La central La Hermosilla, la respuesta energética al volcán, será desmantelada

La central se puso en marcha en febrero de 2022 pero su funcionamiento estaba condicionado a posibles problemas de suministro

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Dos operarios en la central de La Hermosilla. / ENDESA
Dos operarios en la central de La Hermosilla. / ENDESA

Unelco-Endesa ha recibido la autorización de la Consejería de Transición Ecológica para desmantelar La Hermosilla, la instalación que sirvió para garantizar el suministro eléctrico en La Palma tras la erupción volcánica en Cumbre Vieja. La central se puso en marcha en febrero de 2022 pero su funcionamiento estaba condicionado a posibles problemas de suministro. 

La infraestructura se conforma por 12 grupos electrógenos capaces de generar nueve megavatios de potencia. Estos grupos llegaron procedentes de Italia, Alemania y Bélgica como respuesta a la afección que las coladas de lava realizó en los “más de 130 kilómetros de línea de red eléctrica de La Palma”, ante lo que, según Endesa, se “destruyó el sistema anillado que permitía cubrir las incidencias con una doble línea”. 

Respuesta urgente

Entró en funcionamiento en febrero de 2022, después de que Endesa tramitara por la vía de urgencia la adjudicación para la instalación de la central térmica y el tendido de la línea subterránea de media tensión que conecta esta instalación con la subestación Valle. 

En realidad, y según la información que emitió Endesa en febrero de 2022, la instalación, al igual que la central térmica móvil de Las Manchas, solo entraría en funcionamiento en los momentos de incidencias y como logística de apoyo puntual. Más allá de estos momentos estos grupos electrógenos estarían apagados. 

Misión cumplida

Las instalaciones contaban con un permiso inicial de un año. Por ello, el 7 de diciembre de 2022, Unión Eléctrica de Canarias Generación solicitó la baja administrativa de los 12 grupos instalados de manera provisional. Un desmantelamiento que no pone en riesgo el suministro eléctrico de La Palma ya que Red Eléctrica de España considera que la instalación no es necesaria “desde la perspectiva de la indisponibilidad de red de distribución”. 

Una vez cumplida su labor de apoyo, la Dirección General de Energía ha consentido el desmantelamiento. Endesa contará ahora, según la resolución, con un plazo máximo de 1 mes para comunicar el cierre y desmantelamiento.

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