La hepatitis A es una enfermedad infecciosa causada por el virus de la hepatitis A (VHA), que afecta principalmente al hígado.
Aunque suele ser una afección autolimitada y menos grave que otros tipos de hepatitis, puede causar síntomas incómodos y, en algunos casos, complicaciones severas. La clave está en la prevención y el conocimiento de su transmisión.
¿Cómo se contagia?
El virus se propaga principalmente a través de:
• Consumo de alimentos o agua contaminados: Esto ocurre si los alimentos son manipulados por personas infectadas que no practican una buena higiene, especialmente después de usar el baño.
• Contacto directo con personas infectadas: Incluye situaciones como vivir con alguien que tiene el virus o mantener relaciones sexuales con personas infectadas.
• Prácticas sanitarias deficientes: La falta de acceso a agua potable o saneamiento adecuado incrementa el riesgo.
Síntomas comunes
Los síntomas pueden tardar entre 2 y 6 semanas en aparecer e incluyen:
• Fatiga.
• Náuseas y vómitos.
• Dolor abdominal, especialmente en la zona del hígado.
• Ictericia (coloración amarilla de la piel y los ojos).
• Orina oscura y heces claras.
En muchos casos, los niños infectados pueden ser asintomáticos, lo que incrementa la propagación silenciosa del virus.
Prevención: la mejor arma
• Vacunación: La vacuna contra la hepatitis A es altamente eficaz y segura.
• Higiene: Lavar las manos con agua y jabón, especialmente antes de comer y después de usar el baño, es fundamental.
• Alimentos seguros: Asegúrate de consumir alimentos bien cocinados y agua potable, especialmente al viajar a zonas con altos índices de infección.
La hepatitis A no tiene un tratamiento específico, pero mantener una buena hidratación y reposo ayuda a la recuperación. En casos severos, puede ser necesaria atención médica especializada.
Protegerse es sencillo: practica buenos hábitos de higiene y consulta a tu médico sobre la vacunación. Tu salud y la de quienes te rodean dependen de ello.
