El impresionante barranco canario que esconde una leyenda singular: una cueva repleta de momias

Las momias encontradas en Canarias han cautivado a los egiptólogos de todo el mundo | Una de ellas descansa en el Museo Arqueológico Nacional

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Imagen de la momia encontrada en el barranco de Herques / ÁNGEL MARTÍNEZ LEVAS - MUSEO ARQUEOLÓGICO NACIONAL
Imagen de la momia encontrada en el barranco de Herques / ÁNGEL MARTÍNEZ LEVAS - MUSEO ARQUEOLÓGICO NACIONAL

De todos es sabido que Egipto es el lugar aclamado por los historiadores que estudian y veneran el arte de la momificación artificial. En el momento en el que los cadáveres dejaron de enterrarse y pasaron a conservarse en ataúdes, los egipcios inventaron técnicas de conservación dignas de admirar.

Las momias más antiguas son del IV milenio a.C. y son egipcias. Desde entonces numerosos investigadores han indagado a lo largo de los siglos las creencias religiosas que impulsaban a la civilización a recrear los ritos que componen la momificación: los elementos que se empleaban, los materiales específicos que acompañaban a los cuerpos y el significado de la muerte en Egipto.

Los egiptólogos sostienen que las momias egipcias son inigualables por su estado de conservación —en algunos casos se pueden apreciar incluso los músculos de los difuntos—, pero en Canarias un hallazgo cambió el paradigma. Una gruta pasó del anonimato a ser el escenario perfecto para las aventuras de Indiana Jonesla cueva de las mil momias, en el barranco de Herques, Tenerife. 

El misterio de la cueva 

La cueva de las mil momias forma parte de las leyendas de la Isla, pero también de las teorías e hipótesis que sostienen que existe y que en esa cueva se escondían ejemplares a la altura de las momias egipcias. 

La cueva fue descubierta en el siglo XVIII y la relató el cronista José Viera y Clavijo que juró en su crónica haber encontrado un panteón "tan lleno de momias que no se contaron menos de mil". Con esa descripción que algunos tildan de exagerada es como nace la leyenda de las mil momias y la ubicación exacta, todavía a día de hoy, se desconoce. Lo único a lo que alcanza el conocimiento es que se encuentra en el barranco de Herques, también conocido por los locales como el barranco de los muertos, —el nombre ideal para una nueva entrega de las aventuras del alocado arqueólogo, el doctor Jones—. 

El barranco de Herques 

Lo cierto es que toda esta leyenda va mucho más allá de una historia hecha a medida para el Indiana Jones, su látigo y su fiel sombrero. Algunos exploradores aseguraron conocer las coordenadas y visitar de primera mano ese lugar tan misterioso y con un alto valor histórico, pero todos ellos relatan haber jurado no revelar uno de los secretos mejor guardados de Tenerife, las coordenadas de la gruta. 

De las entrañas del barranco de Herques salió una de las momias mejor conservadas de Canarias y que ahora descansa en el Museo Arqueológico Nacional (MAN), aunque el Museo de la Naturaleza y Arqueología (MUNA) de Tenerife la haya reclamado hasta en seis ocasiones. 

La momia 

La momia guanche se encontró en el año 1763 y se envió al rey Carlos III. Después el regalo fue varias veces desplazado, pasó por varios museos e incluso llegó a formar parte de la Exposición de París en 1878 antes de llegar al MAN. 

Aún así, con todos esos vaivenes y destinos, es la momia mejor conservada y la pieza principal del espacio que hay dedicado a la prehistoria canaria en el Museo Nacional.