Jesús Díaz, alcalde de Artenara: "Risco Caído es la gallina de los huevos de oro"

El regidor repasa su gestión y los retos del municipio grancanario, uno de los más envejecidos y los que más población ha perdido en los últimos años

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El Alcalde de Artenara, Jesús Díaz Luján. / Ayuntamiento de Artenara
El Alcalde de Artenara, Jesús Díaz Luján. / Ayuntamiento de Artenara

Las cuevas, el paisaje, el ambiente rural, su gente y ese aire puro que aún conserva Artenara, es lo que lo convierte en un espacio único. En el centro de Gran Canaria y a 50 kilómetros de la capital, Artenara se erige como un municipio tranquilo y abierto a recibir la llegada de los visitantes que cansados del sol y la playa quieran adentrarse en un espacio totalmente rural. 

Las oportunidades y ventajas de vivir en una ciudad y las nuevas formas de vida han dejado en un segundo plano a los municipios de los altos de Gran Canaria, que se enfrentan a una despoblación cada vez más evidente. Sin embargo, el alcalde de Artenara, Jesús Díaz, que desde 2014 conoce tan bien los puntos débiles del municipio, está dispuesto a reconocer los retos de la zona y hacerle frente con acciones que potencien la llegada de familias al municipio. Los vaivenes políticos en el mandato de la alcaldía no consiguieron alejarlo de su objetivo, y desde 2019 Díaz apuesta por promocionar Artenara como un lugar idóneo no solo que poder visitar, sino también en el que poder vivir.

- Pregunta: Artenara es el municipio menos poblado de Gran Canaria. Desde el año 2000 ha perdido un tercio de su población. ¿A qué se debe?

- Respuesta: De todos es sabido que en los años 60 y 70 emigró mucha gente de Artenara. Ahora la gente que vive aquí es gente mayor. Estamos sobre los 1.100 habitantes censados en el municipio. La gente resiste gracias a la agricultura, pero no para vender, sino agricultura de supervivencia y de consumo propio. Y también vivimos gracias a la repoblación que se hizo en los años anteriores, cuando mucha gente vino y se quedó. La mayoría de ellos son funcionarios del Cabildo. La vida aquí es algo complicada y si no te dedicas a eso o tienes un pequeño bar, negocio o restaurante, es complicado vivir en estas cumbres. Pero también hemos visto que mucha gente que se había ido vuelve cuando se van jubilando, incluso gente joven. 

- Por eso Artenara es uno de los municipios con mayor renta de Gran Canaria y donde la riqueza está muy repartida.

- Claro. La gente que vive en Artenara trabaja en los PRESA, que apagan incendios y limpian caminos, o se dedican a la plantación. Muchos son funcionarios del Cabildo de Gran Canaria que se dedican a cuidar nuestros pinares. Hay un grupo que tiene el ayuntamiento contratado como Policía Local, los administrativos y después los convenios del Servicio Canario de Empleo, donde contratamos a seis o siete personas por seis meses. Ese es el trabajo que más o menos se va desarrollando aquí. La mayoría son pensionistas, tienen casi todos el mismo estatus económico y los jóvenes también tienen la misma nómina. Por eso, más o menos estamos todos a la par y con la misma renta.

La Virgen de la Cuevita en Artenara. / Ayuntamiento de Artenara
La Virgen de la Cuevita en Artenara. / Ayuntamiento de Artenara

- ¿Cuál es el atractivo de Artenara para que aún haya gente que siga apostando por el municipio? 

- El atractivo de Artenara son sus espacios, su terreno, su forma de vida, que de hecho por todo eso nos han nombrado patrimonio mundial de la UNESCO con nuestro Risco Caído. Nuestra forma de vida, nuestro pueblo, nuestros aborígenes y todos los antepasados que han ido creando este pueblo a base de una agricultura muy dura, porque aquí no hay nada llano. Vivimos en cuevas, ese es otro encanto de Artenara, que nosotros vivimos en cuevas y con ello conseguimos que la temperatura en invierno sea caliente y en verano fría. La cueva está siempre entre 18 y 21 grados. Para mí, vivimos en el pueblo más bonito de España.

- Sin embargo, la gente se sigue yendo.

- El problema de Artenara es la distancia. Estamos a 50 kilómetros de la capital. Las carreteras tienen muchas curvas, hay niebla y la gente tiene reparo. Por eso la Asociación Empresarial de Artenara (EDARTE) ha creado una bolsa de empleo para atraer a la gente que quiera venir a trabajar aquí, porque muchas veces los comerciantes necesitan personal para trabajar sobre todo en el sector servicio. A la vez también están haciendo una bolsa para las personas que tengan casas de sus abuelos o bisabuelos, y que las tengan ahora mismo en desuso, y quieran alquilarla y explotarla. Hay gente que quiere venir a trabajar y hay que buscar una alternativa, porque mucha gente viene aquí pero no tiene dónde quedarse.

- Casi un 40% de los habitantes del municipio tiene 60 años o más, es uno de los municipios más envejecidos de la provincia de Las Palmas y es el municipio con menos gente joven hasta los 24 años. ¿Está dentro de sus objetivos intentar atraer a gente joven y a familias?

- De hecho, ahora mismo solo tenemos diez niños en el colegio. Este año se ha conseguido a través del Gobierno de Canarias crear una pequeña escuela de cero a tres años y hay siete niños. Vamos a intentar colaborar con las administraciones para dar facilidades, porque piensa en este problema: si tienes un niño en Artenara y estás trabajando, ¿cómo lo cuidas? No hay guardería, es la pescadilla que se muerde la cola, esto es un problema y hay que buscar alternativas. Hay familias que se mudan a Las Palmas porque allí ofertan actividades extraescolares. También tenemos un problema muy grande con el centro de salud, porque a las siete de la tarde se cierra. Estamos aquí, en una cumbre, casi aislados y la gente tiene que ir por una urgencia al pueblo de Tejeda. Lo vivimos hace unos días con Hermine: estaba cortada la carretera y para una urgencia no tenemos médicos y no tenemos ambulancia. Son todos esos pequeños problemas que pueden hacer que Artenara pierda atractivo. Aun así tenemos el paisaje, la gente y hay mucho futuro, lo que pasa es que tienen que colaborar todas las administraciones, dar trabajo o intentar tener actividades para los niños e intentar que la gente se quiera quedar.

-¿Cree que arreglando las carreteras mejoraría la situación del municipio?

- Vivimos en medio de montañas en donde cada vez que llueve caen muchas piedras. Lo que hemos pedido muchas veces es que se pongan mallas, que se pongan cuadrillas para que cuando caigan piedras a la calzada se puedan abrir lo antes posible. Lo que no se puede permitir es que nos tengan aquí encerrados. Cuando cae nieve en la cumbre quieren cerrar las carreteras y nos envían por unas presas que no están en condiciones. Muchas veces digo que vengan en invierno y vean la situación. Para garantizar la seguridad es necesario que nos pongan más mallas para cubrir los riscos. Hacer puentes encarece mucho y perderíamos el encanto de la cumbre, por eso es complicado, no es nada fácil saber como se actúa.

- ¿Las instituciones están a la altura de las demandas del municipio? 

- Muchas veces la administración es muy lenta y no camina. A veces le pediría que venga un consejero o los del Gobierno de Canarias y el Cabildo que vengan aquí y que crucen esto cuando hay nieve. Hay que hacer cosas y queremos hacerlas. Estamos haciendo un llamamiento para que venga turismo a ver todo esto, pero si no se mejoran las condiciones de la carretera la gente tendrá miedo.

- ¿Hay proyectos en marcha para que la gente venga y no se vaya?

- Ahora tenemos un proyecto muy bonito que es la creación de una planta de pellet, que es un tipo de combustible. Ya está licitada y crearemos una pequeña fábrica donde podremos tener a tres personas directamente trabajando dentro y cuatro o cinco personas más trayendo materia orgánica. Con esa fábrica se genera combustible con el que calentamos calderas, sirve para las cocinas, para las estufas de las casas. Conseguiríamos aprovechar la materia que tenemos aquí, que es la leña que muchas veces hay que quitarla por incendios, porque hay un pino encima de otro y entonces se aprovecha en la fábrica de pellet.

Mirador Los Lomitos del Monte. / Ayuntamiento de Artenara
Mirador Los Lomitos del Monte. / Ayuntamiento de Artenara

- Que el Risco Caído haya sido declarado como patrimonio mundial de la UNESCO también ayuda.

- Para nosotros ha sido un antes y un después. Hace que mucha gente venga a ver Artenara cuando llegan al aeropuerto, incluso a nivel internacional para ver lo que es el patrimonio mundial de la UNESCO, a ver lo que es el Risco Caído Yo creo que es la gallina de los huevos de oro de Artenara, pero hay que saber explotarla y hay que hacerlo muy bien para no cargárnosla.

- ¿Han tenido que aumentar desde entonces la oferta en estancias turísticas?

- Hemos tenido mala suerte. Nos nominaron el 7 de julio de 2019 y en agosto se producen dos incendios y la cumbre quedó calcinada. A continuación ha venido una pandemia y no hemos podido realizar todo lo que hemos querido. Tenemos una pequeña pensión y dos albergues que esperemos que próximamente se abran, y una pensión que sacaremos a licitación. En la pensión se ofertarían unas 14 camas y en los dos albergues 12 y 20 camas. Así fomentamos un poco más la oferta alojativa.

- En cuanto a oferta turística, ¿tienen suficiente oferta en cuanto a comercios u otras actividades en el municipio?

- La persona que llega a Artenara puede disfrutar de nuestra hermosa ermita de la Virgen de la Cuevita, de nuestro paisaje, de nuestra escuela de tejeduría. Además, tenemos cinco restaurantes, tres supermercados, nuestro polideportivo, una piscina que funciona en verano... Tenemos varias actividades para ser un pueblo pequeño. Yo creo que para el día a día tenemos y siempre lucharemos para que se intenten cumplir los servicios al 100%. 

- ¿Cuál es la época en la que más turistas se acercan a la zona?

- Empieza ahora, porque en verano el turismo canario y peninsular se va a las playas, pero ahora en invierno viene la gente a ver las presas, a ver los barrancos, a ver todo esto que ya está verde. La época donde más turismo hay sin duda es en invierno, y de febrero en adelante vienen turistas en las guaguas y lo grupos vienen a disfrutar de la cumbre. Yo personalmente también creo que es la mejor época.

Imagen de Artenara. / Ayuntamiento de Artenara
Imagen de Artenara. / Ayuntamiento de Artenara

- El turismo de sol y playa siempre está de moda en las islas. ¿El turismo rural ha conseguido ponerse de moda?

- Sí. Durante la pandemia yo hablaba con la gente que tiene viviendas vacacionales y de turismo rural y siempre estaban ocupadas. Ha habido gran demanda. Actualmente en Artenara hay en torno a unas 20 viviendas vacacionales y cuatro de turismo rural.

- ¿De dónde llega todo ese turismo?

- Los fines de semana viene gente local, de Gran Canaria. Y entre semana, turismo peninsular e internacional. También tenemos unas viviendas vacacionales que se dedican a acoger a nómadas digitales. Una de las grandes problemáticas de Artenara era carecer de la fibra óptica, pero después del incendio pusimos la fibra y hay viviendas que ofertan los servicios a los nómadas digitales para que vengan aquí a trabajar mientras disfrutan de los paisajes de Artenara. Por eso muchas veces reclamamos que la fibra nos llegue a diferentes barrios del municipio, para que la gente que oferta las viviendas vacacionales proponga este servicio. Es un atractivo que tenemos que demandar, que mucha gente se venga aquí a trabajar, que quiera venir al campo, trabajar desde sus casas y poder hacer vida en el municipio.

- De todos las demandas del pueblo de Artenara, ¿cuál es el mayor reto al que se enfrenta de cara al futuro?

- El mayor problema de Artenara es el despoblamiento que sufre el municipio en sí. La gente está empadronada pero se ha tenido que ir trabajar a otras partes de la isla. La población está envejecida. Tenemos que mantener la población, generar riqueza para que la gente venga, que suba el censo en 100 o 150 personas y que traigan niños para que no desaparezca el colegio. Esa es la mayor problemática de Artenara. Yo lo que creo es que necesitamos que venga gente a ver si conseguimos que no se nos despueble el municipio, y lo mismo pasa en Tejeda, y los Altos de Gáldar. Ahora que llueve, hace frio y demás, la gente quiere estar más cerca de la capital, de un médico, ese es el gran problema. Tenemos que ofertar más servicios para que dejen de irse.

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