Imagen de una playa de Canarias, lugares que los jóvenes canarios piden proteger / AH
Imagen de una playa de Canarias, lugares que los jóvenes canarios piden proteger / AH

Una joven canaria pide dejar viralizar charcos y playas: “Están masificados y sucios”

Esta joven canaria, y el resto de la población del archipiélago, solo apelan a la responsabilidad colectiva para cuidar y respetar un entorno que no solo es una imagen; es un hogar

Irene Cartaya

Actualizada:

Da igual la época del año en Canarias, las redes sociales siempre crean escaparates de luz dorada, selfies y paisajes que buscan convertirse en lo más visto de TikTok o Instagram. Las islas se han transformado en escenario frecuente de ese desfile de contenido visual, en diferentes idiomas y con un único objetivo; algo que no todo el mundo aplaude. 

Frente al deseo de compartir lo bello, surge una voz crítica. La de quienes han crecido en esos mismos paisajes y hoy los ven deteriorarse. Ana Pology (@anapologyx), una joven tiktoker canaria, ha decidido alzar la suya para pedir algo poco habitual en tiempos de viralidad: dejar de mostrar ciertos lugares.

Un mensaje contundente

En un vídeo, Ana lanza un llamado directo a creadores de contenido, influencers y turistas. Les pide que dejen de compartir la ubicación de charcos, playas y miradores de Canarias. Asegura que esa sobreexposición ha provocado una masificación creciente y un deterioro evidente de muchos espacios naturales.

“Estamos en un momento crítico, donde los espacios que hemos disfrutado desde pequeños están masificados y sucios”, afirma la joven con firmeza. La frase resuena con fuerza entre quienes también han notado cómo la popularidad digital ha terminado por poner en jaque al entorno físico.

Redes y responsabilidad

Ana no busca culpables, pero sí concienciar. Señala que muchos de los responsables de esa transformación no actúan con mala intención. Simplemente siguen una tendencia que convierte en contenido cada rincón descubierto. Pero esa rutina aparentemente inocente está teniendo consecuencias reales.

“Turistificar” espacios naturales —muchos de ellos aún vírgenes o poco conocidos— trae consigo un aluvión de visitantes que no siempre conocen ni respetan el entorno. Ana pone el foco en la necesidad de un uso más consciente de las redes, especialmente cuando se trata de lugares frágiles o protegidos.

@anapologyx Por qué no publico charcos y miradores secretos #🇮🇨 #canarias #parati ♬ Debussy Arabesque - Isabelle Perrin

Amenazas al ecosistema

La advertencia de Ana no está sola. Científicos y administraciones locales llevan tiempo alertando del impacto que tiene la afluencia masiva en charcos y piscinas naturales del archipiélago. Estos enclaves son hábitat de especies como meros, sargos y erizos de mar, cuya presencia es clave para el equilibrio del ecosistema marino.

La sobreexposición mediática ha derivado en accesos improvisados, acumulación de residuos, pisoteo de especies, ruidos molestos y otros comportamientos incompatibles con la conservación. A menudo, los visitantes solo buscan la fotografía, sin detenerse a pensar en el daño que su paso puede dejar.

Turismo en la balanza

La paradoja es evidente: el turismo forma parte de la economía de Canarias, pero su auge mal gestionado puede volverse contra el propio territorio. El mensaje de Ana surge en un momento clave, cuando muchas voces reclaman un modelo de turismo sostenible, que respete los límites del entorno y las formas de vida locales.

Frente al turismo de masas, la isla busca ahora atraer a visitantes responsables, que comprendan que preservar un lugar también es disfrutarlo. 

Cuidar antes que compartir

Al final de su vídeo, Ana deja una frase que ya se ha convertido en un lema viral entre quienes comparten su visión: “Vamos a cuidar las islas, por favor”. Sencilla, directa y cargada de sentido.

Con ella, la joven apela a la responsabilidad colectiva. Porque la belleza natural de Canarias no necesita filtros ni hashtags: necesita respeto, silencio y cuidado. Solo así los charcos, las playas y los senderos seguirán siendo lo que fueron: un privilegio para quienes saben mirar más allá de la pantalla.