un reto pero lo afronto con mucha ilusión. Sobre todo trabajar con los compañeros que tengo, poder trabajar con ellos para mi es un lujo".
El recorrido y la puesta en escena
La obra repite escenario en las plazas de Santo Domingo, San Agustín, Pilar Nuevo y Santa Ana. Solo en el último espacio, los espectadores podrán sentarse en las butacas de la plaza. En los otros espacios, el público estará de pie siguiendo al elenco en los diferentes escenarios. Madico incide en que el público es una parte fundamental de la obra. "Lo que intentamos este año es ver las ganas que tiene el público de contactar con el teatro, con la fiesta y con el arte, y también las ganas que tienen los artistas, los actores y todos los creadores de estar con el público", explica.
El espectáculo tiene un formato diferente a las puestas en escena convencionales porque la intención es que en cada escenario se desarrolle una trama diferente. "Planteamos un espectáculo como una serie de Netflix o de HBO. Son cuatro capítulos, en cuatro entregas, en cuatro plazas. Cada una es un capítulo que empieza y tiene su desenlace", señala Madico.
Es un espectáculo que cada año consigue llenar las plazas de cultura con una reflexión, según Madico: "Para que revisemos las conductas y hasta qué punto tenemos que pedir perdón o hasta qué punto merecemos ser perdonados cuando nos redimimos de los pecados hechos".