Los jóvenes canarios están redefiniendo el consumo de medios en el Archipiélago. Según el informe Hábitos y consumo de medios de los jóvenes canarios 2025, elaborado por 22Grados, Internet se ha convertido en el eje absoluto de su vida cotidiana, con un 96% de conexión diaria y más de la mitad conectados “casi constantemente”.
Las cifras confirman una generación multitarea, hiperconectada y crítica, que alterna entre pantallas, redes sociales, streaming y videojuegos, pero que mantiene un fuerte anclaje en valores personales como la familia, el bienestar y la honestidad.
Vida entre pantallas
Internet domina por completo el ecosistema mediático juvenil. Casi medio millón de jóvenes canarios se conectan cada día, y la mensajería instantánea —con WhatsApp a la cabeza— alcanza al 92,8% del grupo. Le siguen Instagram (71%) y TikTok (47,7%), con Facebook aún presente en casi la mitad de los usuarios (46,7%).
Más allá del entretenimiento, las redes son su principal espacio informativo y relacional: el 62% se informa de actualidad a través de ellas y un 65% sigue marcas o productos. El solapamiento de pantallas es constante: un 46% revisa redes mientras ve televisión y otro 45% lo hace justo antes de dormir.
El consumo audiovisual se ha desplazado casi por completo al streaming. Netflix alcanza al 77,5% de los jóvenes, mientras que Disney+ y Amazon Prime superan el 30%. La televisión lineal mantiene presencia (59%), pero su credibilidad se resiente: solo el 35,7% confía en ella como fuente informativa, una cifra similar a la de quienes declaran desconfiar.
La IA despierta curiosidad; no hábito
Aunque la inteligencia artificial empieza a asomar, su adopción sigue siendo parcial. El 42% de los jóvenes ha probado ChatGPT, pero más de la mitad (57%) afirma no haber utilizado nunca una aplicación de IA. El informe subraya que su relación con la tecnología es más curiosa que técnica: se interesan por la innovación, pero aún no la integran en profundidad en su día a día.
En el hogar, la tecnología es omnipresente: el 87% dispone de Smart TV y el 85% de televisores conectados. Los portátiles (55%) superan al ordenador de sobremesa, y más de la mitad posee consola o tablet. Sin embargo, los altavoces inteligentes (12%) y los asistentes virtuales fuera del móvil (6%) aún son minoritarios.
Identidad, información y compañía
Las redes se han convertido en la columna vertebral del tiempo libre. Entre semana, seis de cada diez jóvenes pasan entre una y tres horas al día conectados, pero los fines de semana el tiempo aumenta: un tercio alcanza entre tres y cinco horas diarias.
Casi la mitad revisa sus redes más de 10 veces al día, y un 30% lo hace entre cinco y diez veces. No se trata solo de ocio: el 60% las usa para mantener el contacto con amigos y familia, un 64% para compartir fotos y un 65% para seguir productos y tendencias.
El 96% reconoce usar las redes cuando está aburrido en casa, lo que evidencia su papel como acompañantes constantes en el día a día. La conexión se cuela en casi todos los momentos: durante los trayectos, en descansos laborales, antes de dormir o incluso mientras se come o se está con amigos.
Nuevas rutinas digitales
La música es el otro gran ancla del ocio juvenil. El 45% utiliza Spotify en su versión gratuita y la mayoría escucha música entre 30 minutos y una hora al día. Los pódcast ganan espacio, especialmente los de humor, educación y estilo de vida, con un consumo medio de entre una y cinco horas semanales.
El gaming ocupa un lugar complementario: uno de cada cuatro jóvenes no juega durante la semana, pero los fines de semana el tiempo frente a la consola se cuadruplica. PlayStation Network, Steam y Nintendo Switch Online son las plataformas preferidas, y la gran mayoría opta por juegos gratuitos. Mientras juegan, tres de cada diez navegan por redes sociales o escuchan música, confirmando un perfil multitarea constante.
Prensa, refugio local
La prensa escrita apenas alcanza al 8% de los jóvenes, pero mantiene un rasgo distintivo: prefieren la información local frente a la nacional —aunque Marca sea el periódico más leído—. En Las Palmas destacan Canarias7 y La Provincia, mientras que en Tenerife sobresalen El Día y Diario de Avisos.
Las revistas semanales tienen un consumo bajo (5,5%), centradas en entretenimiento, mientras que las mensuales —más asociadas a cultura, viajes y ciencia— llegan al 7%. Santa Cruz de Tenerife lidera en títulos especializados, mientras que Las Palmas muestra mayor interés por moda y lifestyle.
En cambio, la publicidad exterior sigue siendo eficaz: las guaguas (69%) y las vallas (58%) son los soportes más visibles, especialmente en Tenerife, donde los centros comerciales alcanzan un 52,6% de exposición.
Generación crítica y consciente
Más allá de las pantallas, el informe dibuja a una juventud ética, responsable y con los pies en la tierra. El 80,5% exige honestidad a las empresas y el 88% defiende la igualdad de todas las personas. Aunque la mitad cree que la igualdad de género ya está lograda, un 33% la sigue considerando una meta pendiente.
En lo personal, la familia y el bienestar emocional superan con creces a la vida nocturna: el 86% no sale habitualmente de copas y nueve de cada diez buscan momentos para relajarse. Casi el 90% afirma preocuparse por la subida de precios, lo que sitúa la inseguridad económica como su principal preocupación.
También muestran un creciente compromiso ambiental: la mitad estaría dispuesta a cambiar hábitos para favorecer el medioambiente, aunque un tercio mantiene una posición neutral.
Globalidad digital e identidad isleña
El estudio de 22Grados concluye que los jóvenes canarios no son simples consumidores digitales, sino actores activos de un ecosistema fragmentado y en constante cambio. Se informan, se entretienen y se relacionan en red, pero valoran la autenticidad, la transparencia y la proximidad.
Aunque viven en un entorno global, siguen anclados en su identidad cultural. Prefieren los medios locales, defienden los vínculos familiares y se interesan por el bienestar colectivo más que por el hedonismo individual.
Son nativos digitales con alma de comunidad, que navegan entre el algoritmo y la tradición buscando equilibrio, y que piden algo más que entretenimiento: coherencia, propósito y respeto en un mundo cada vez más interconectado.