Canarias sigue instalada en la franja más vulnerable del país, según el 15º Informe sobre el Estado de la Pobreza presentado por la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social (EAPN). En 2024, el 32,4 % de su población está en riesgo de pobreza y/o exclusión social, muy por encima del promedio estatal, que se sitúa en el 25,8 %. Esto significa que una de cada tres personas en las Islas vive en situación de vulnerabilidad grave, lo que consolida al Archipiélago entre las cinco comunidades autónomas con peores resultados, solo superada por Andalucía, Castilla-La Mancha, Extremadura y Murcia.
Aunque en el conjunto de España se observa una ligera mejora de los indicadores gracias al crecimiento de las rentas medias y la contención de la inflación, en Canarias la pobreza no solo no desaparece, sino que se intensifica. El informe lo explica con claridad: hay menos personas pobres, pero las que siguen en esa situación están aún más lejos de salir de ella. La llamada “brecha de pobreza” aumenta, lo que indica que los ingresos de las personas vulnerables están cada vez más lejos del umbral mínimo para una vida digna.
Década perdida
La pobreza severa no se ha reducido y muchas de las personas afectadas en las Islas acumulan múltiples factores de exclusión, como la carencia material y social severa, y la vida en hogares con muy baja intensidad laboral. Estos indicadores reflejan una pobreza más estructural, crónica y difícil de revertir, a pesar de la mejora de la media nacional.
En casi una década, la tasa AROPE de Canarias apenas ha bajado 1,2 puntos (del 33,6 % en 2015 al 32,4 % en 2024), mientras que en el conjunto del país se ha reducido 2,9 puntos. El Archipiélago no solo no avanza al ritmo necesario para cumplir los objetivos de la Agenda 2030 —que exigen reducir esta tasa a la mitad respecto a 2015—, sino que consolida una posición de estancamiento.
Causas
El informe señala como causas de esta situación la persistencia del desempleo estructural, la alta temporalidad y precariedad laboral, el aumento del coste de la vivienda, y la elevada incidencia de hogares monoparentales, especialmente encabezados por mujeres, donde el 50,3 % vive en pobreza. Además, la presencia de menores en el hogar —frecuente en Canarias— incrementa las probabilidades de exclusión.
Aunque el informe celebra que los ingresos medios han crecido por encima del IPC, esto no significa que los más pobres hayan mejorado. Así, apunta que el aumento puede deberse a mejores rentas en los tramos medios o altos, no entre las personas vulnerables. Para EAPN, es indispensable reforzar el estado del bienestar en las regiones más castigadas y diseñar medidas específicas que aborden las particularidades sociales y económicas del Archipiélago.
Atrapada en las estadísticas
Canarias entra en 2025 sin haber roto el círculo de la pobreza, atrapada entre las estadísticas y la realidad cotidiana de miles de familias que, pese a los pequeños avances, siguen sin ver la salida.
El reto no es solo reducir la pobreza, sino hacer posible que quienes la sufren puedan dejar de hacerlo.
