Una persona en exclusión social en Canarias pide ayuda y alimentos / ARCHIVO
Una persona en exclusión social en Canarias pide ayuda y alimentos / ARCHIVO

Más de mil personas del distrito Salud-La Salle acuden a ONG Kairós a solicitar alimentos

Kairós Tenerife atiende a 350 familias en la zona de Los Gladiolos y alrededores, demandantes de ayudas que cuentan con un salario, pero que no logran cubrir sus necesidades básicas debido al alza de precios en alimentos y vivienda

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Más de mil personas, residentes en el distrito santacrucero de Salud- La Salle,  acuden con regularidad a solicitar ayuda y alimentos a la Asociación Kairós Tenerife, situada en la zona de Los Gladiolos, en la calle Alcalde Mandillo Tejera.

“No es que no haya más solicitantes de esta ayuda básica. Lo que sucede es que no podemos atender a más personas”, comenta Benjamín Barba, responsable de esta ONG, en declaraciones a Atlántico Hoy. “A veces no sabemos ni cómo continuamos”, subraya.

Pensaban cerrar

Desde el pasado mes de febrero, el responsable de Kairós comunicó el previsible cierre de la entidad al reconocer la falta de medios para seguir colaborando con las personas que atraviesan la adversidad económica, “pero te llegan de repente subvenciones con las que ya no contabas o alimentos y decides continuar un poco más, hasta que se pueda”.

Nos comenta que, de momento, la decisión que han tomado desde la asociación es atender a las personas a las que venían acogiendo, cerrando la posibilidad a nuevos beneficiarios,debido a que, cada vez, cuentan con menos alimentos y lo poco que tienen lo reparten entre las que siguen demandando ayuda.

Limitar el cupo

Explica Barba que cuando esas personas dejan de acudir a la entidad porque, en la mayoría de los casos, su situación social ha mejorado “porque han encontrado trabajo o reciben otro tipo de aportación del Gobierno de Canarias, Cabildo o Ayuntamiento”, esa vacante no la reemplazan dando cabida a otra familia nueva, sino que "se distribuyen los alimentos que recibían entre las restantes porque los comestibles con los que contamos son bastante menos”.

“En su momento hablamos con el Instituto de Municipal de Atención Social (IMAS) y pedimos que no nos derivaran más. Y han dejado de hacerlo”, manifiesta el director de kairós, añadiendo, también, que siguen preguntando desde las dependencias municipales si se han abierto más plazas porque la demanda de ayuda sigue al alza.

350 familias

En la actualidad, Kairós Tenerife atiende a 350 familias, lo que se traduce en un millar de personas, aproximadamente. El 90% de estos solicitantes de alimentos pertenecen a la zona comprendida entre Los Gladiolos, Tío Pino, Somosierra y cercanías. El otro 10% corresponde a personas derivadas por los trabajadores sociales de otras ONGs, respondiendo a determinadas necesidades.

En cualquier caso, matiza que la situación, en cuanto a ayudas sociales ha mejorado, pero que, teniendo en cuenta la doble lectura, podría resultar beneficioso por un lado porque "el Ayuntamiento de Santa Cruz está dando muchísimo más dinero en las tarjetas para alimentos”, pero la otra lectura, señala, “es que esas personas se están convirtiendo a un rol asistencial”

Trabajadores sin recursos

Benjamín Barba remarca que, cada vez más personas viven pendientes de las ayudas de las administraciones públicas, “un gran error porque esas ayudas deberían ser temporales, mientras las personas encuentran empleo de cierta calidad”.

Especifica el responsable de la ONG que el perfil de los demandantes de alimentos ha cambiado por completo. “Seguimos atendiendo a personas, pero personas que están trabajando”, exclama, “porque con el salario no pueden cubri las necesidades básicas. La subida tanto de la alimentación como de la vivienda está totalmente desbordada”.

Alza de precios

Esta ONG inició el reparto de alimentos en el año 2012 -a raíz de la crisis económica mundial que comenzó en 2008-, colaborando con personas, en su mayoría, en situación de desempleo. “La ayuda que se está prestando en la actualidad corresponde a perfiles de personas que están trabajando o están jubiladas. Son muy pocas las personas que no tienen un empleo”, confirma.

Las personas jubiladas que acuden a la asociación suelen tener una prestación no contributiva o una pensión baja, lo que unido al encarecimiento de la vivienda de alquiler y el alza de los precios en los productos básicos, agrava su situación.

Concluye Barba que el aumento del asistencialismo y de ayudas sociales denota el fracaso de otras políticas públicas, “porque estamos viviendo en una sociedad injusta”. “Si trabajas debes recibir un salario digno que te permita pagar una vivienda digna y así no estás alimentando a los especuladores inmobiliarios”.