“Bueno, pues que el señor lo bendiga”. Se trata de una frase que estará para siempre en la memoria del jesuita canario David Fagundo. Son siete palabras que usó para despedirse del papa Francisco durante una audiencia privada que mantuvo junto a otros compañeros con el sumo pontífice, quien falleció este lunes en su residencia tras varios meses en los que su salud ha sido casi un enigma.
Bergoglio, que así se llamaba en realidad el argentino, fue el primer papa jesuita de la historia y su comunidad en las Islas considera que ha dejado un legado importante para el resto de los tiempos. “No quiero endiosar al papa Francisco, pero sí su testimonio y manera de vivir”, exclama Fagundo en declaraciones a Atlántico Hoy.
"Una iglesia cercana"
Recuerda el encuentro como un momento tan especial como bonito con un hombre que ha construido “una iglesia cercana”. “El lenguaje que tiene es muy nuestro y entendible”, exclama. Aunque considera que se equivocó en ocasiones, tiene la sensación de que su pontificado estuvo marcado por aires nuevos acompañados de esperanza.
El papa manifestó en varias ocasiones sus ganas de viajar al Archipiélago para estar cerca de los migrantes y conocer de primera mano la avalancha de llegadas. José María Segura, superior de los jesuitas en las Islas, asegura a este periódico que el papa, con su intención de visitar la comunidad autónoma “ha puesto a Canarias en el foco mundial”.

Una autoridad mundial
“Hace que el resto de nuestros representantes políticos cuando hablen de este tema tengan que pensar que una autoridad mundial como es el papa, que para muchos es un referente ético, se ha pronunciado sobre lo que está pasando en Canarias y eso es importante”, reflexiona.
“Para nosotros ha sido la persona que ha puesto en el centro de la agenda internacional a los pobres, a los pequeños, a los migrantes, a los vulnerables, se ha acercado a la iglesia, ha sido pues como un vendaval del Espíritu Santo en clave cristiana”, expone el superior de los jesuitas canarios.

"Una declaración de principios"
Resalta que Francisco I ha querido abrir el Vaticano y la sensibilidad hacia las personas homosexuales o dar responsabilidad en cargos a las mujeres. Segura recuerda que su primera visita oficial fue a Lampedusa. “Eso es una declaración de principios y con todo eso nos ha dado un modo de proceder”, agrega.
Cuando Bergoglio comunicó sus intenciones de conocer la crisis migratoria de Canarias, Segura le escribió para agradecérselo y le comentó que, si lo hacía, podrían mantener un encuentro. “De nuevo puso en la agenda a los pobres, a los excluidos, a los que están en las periferias”, dice. Como su salud se encontraba en un momento delicado, le respondieron desde el gabinete de comunicación.
Corredores humanitarios
Pone sobre la mesa que el papa dejó el recado a la Iglesia de habilitar corredores humanitarios para auxiliar a los migrantes. Además, considera “totalmente inaudito” el papel que jugó Bergoglio acercándose a la comunidad musulmana, por ejemplo, en las cárceles de mujeres. “Ese es el legado del papa”, incide.
“Nosotros tuvimos un encuentro con él, los jesuitas que trabajamos en el sector social de la Compañía de Jesús en Roma y en el discurso nos dijo: ‘Generen futuro, frecuenten la esperanza, tienen que dar oportunidades a la gente’. Ese fue su encargo”, sentencia.
